La Fundación de la familia judía Rockefeller, uno de los puntales del Nuevo Orden Mundial (NOM), ha decidido asociarse -es decir, financiar- con la Organización Mundial de la Salud para que la OMS, convertida en el principal ariete de Naciones Unidas para la construcción de un Gobierno mundial, pueda anular leyes soberanas de cualquier país, si considera que atentan contra la salud.

El anuncio se basa en la historia de 75 años de colaboración de la Fundación Rockefeller con la OMS y su legado de apoyo a la preparación y respuesta mundial ante pandemias. En octubre de 2020, la Fundación anunció una inversión de 1.000 millones de dólares para catalizar una recuperación más inclusiva y ecológica de la pandemia de Covid-19. La Fundación Rockefeller es actor no estatal en las relaciones oficiales con la OMS.

La Fundación Rockefeller puso en marcha la asociación con el Centro de Inteligencia sobre Pandemias y Epidemias de la OMS el 23 de mayo de 2023, al margen de la 76ª Asamblea Mundial de la Salud en Ginebra (Suiza).

Y es que desde la pandemia de 2020, el Nuevo Orden Mundial (NOM) globalista se dio cuenta de que ante la salud todo el mundo cede sus derechos más fundamentales. No así ante los problemas de la infancia, ni de la cultura, ni ante la justicia, pero en cuanto amenazas a la humanidad con que su salud corre peligro, que puede morir, acepta cualquier norma por tiránica que resulte.

Y nada más salir de la pandemia, el director general de la OMS, Tedros Adhanom, dictó una norma a todo el planeta, sí, a todo el planeta, ordenando que ningún país debería prohibir el aborto hasta el momento mismo del nacimiento.

Recuerden también, que la propia Fundación Rockefeller recuerda que los problemas de salud también se deben al cambio climático. En otras palabras, que si te opones a las políticas ecologistas, esas políticas que nos llevan a la ruina, aunque no a Rockefeller ni a Tedros Adhanom, eres un peligroso negacionista que debes ser castigado.

Así nace, ya está naciendo, el Gobierno mundial, a través de la OMS. Si este peligroso organismo ONU consigue imponer su ley a un país soberano, el Gobierno mundial, más bien tiranía mundial, habrá empezado a andar.

(Con información de La Gaceta)