En cualquier caso, no hablamos ni de Armenia ni de Tierra Santa. Hablamos de una persecución global de los cristianos en todo el mundo. Hablamos de genocidio católico. Hablamos de cristofobia.

En Oriente de manera sangrienta. En el Occidente cristiano se trata de una persecución blanca, según la cual debes elegir o ser católico o triunfar en la vida porque todo cristiano es ninguneado en el mundo civil, en el Occidente actual. Y además de ninguneado, perseguido por el delito de odio, que ha dado cuerpo jurídico a la afirmación más peligrosa contra los cristianos que se haya inventado jamás: ser cristiano es ser un ultra, un peligro para un cuerpo social políticamente correcto.

Por ahora, a los católicos no se les mata en Occidente, sólo se les mete en la cárcel (en España, con hasta cuatro años de prisión según el artículo 510 del Código Penal). Pero tranquilos, la persecución en Occidente también puede llegar a la violencia directa contra los cristianos. De hecho, ya está a las puertas.

Genocidio musulmán contra los católicos armenios

Vivimos un nuevo genocidio musulmán contra los católicos armenios, nuevamente perpetrado por Turquía, con ese miserable canalla llamado Recep Erdogan. Pero, eso sí: se trata de un genocidio ‘civilizado’ propio del muy civilizado siglo XXI.

Washington va a albergar negociaciones de paz, entre los ministros de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán y de Armenia.  Se trata de un acta de rendición, donde los terroristas musulmanes de Azerbaiyán, armados por Ankara, obtienen todo lo que quieren, -también el control sobre los yacimientos petrolíferos de la zona-, a costa de desplazar a decenas de miles de cristianos armenios hacia Ereván.

Antes, les han hecho prisioneros, torturado, asesinado, robado, les han obligado a abandonar sus casas, sus propiedades, con lo puesto…  y ahora les dan la oportunidad -¡Qué buenos son los azeríes, armados por el miserable Erdogan!-  de firmar un acuerdo de paz auspiciado por la Casa Blanca.

Repitamos: los azeríes son los verdugos del pueblo armenio, que han vencido a los cristianos armenios gracias al abandono de los cascos azules, con el apoyo de la armas turcas. Pero miren por dónde: el baboso portugués, Antonio Guterres, no ha salido en defensa de los armenios.

Lo que ocurre en Armenia no es sino la punta del iceberg de la persecución contra los cristianos en los cinco continentes, verdadero fenómeno global oculto, interesadamente oculto, que está marcando este siglo XXI.

Y es que el Occidente cristiano permite, e incluso alienta, la persecución contra los cristianos en todo el mundo.

Guerra árabe-israelí de Gaza

En el entretanto, en la guerra árabe-israelí de Gaza se acentúa el exilio forzoso de los cristianos de Jerusalén, algo de lo que nadie habla. En la Guerra de Gaza, los cristianos son víctimas, tanto de los judíos como de los musulmanes. Y la cuestión jerosolimitana, una ciudad sagrada para las tres religiones monoteístas, que, debería ser ciudad abierta.

(Con información de Hispanidad)