El presidente cree que el ‘filiburisterismo’ funciona bien y siempre; y se equivoca
El ‘cambiacolchones’ está tan acostumbrado a mentir a todo el mundo todo el tiempo que cuando sale al exterior mantiene su misma práctica. El problema es que fuera de nuestras fronteras la mentira se digiere mal. Muy mal. Y las afrentas gratuitas se digieren peor. Es lo que ha pasado con Argelia.
El presidente se creía que el giro de 180 grados en la posición de España respecto al Sahara iba a salir gratis en relación a Argelia. Es verdad que se habían quejado, pero la sangre no llegaría al río. Como con el PP: patalean, pero luego terminan salvando al gobierno en los asuntos de Estado.
Así que su sanchidad se permite subir a la tribuna del Congreso para explicar con 82 días de retraso la famosa polémica carta que desató la polémica. Y en lugar de aparecer humilde, se permite mostrarse arrogante y orgulloso del volantazo y exigir al resto que sigan su senda kamikaze.
Y claro, una cosa es contradecir y otra, humillar. El ‘Guapo’ se pasó tres pueblos y colmó la paciente de Argelia que no es infinita sino muy finita. Se armó el belén. Porque encima Maduro muestra su “total admiración” a Argel. Un gesto diplomático ridículo si no fuera porque Argelia guiña a Rusia mientras que Marruecos lo hace a Estados Unidos. Y la diplomacia española mirando a la luna de Valencia…
Por si fuera poco, el Ejecutivo se permite contradecirse a sí mismo. Por una parte, la ministra de Energía asegurando que no pasa nada mientras que Albares anunciando que pedirá amparo a Bruselas, el ‘primo de Zumosol’… Es lo que se llama coordinación.
La falta de capacidad diplomacia del gobierno, la ineptitud de Albares, la prepotencia de Sánchez o el pinchazo -y el chantaje- marroquí están detrás de este desastre diplomático que afecta a toda Europa.
Porque ahora puede que la guerra de Ucrania gane un nuevo frente en la orilla sur del Mediterráneo. ¡Lo que nos faltaba! La tercera guerra mundial por capítulos, que advertía el Papa Francisco…
El escenario ya estaba creado. Pero faltaba que un inconsciente apareciera con una cerilla por el polvorín. Y ahí estaba el inconsciente de Sánchez, dispuesto a empeorar lo empeorado. No nos pasa más porque Dios es bueno.
Luis Losada Pescador | Periodista
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