Ana Blanco es la Vicepresidenta del Observatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia OLRC). Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid.
Javier Navascués le entrevista para Info Católica donde analiza el informe de 2023 sobre Libertad Religiosa. Por su interés reproducimos dicha entrevista.
¿Qué balance hacen del informe sobre el año 2023?
Con respecto al año 2022, el Informe de Ataques a la Libertad Religiosa en España 2023 refleja una reducción de un 6% de los casos contra este derecho fundamental. Pero hay que interpretar las cifras para tener una comprensión real de la situación.
En nuestro informe, hemos recogido 195 ataques contra la Libertad Religiosa en el año 2023. La religión más atacada ha sido la católica con 109 casos. Si a esta cifra le sumamos los ataques recogidos contra otras denominaciones cristianas, los casos ascenderían a 140. Es decir, 3 de cada 4 ataques contra la Libertad Religiosa en España se cometen contra los cristianos. También hay que remarcar que, desde el ataque terrorista de Hamás realizado el 7 de octubre en Israel, se han registrado 21 ataques contra judíos por motivos únicamente religiosos, lo que supone un aumento de algo más del 600% frente al año 2022.
El informe refleja que, por comunidades autónomas, encabeza el número de ataques Andalucía, con 26 casos, la Comunidad de Madrid, con 22 casos y Cataluña, con 21. Los casos de ámbito nacional y no adjudicables a ninguna Comunidad en concreto, ascendieron a 64.
Además, de los ataques que tienen como responsable un partido político, 30 corresponden al PSOE, 13 a Podemos y 5 a Izquierda Unida.
En cuanto a los medios de comunicación, los responsables de más ataques son el Diario Público y el periódico digital Nueva Tribuna, ambos del mismo grupo, totalizando 11 casos.
Por tipologías, el mayor número de ataques recogidos están relacionados con el laicismo beligerante (65). Le siguen 54 casos de escarnio a la religión, 41 de ataques a lugares de culto y símbolos religiosos, 32 de vejaciones a creyentes y 3 casos de violencia física contra creyentes.
Aunque el informe registra una reducción de los ataques a nivel general, éstos han demostrado ser más violentos. Los casos más graves son aquellos que atentan contra la integridad física de las personas directamente y en el año 2023 se produjo el asesinato del sacristán Diego Valencia en Algeciras. Este hecho no tiene precedentes en España en las últimas décadas. En el mismo suceso un sacerdote resultó herido, aunque la intención del agresor, según sus propias palabras, era directamente asesinarlo. Y recientemente, en este año 2024, un fraile franciscano fue asesinado en Valencia y otros 4 resultaron heridos.
También el mayor grado de violencia se percibe en los ataques a los lugares de culto y símbolos religiosos. Por ejemplo, hemos observado un incremento en el número de ataques a cementerios donde se destruyen tumbas y objetos religiosos con gran violencia. También sabemos que muchas iglesias están tomando medidas de autoprotección, como poner cámaras de seguridad, alarmas… Y que se han visto obligadas a cerrar para evitar las profanaciones y vandalismo en general cuando antes permanecían abiertas durante gran parte del día.
Esto, que no aparece reflejado en ningún informe, es un indicador más de la preocupación de los creyentes ante los ataques a la libertad religiosa que se están dando en nuestro país.
España no es ajena a lo que pasa en Europa y las tendencias tienden a confirmarse en todos los países. Por eso miramos con preocupación lo que está sucediendo en el resto de Europa, donde se está observando un aumento de los delitos de odio por motivos religiosos y de los ataques a la libertad religiosa en general. Según OIDAC Europa (Observatorio de Intolerancia contra los cristianos), y citamos textualmente su informe, “los países que suscitaron especial preocupación fueron Francia, con casi 1.000 delitos de odio contra los cristianos en 2023; el Reino Unido, donde los incidentes aumentaron a más de 700; y Alemania, que registró un aumento del 105% pasando de 135 casos en 2022 a 277 en 2023.1” Y estas cifras no incluyen el resto de ataques a la libertad religiosa, sólo los calificados como delitos de odio.
En Francia, el número de incendios a iglesias ha aumentado preocupantemente. En el Reino Unido, por ejemplo, un hombre fue procesado y declarado culpable en un fallo del tribunal de Magistrados en Bournemouth por orar en silencio mentalmente en una calle pública cerca de una clínica de abortos. Fue interrogado en la oficina sobre “la naturaleza de sus oraciones” y fue declarado culpable por este hecho, en libertad condicional y con un pago de 9.000 libras esterlinas por las costas del proceso. En su decisión, el tribunal argumentó que su oración equivalía a una “desaprobación del aborto” porque en un momento se vio su cabeza ligeramente inclinada y sus manos entrelazadas. El propio acusado, Smith-Connor, se lamentaba de que el Tribunal había decidido que ciertos pensamientos (pensamientos silenciosos) pueden ser ilegales en el Reino Unido y se preguntaba cómo podía ser condenado como un criminal cuando lo que hizo era rezar a Dios en la privacidad de su propia mente2.
¡Esto está sucediendo en Europa! Y mientras tanto, se puede atacar a la Iglesia, a los fieles y a la libertad religiosa en público, en medios, en periódicos… y que no pase nada porque todas estas manifestaciones son consideradas como “libertad de expresión”…Estos hechos son muy preocupantes y hay que estar alerta.
¿A qué atribuyen que hayan disminuido los ataques este año?
Si hacemos una lectura profunda de los datos, vemos que la disminución se ha dado únicamente en la tipología de “laicismo beligerante”. En las otras tipologías, escarnio a la religión, ataques a lugares de culto y símbolos religiosos y vejaciones a creyentes, los casos han aumentado con respecto a 2002. Y en la tipología de “violencia física contra creyentes” se ha computado un caso menos, pero los tres registrados en 2023 son más violentos, como comentábamos antes.
Los datos que ha recogido el Observatorio en España 2023 se nutren de las noticias aparecidas en los medios, en las páginas web del Congreso, del Senado y de los Parlamentos Autonómicos y de hechos relatados por nuestros colaboradores, comprobados y contrastados adecuadamente, y recibidos a través de las redes sociales y el correo electrónico. Pero sabemos que hay muchos más ataques que no salen en los medios y que no son denunciados. Y por tanto no se reflejan. Hay un nivel de infradenuncia muy grande. Por mencionar un ejemplo concreto: estuvimos hablando sobre libertad religiosa a un grupo de unas 40 jóvenes que estaban de convivencia en Galapagar. En un momento del encuentro, se pidió que levantaran la mano aquellas que habían sido centro de algún tipo de ataque por sus creencias religiosas en sus institutos, con el grupo de amigos, en su día a día… Prácticamente todas levantaron la mano. Y cuando se las preguntó sobre si habían denunciado este hecho o habían hecho algo para atajar estos ataques, prácticamente todas bajaron la mano. Y estos casos no quedan recogidos en ninguna parte. También conocemos intentos de agresión a sacerdotes o monjas, mofas que reciben frecuentemente los creyentes… Se sufre pero los hechos no trascienden y no salen a la luz… El Observatorio intenta concienciar sobre la importancia de actuar y denunciar estos hechos para tener el pulso real de la evolución de la intolerancia religiosa en España. Y estamos proponiendo medidas en el marco del Plan de seguimiento de los Delitos de Odio para que estos casos no queden ocultos.
Hay posicionamientos anti-religiosos que se están radicalizando y los discursos y manifestaciones de políticos, medios y figuras públicas precisamente no ayudan. Además, estas manifestaciones anti-religiosas frecuentemente son aplaudidas por ciertos sectores mediáticos (normalmente vinculados con posturas de “izquierdas”) y admitidos amparándose en el derecho a la libertad de expresión. Pero es extraño que campañas a favor de la religión o a favor de rezar sean canceladas y que no queden amparadas bajo este derecho a la libertad de expresión mientras que otras declaraciones o manifestaciones “artísticas” que insultan y ofenden a las personas creyentes y a sus símbolos, sí sean defendidas amparándose en este derecho. Consideramos que hay cierta asimetría o subjetividad en la forma en que se valora una acción u otra en relación con este derecho.
¿Por qué el conflicto bélico de Israel ha hecho aumentar las agresiones a los judíos?
Creo que la sociedad española no está familiarizada con la mentalidad de Oriente Medio y el conflicto. Mi opinión es que hay una cierta confusión, desinformación y desconocimiento sobre la realidad de Israel y la situación actual. Y se tiende a mezclar las cosas. La actuación de los medios y las declaraciones que se realizan por parte de nuestros representantes, están contribuyendo a crear una corriente de opinión que no se ajusta a la realidad. Y en muchos de los países occidentales sucede lo mismo. Se han interiorizado una serie de clichés y se hace una identificación Estado de Israel-judíos de todo el mundo-religión judía. Y esto no es así. Algunos de los ataques que incluimos en nuestro informe dan fe de ello, como las viñetas que han sido publicadas en medios de prensa de cabecera.
La guerra actual, que comenzó por el ataque terrorista de Hamás, enfrenta a Hamás con el Estado de Israel (luego se abrió el frente de Hezbolá). Y estos son los agentes en conflicto. Al identificar judíos-religión/cultura judía con Estado de Israel se produce una injusta asociación. Cierto es que hay o puede haber una afinidad ideológica entre judíos que viven en otros países con el Estado de Israel, como también la puede haber entre personas cristianas o de otras confesiones o ideologías. Israel es un país que aglutina multitud de realidades. De hecho, algo más del 21% de su población son musulmanes (datos de noviembre 2022 que se pueden consultar en la web del Ministerio de Asuntos Exteriores). También hay ciudadanos que son cristianos católicos, evangélicos, ortodoxos, mormones… Hay israelíes que son árabes musulmanes o árabes cristianos; hay drusos, beduinos, samaritanos, judíos ortodoxos, judíos mesiánicos, judíos conservadores y reformistas y muchas personas no creyentes. Todas estas realidades conviven en Israel que es el país que está en guerra.
Por tanto, Israel no es igual a judíos y judíos no es igual a Israel, aunque se tienda a identificar a todas las personas que viven en otros países y que tienen una cultura judía o convicciones judías, sean religiosos o no, como parte del conflicto. Y este es uno de los motivos del aumento de ataques contra la población judía tras el 7 de octubre. Otros factores que intervienen son las declaraciones de algunos políticos o personas mediáticas, la información no objetiva y sesgada que transmiten ciertos medios sobre el conflicto y un grado de antisemitismo que se mantenía hibernado en momentos de “paz”. Todos ellos crean una corriente de opinión en la sociedad y avivan las posturas radicales que se concretan en ataques.
Para entenderlo desde otras realidades pongamos como ejemplo otra guerra que hay en el mundo y que es conocida por todos: la guerra entre Rusia-Ucrania. Nadie en nuestro país ataca a ciudadanos de origen ruso o ucraniano por el conflicto actual. Tampoco es atacada la iglesia Rusa y sabemos que sus líderes religiosos se posicionaron políticamente en el conflicto. No hay manifestaciones masivas, ni actos de protesta que hayan sido mediatizados de la misma forma que se hace con la guerra Israel-Hamás-Hezbolá. ¿Por qué esta asimetría?
Por poner otro ejemplo, es normal que los cristianos se sientan especialmente sensibles ante los ataques que sus hermanos sufrieron en Siria, en las zonas que fueron controladas por el Daesh o que sufren en otras partes del mundo. ¿Tendrían que posicionarse los cristianos contra todas las personas de nacionalidad Siria o contra todos aquellos que son de la misma nacionalidad o religión de quienes atacaron y asesinaron a los cristianos en esa zona? Yo creo que no, que no tiene ningún sentido.
Los analistas expertos en el conflicto afirman que la guerra que inició Hamás no tiene un carácter territorial sino religioso. Es complicado abordar una situación en la que uno de los objetivos que aparecen en el ideario de una de las partes es exterminar de la faz de la tierra a todos los judíos. El famoso lema “del río al mar” es el reflejo de este ideario. Éste fue utilizado en la reunión que se celebró entre el líder supremo de Irán, Ali Jameneí, y el que fuera líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en el contexto de los ataques del 7 de octubre.
El Comité Judío Estadounidense calificó esta frase como un “llamamiento al movimiento armado” y una incitación a la destrucción de Israel. Pues bien, este eslogan fue mencionado en la intervención que realizó la ministra Yolanda Díaz cuando anunció que el Gobierno de España reconocía al Estado Palestino. Y también Sira Rego, ministra de Juventud e Infancia, puso este lema en su red de “X”3. Son miembros del Gobierno, personalidades que deberían dar ejemplo y están utilizando esta frase considerada antisemita y de incitación al odio…
Entonces tenemos una combinación de diversos factores: desconocimiento histórico y actual del conflicto y de la mentalidad de oriente por parte de la sociedad, identificación de judíos de todo el mundo con Estado de Israel, antisemitismo, noticias no objetivas y sesgadas, discursos de políticos, intereses económicos …
Las imágenes que hemos visto recientemente en Ámsterdam y los ataques con violentas agresiones físicas que se produjeron contra los seguidores israelíes del Maccabi de Tel Aviv que asistían a un partido de fútbol son terribles…
Aún así la religión católica ha sido la más atacada…
Sí, es así. La religión católica es mayoritaria en España y está enraizada en nuestra cultura, en nuestras costumbres y celebraciones.
Desde hace años, hay una corriente laicista muy fuerte y, desde ciertos sectores, una aversión a todo lo que tenga que ver con la religión en general y con la religión católica en particular. Esta corriente de pensamiento es promovida y apoyada por algunos medios y partidos políticos. No estamos diciendo que pensar de manera alternativa sea malo, sino que bajo esa ideología se da cabida a posiciones más radicales que no sólo quieren, por ejemplo, erradicar la religión de los colegios, los lugares públicos y la vida pública, sino que, además, quieren imponer un adoctrinamiento a los niños en las escuelas siguiendo su propia ideología y sin respetar las creencias religiosas y la moral que los padres quieren para sus hijos.
Y el laicismo y esa aversión a todo lo que tiene que ver con la religión promovido desde todos estos sectores, se traduce en ataques que van destinados principalmente a la religión mayoritaria. Porque el número de colegios, lugares de culto y universidades católicas es el más numeroso de entre todas las confesiones que hay en España.
Como hemos visto, tampoco ayudan las declaraciones de políticos y autoridades públicas que manifiestan su postura anti-religiosa apoyando o incluso iniciando acciones concretas como la retirada de cruces. O que elevan peticiones para que se retire del ámbito público cualquier manifestación religiosa. También banalizan, no censuran de forma contundente o apoyan acciones violentas contra los católicos frente a iglesias, como ha quedado registrado durante varios años en nuestros informes con los ataques de las juventudes de Arrán.
Esta aversión y la falta de respeto a los sentimientos religiosos se ve también frecuentemente en programas de televisión, eventos culturales o en declaraciones de personas mediáticas. Se ataca la sensibilidad de los cristianos con mofas, escarnios… y quedan impunes bajo el supuesto derecho a la “libertad de expresión”. Y, en muchas ocasiones, los ayuntamientos u otras instituciones públicas son las que las organizan o avalan eventos culturales que atacan y ofenden directamente a los creyentes. Todo esto va calando en la sociedad y en la gente joven y crea un clima negativo contra los católicos y la religión cristiana en general al ir en dirección contraria a la tendencia que “el mundo” quiere imponer. Porque, en realidad, pocas otras religiones son atacadas en estos programas televisivos, eventos culturales y declaraciones de personajes mediáticos. Mofarse, hacer escarnio del cristianismo les sale gratis.
Es el primer año que se registra un asesinato, el del sacristán a manos de un yihadista en Algeciras. ¿Hasta qué punto ven grave y preocupante este asesinato?
No hay que esconder lo que pasa y hay que llamar a las cosas por su nombre. Cuando hay un asesinato hay que ser contundente en su rechazo y tomar medidas que claramente desincentiven estas actuaciones. El Observatorio solicitó al ministro que convocara una sesión extraordinaria de la Comisión de Delitos de Odio para condenar el asesinato. Era necesario que se le diera la importancia que merecía y que los cristianos y la sociedad pudieran ver que las instituciones les defienden, acompañan, que se preocupan por lo que puedan estar sufriendo. Y, además, mostrar la unión del resto de participantes en la Comisión de Delitos de Odio en un frente común contra estos delitos. Lo que ocurrió en Algeciras fue un delito de odio contra los cristianos “de libro”.
Pero desde el Ministerio de Interior prefieren tipificarlo como “ataque terrorista”. El Observatorio pidió al ministro Grande-Marlaska en las reuniones de esta comisión, y cada vez que hemos tenido ocasión, que registrara el caso como un delito de odio contra los cristianos. Pero no lo ha hecho. Así, cuando se revisen los datos y las estadísticas sobre este tipo de delitos, este caso no computa. No hay delito de odio contra cristianos. Si algo no queda registrado, no existe. Un caso menos. Y así se falsea la realidad y se esconde lo que está pasando realmente. Y si con este caso tan mediático hemos tenido este resultado, nos preguntamos qué sucederá con la calificación de otros ataques contra cristianos…
Afortunadamente, la OSCE (la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) nos ha dado la razón y ha registrado en sus estadísticas europeas del año 2023 el caso del asesinato en Algeciras como un delito de odio contra los cristianos en España. Al menos, en Europa, este caso cuenta.
Sin embargo, el ministerio del Interior se negó a convocar la Comisión de Seguimiento del Plan de acción de lucha contra los delitos de odio. ¿Cómo valoran este hecho?
Consideramos que el Ministerio de Interior no le está dando la misma importancia a todos los delitos de odio, que la valoración es distinta dependiendo del origen dicho delito. De hecho, hubo una convocatoria extraordinaria, a la que fue invitado el presidente del Gobierno, para mostrar apoyo, indignación y repulsa contra un delito de odio de otra naturaleza que no era religiosa. El caso tuvo un gran impacto mediático y después resultó ser falso. Y tuvieron que “modificar” el motivo de la convocatoria. Pero se convocó.
Para el Observatorio, las víctimas de atentados cometidos por odio a las creencias religiosas importan. Y así se lo dijimos directamente al ministro, a todo el equipo de la Oficina Nacional de Delitos de Odio, a los representantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y a los portavoces de las asociaciones presentes en la reunión del seguimiento del Plan de acción de lucha contra los Delitos de Odio celebrado el mes de julio de 2023.
¿Por qué exigen “que no se elimine el delito de ofensa a los sentimientos religiosos para que estos ataques no queden impunes”?
Estamos viendo cómo están aumentando los ataques a la libertad religiosa en Europa. Y también observamos lo que está pasando en España. Se está limitando y se están banalizando los ataques perpetrados por motivos religiosos. Y este es uno de los motivos por el que pedimos que no se elimine este delito.
La propuesta de eliminarlo salió adelante tras el acuerdo entre PSOE y Sumar. Estos partidos han manifestado con palabras, reivindicaciones y actos su posición anti-religiosa por boca de sus políticos y cargos públicos. El Gobierno ha justificado esta eliminación argumentando que “tiene como objetivo adecuar nuestro Código Penal al derecho de la Unión Europea”. Bueno, el Observatorio publicó un informe en julio de 2024 sobre la protección legal de la libertad religiosa en la UE en el que se mostraba que un total de 21 de los 27 estados miembros (es decir, todos salvo Irlanda, Suecia, Estonia, Francia, República Checa y Croacia) sancionan las ofensas a los sentimientos religiosos de los ciudadanos. Y Grecia, además, castiga la blasfemia.
Además, el informe subraya que hay 9 países de la UE que sancionan los delitos contra los sentimientos religiosos de los ciudadanos igual que España, 9 países que los sancionan con penas 2 veces más severas que España y 2 países con penas 3 veces más severas que España.
En el informe se detalla por país el artículo del código penal que protege los sentimientos religiosos con un link que da acceso a la legislación local. Este informe se puede descargar de la página web del Observatorio:
El Convenio Europeo de Derechos Humanos, ratificado y por ende vinculante para todos los Estados miembros de la Unión Europea, reconoce y garantiza el derecho fundamental a la libertad religiosa en su artículo 9, lo cual obliga a todos los Estados firmantes a protegerla. ¿Por qué nuestro Gobierno dice que quiere eliminar el delito contra los sentimientos religiosos para adecuar nuestro código penal a Europa? Hemos demostrado que NO es verdad y que este delito está protegido en la mayoría de los países de la Unión Europea. Nosotros no queremos que se elimine y más teniendo en cuenta todo el panorama descrito anteriormente. Necesitamos que la libertad religiosa siga siendo considerada un derecho que importa y que su incumplimiento esté penado en un artículo específico.
¿Qué otras peticiones han hecho a los partidos políticos y gobernantes?
Además de que se mantenga el delito de ofensas a los sentimientos religiosos en el código penal, el Observatorio pide a los partidos políticos y, por tanto, a los legisladores y gobernantes:
1. Que protejan los símbolos religiosos y se tomen medidas para custodiar los templos. Como hemos comentado anteriormente, algunas comunidades religiosas tienen que poner cámaras o seguridad privada para evitar los ataques.
2. Que respeten el derecho a rezar cuando y donde uno quiera. También delante de un centro que practica abortos o en las proximidades de la sede de un partido político.
3. Que se garantice el cumplimiento efectivo de los tratados firmados por el Estado español con las diferentes confesiones religiosas, también en lo relativo a la libertad de los padres a educar a sus hijos según sus propias convicciones.
4. Que no se fomente el odio antirreligioso y el laicismo beligerante desde las instituciones públicas y los órganos de representación de los ciudadanos, ya que las personas creyentes no son ciudadanos de segunda.
1https://www.intoleranceagainstchristians.eu/publications/oidac-report-2024
2Observatory of intolerance against christians
3https://www.eldebate.com/espana/20240523/desde-rio-hasta-mar-yolanda-diaz-recurre-eslogan-abofa-desaparicion-israel_199259.html
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