La asociación ASAJA organiza una jornada sobre la importancia de «comer insectos como fuente de proteínas sostenible»
En vez de apoyar a los agricultores se «vende» al globalismo
La asociación agraria de jóvenes agricultores -ASAJA- apoya la comida de insectos y organiza en Madrid una jornada para promover este modelo como “fuente de proteínas sostenible”, en línea con las políticas globalistas de la Unión Europea.
ASAJA parece haber olvidado que su misión principal es defender al sector primario y a los productores nacionales. En vez de alzar la voz contra las políticas que arruinan al campo, opta por respaldar el discurso del globalismo y de Bruselas, disfrazado bajo la etiqueta de sostenibilidad. Es una traición a su misión y fines.
El evento de ASAJA: insectos como proteínas del futuro
La jornada de ASAJA tendrá lugar el 27 de agosto en Madrid, en la sede nacional de la entidad, situada en Chamberí (calle Agustín de Betancourt, 17).
Durante cinco horas, de 9 a 14, empresas y centros tecnológicos mostrarán técnicas de producción de insectos destinados al consumo humano. Se incluyen entidades como ProteInsecta, AINIA y Sigeneris S.L., que expondrán sus avances en el mercado de proteínas alternativas.
ASAJA apoya la comida de insectos con los mismos argumentos globalistas justificando que supone “una alternativa sostenible frente a las proteínas convencionales”. Pero lo que en realidad presenta es un alineamiento total con los compromisos europeos de la Agenda 2030, alejándose de las demandas reales de los agricultores españoles.
Una iniciativa financiada por la UE y el Gobierno Sánchez
El proyecto de ASAJA está cofinanciado por la Unión Europea y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, un ministerio dirigido por el gobierno socialista de Pedro Sánchez, que impulsa la agenda verde y la economía circular.
No es casualidad. Bruselas y el Ejecutivo socialista buscan imponer un nuevo modelo alimentario que margina a los agricultores tradicionales. Mientras tanto, ASAJA apoya la comida de insectos y se suma al relato oficial en lugar de defender al sector.
Con este tipo de iniciativas, la asociación actúa más como colaborador del globalismo que como representante de los trabajadores del campo. En vez de oponerse a las políticas que asfixian al sector, participa en el teatro político de la “innovación sostenible”.
El campo español: abandonado por sus propias asociaciones
ASAJA, que debería ser un baluarte contra las políticas que arruinan al campo, se ha rendido. Su complicidad con la élite globalista de Bruselas deja huérfanos a miles de agricultores que esperaban representación.
En lugar de plantar cara a la importación masiva de productos extranjeros, a la burocracia asfixiante y a los precios injustos, ASAJA apoya la comida de insectos. Prefiere seguir la corriente del izquierdismo globalista antes que defender los cultivos, las cosechas y la vida rural.
El negocio de los insectos frente a la soberanía alimentaria
Los defensores de este modelo aseguran que producir insectos es más barato, menos contaminante y más “sostenible”. Sin embargo, ocultan que detrás de este discurso se esconde un negocio multimillonario financiado por fondos europeos y sostenido por el globalismo.
ASAJA apoya la comida de insectos en nombre de la sostenibilidad, pero deja de lado un principio esencial: la soberanía alimentaria. España no necesita grillos en los platos de los ciudadanos. Necesita agricultores fuertes, cultivos sostenidos y un sector rural protegido frente a la competencia desleal.
Globalismo y comida de insectos: un mismo plan
El plan globalista es claro: reducir -hasta eliminarla- la producción agrícola tradicional, debilitar a los agricultores nacionales y sustituir los alimentos naturales por productos sintéticos o artificiales.
La UE lo promueve bajo la excusa de la Agenda 2030, el cambio climático y la economía circular. Y lo hace con la complicidad de asociaciones que deberían oponerse. Hoy, ASAJA apoya la comida de insectos; mañana, ¿qué más aceptará?
Este proceso refleja un ataque directo contra la cultura gastronómica de España, contra la dieta mediterránea y contra el trabajo de generaciones de agricultores.
ASAJA traiciona al campo
La decisión de ASAJA de respaldar la producción y el consumo de insectos como fuente de proteínas no es inocente. Es la prueba de que se ha rendido al poder globalista, al dinero de Bruselas y al gobierno socialista de Pedro Sánchez.
ASAJA apoya la comida de insectos mientras miles de agricultores pierden sus explotaciones y el campo español agoniza. La asociación abandona a los suyos y se convierte en instrumento del globalismo. España no puede aceptar que sus agricultores se sustituyan por insectos en el plato.
2 comentarios en «ASAJA se rinde al globalismo: apoya la comida de insectos en lugar del campo español»
Miserables mercenarios
Poderoso caballero es Don Dinero