Dirigido por la Universidad de Flinders en Adelaide, el artículo publicado en la revista Nature Reviews Psychology sugiere que una combinación de biología y psicología del sueño adolescente hace que los jóvenes sean vulnerables a desarrollar depresión.
El profesor de la Facultad de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Australia Occidental (UWA) y coautor del artículo, el Dr. Cele Richardson, señaló un ritmo circadiano retrasado, una duración del sueño restringida y una mayor probabilidad de pensamientos negativos al intentar conciliar el sueño fueron todos factores que contribuyeron a esta susceptibilidad a la depresión.
“Los adolescentes son la subpoblación con mayor restricción crónica del sueño a lo largo del desarrollo humano, tanto en las sociedades occidentales como en las orientales, con datos de todo el mundo que sugieren que duermen demasiado tarde y muy poco”, dijo.
El equipo de investigación descubrió que durante la adolescencia, los cambios en el desarrollo de los sistemas biológicos que regulan el sueño y la vigilia proporcionaron caminos hacia la depresión.
“El primer factor es una acumulación más lenta de somnolencia a lo largo del día, lo que retrasa el inicio del sueño en los adolescentes mayores”, dijo Richardson.
“Aunque los adolescentes se duermen más tarde, las horas de inicio de clases siguen siendo tempranas, lo que significa que es difícil para los jóvenes lograr un sueño óptimo de 9,3 horas, y esta restricción del sueño, a su vez, aumenta los síntomas de depresión.
«En segundo lugar, la dificultad para conciliar el sueño empeora aún más por un retraso en el ritmo circadiano que ocurre durante el desarrollo de la adolescencia y tener un reloj corporal tardío se asocia consistentemente con un mayor riesgo de depresión».
Richardson agregó que estos dos factores luego conducen a un tercer camino más psicológico hacia la depresión, la oportunidad de preocuparse y rumiar repetidamente, que también se asocia con la depresión adolescente.
Intervenciones para prevenir la depresión relacionada con el insomnio
«La investigación adicional sobre el papel del sueño en la depresión también puede ayudarnos a desarrollar enfoques de prevención más efectivos para que podamos detener la aparición de la depresión, al menos para algunos jóvenes», dijo Richardson .
Mientras tanto, la Dra. Gorica Mimic del Instituto Flinders de Salud del Sueño y coautora del artículo de investigación recomendó a las escuelas y comunidades incorporar la educación sobre el sueño en sus planes de estudios para apoyar el bienestar de los jóvenes durante este período vulnerable.
«Dado que los factores biológicos y fisiológicos subyacentes contribuyen significativamente a esta manifestación, el conocimiento básico del sueño y lo que sucede durante el sueño en la adolescencia puede ayudar a los jóvenes a comprender y manejar mejor su sueño», dijo.
La responsabilidad también recae en los padres, dijo la coautora e investigadora de la Universidad de Flinders, la Dra. Michelle Short, quien sugirió que los padres apoyen el sueño y la salud mental de los adolescentes al establecer límites a la hora de acostarse en las noches de escuela.
También señaló que las escuelas podrían abstenerse de programar actividades extracurriculares antes de la escuela y no iniciar las clases antes de las 8:30 a.m.
(Con información de Epoch Time)
