Ayuso se rinde ante el lobby LGTBI
Isabel Díaz Ayuso, presidenta del PP en Madrid y de la Comunidad de Madrid, ha dado un nuevo paso hacia la asimilación y promoción del discurso izquierdista y de la ideología lgtbi. La excusa es cultural, pero el fondo es ideológico. Ayuso se rinde ante el lobby LGTBI al permitir que los Teatros del Canal estrenen en septiembre una zarzuela ambientada en el «Orgullo» gay de Chueca.
La obra se titula El Orgullo de quererte. Romance madrileño en tres actos. Se promociona como una «relectura cultural contemporánea». En realidad, es un instrumento de propaganda ideológica, financiado con dinero público, que utiliza el escenario para legitimar la agenda LGTBI dentro del corazón institucional del PP madrileño.
Una zarzuela al servicio del activismo identitario
Esta zarzuela, presentada como un homenaje actualizado al género lírico tradicional, se estrenará del 11 al 20 de septiembre en la Sala Roja de los Teatros del Canal. La acción transcurre durante las celebraciones del «Orgullo» gay en Chueca, barrio símbolo del activismo LGTBI.
Supone una rendición de Ayuso ante el lobby LGTBI al permitir que una obra con claro mensaje ideológico se incorpore al repertorio oficial de la Comunidad de Madrid. La propuesta mezcla coplas, chotis, boleros y fandangos con personajes definidos exclusivamente por su orientación o identidad sexual.
El montaje es una coproducción entre la Comunidad de Madrid, el Auditorio de Tenerife y la Fundación ORCAM.
Del costumbrismo al adoctrinamiento cultural
La iniciativa no es inocente. Quien piense que esto es solo una propuesta escénica desconoce el alcance del proyecto. El texto promocional habla de mantener el «sabor costumbrista» del género, pero bajo una «mirada inclusiva». Esa mirada se traduce en una clara relectura ideológica de la cultura popular.
Ayuso se ha rendido no solo con palabras, sino con presupuestos, programación oficial y respaldo institucional.
Es la colonización ideológica de la zarzuela. Se la usa como vehículo para imponer el discurso de la izquierda cultural, validado ahora por un gobierno que se autodefine liberal, pero que cede cada vez más terreno al izquierdismo lgtbi.
¿Qué defiende realmente Isabel Díaz Ayuso?
Muchos españoles veían en Isabel Díaz Ayuso una alternativa al sanchismo. Pero acciones como esta demuestran que el PP ha asumido todos los postulados culturales de la izquierda. y de los lobbies trans y lgtbi. Si no se defiende la vida, la familia natural, la verdad, entonces ¿qué queda? Solo el marketing.
Ayuso se hace proLGTBI no por error, sino por estrategia, o lo que sería peor, por convencimiento No planta cara a la agenda globalista, sino que la incorpora de forma “edulcorada” para que parezca aceptable. Esta zarzuela no es una anécdota. Es una declaración de intenciones.
Mientras se censuran libros, se persigue al que defiende el orden natural o la libertad educativa, el poder cultural respalda espectáculos que promueven una visión ideológica deformada del ser humano y de la historia de España.
Cultura subvencionada al servicio de la ideología
La Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid (ORCAM) es una institución pública. Su presupuesto depende de todos los madrileños. La programación de los Teatros del Canal, también. Por tanto, esta producción no es una creación independiente. Es una iniciativa institucional, dirigida desde el poder político, con intención propagandística.
Ayuso se rinde ante el lobby LGTBI cuando permite que el dinero público se use para promover un espectáculo que enaltece la ideología de género y sus derivadas, dentro de un teatro financiado por todos. No hay neutralidad. Hay toma de partido.
Y lo más grave: esta estrategia cultural legitima el uso del arte como arma ideológica. Lo que empieza con una zarzuela termina con leyes, con adoctrinamiento en las aulas y con represión a quienes no comulguen con la nueva religión secular del progresismo.
¿Dónde está el PP con principios?
Ayuso se rinde ante el lobby LGTBI, mientras muchos ciudadanos que creyeron en ella- Feijóo y otros dirigentes del PP ya lo han hecho- ven con decepción cómo se traicionan principios fundamentales.
Un PP que claudica culturalmente acaba siendo cómplice del mismo mal que dice combatir.
El caso de esta zarzuela no es anecdótico. Es simbólico. España no solo libra una batalla política. Libera una batalla cultural. Y en ella, claudicar significa perderlo todo.