El descalabro electoral de Junts será decisivo para la salida de Pedro Sánchez del gobierno | Alfonso P. Sanz

 La última encuesta de Sigma Dos, publicada en El Mundo este lunes 5 de octubre de 2025, ha caído como un jarro de agua fría sobre Junts per Catalunya. El partido de Puigdemont podría perder tres escaños en el Congreso, pasando de 7 a solo 4, mientras que Aliança Catalana (AC), la agrupación ultranacionalista de Sílvia Orriols, se cuela con un escaño por Barcelona y un sorprendente 9,8% de los votos en Cataluña. No es un dato aislado. Este goteo de votos, que ya se notó en las autonómicas de 2024, pone en evidencia el enorme coste que está pagando Junts por sostener a Pedro Sánchez en La Moncloa. Este desgaste, junto con la división del independentismo y las tensiones internas, podría ser la chispa que termine con el Gobierno de Sánchez antes de 2027.

El tiempo ha demostrado que cuando Junts selló el pacto de investidura con el PSOE en noviembre de 2023, a cambio de la amnistía, concesiones y competencias, cometió un grave error de cálculo. Las encuestas más recientes, como las del CEO catalán o la de Ipsos para La Vanguardia en septiembre de 2025, son demoledoras: Junts caería de 35 escaños en el Parlament a entre 21 y 26, perdiendo hasta 120.000 votos. Mientras tanto, AC, con su retórica independentista radical y su mensaje antiinmigración, está pescando en el caladero de Junts, especialmente en comarcas como Girona o Lleida, donde el discurso de “independencia sin rodeos” conecta con un votante frustrado.

El problema de fondo es que muchos votantes de Junts sienten que les han vendido humo. En 2023, Puigdemont prometió no hacer como ERC y no apoyar a un gobierno del PSOE, por lo que el acuerdo con Sánchez ha generado una sensación de traición. Alianza Catalana acusa a Junts de negociar con Madrid y volver con las manos vacías. La fragmentación del independentismo no ayuda: ERC estaría el primero con 21 escaños, Alianza Catalana se dispararía hasta 11-19, dejando a Junts en una situación desesperada.

Para la mayoría de los españoles que quieren ver a Sánchez fuera de Moncloa, esta crisis es una oportunidad de oro. Junts no se puede permitirse perder el liderazgo y caer a tan solo 4 escaños en el Congreso, pasando a formar parte del Grupo Mixto. Por esto ya han subido el tono, bloqueando los Presupuestos de 2025 y leyes clave como la de la jornada laboral, en un intento desesperado por recuperar a sus votantes. Pero dentro del partido crece la presión sobre Puigdemont para romper con Sánchez. Si no llega un cambio de tendencia pronto, Junts podría abandonar al gobierno, abriendo la puerta a una crisis que acelere elecciones en 2026.

El declive de Junts pone contra las cuerdas al gobierno de Sánchez. Su dependencia de un aliado en caída libre, junto con el ascenso de AC y la polarización en Cataluña, hace que su aspiración por agotar la legislatura sea inviable. Los malabarismos del autócrata, Pedro Sánchez, parece que están llegando a su fin. Bendito sea Dios.

Alfonso P. Sanz | Jurista

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