El presidente Sánchez comenzó este año 2025 utilizando toda la publicidad del Estado anunciando, con la orquesta acostumbrada de escribidores adictos, pero ahora con bombo, realizar más de un centenar de actos para conmemorar los cincuenta años de libertad en España. Conociendo al personaje, estas palabras altisonantes en realidad significaban que, lo que deseaba este mal presidente, era magnificar la peor imagen del Caudillo Francisco Franco, aprovechando el 50 aniversario de su muerte. En su primer acto ya se intuía el odio a Franco, heredado de su ignorancia, cuando anunció que, en ese acto, se celebraría el Día de Recuerdo y Homenaje a todas las víctimas del golpe militar, la Guerra y la Dictadura. De las otras víctimas, las muertas en actos de guerra, o asesinadas por su bando, no ha dicho, ni dirá, una sola palabra.
Lo curioso del tema es que, este neomaqui, no se ha enterado todavía que el General Franco no fue el autor de ningún golpe de Estado, aunque luego se uniera al mismo; todo lo contario, el General que defendió el golpe de estado revolucionario, y armado, contra la República, organizado en el año 1934 por el burrancón socialista, Largo Caballero, y su sindicato, fue su odiado General Franco que, obedeciendo las órdenes de la República, se ocupó de acabar con ese golpe social-comunista en pocos días.
Desde el comienzo de estos obligados actos antifranquistas organizados por Sánchez, se ha producido en la sociedad española una especie de miedo a hablar la verdad de la figura del General Francisco Franco bajo penas, reales o disimuladas, de diferente pelaje, entre las que se encuentran el silencio de la prensa sectaria subvencionada, y el baboso silencio de los cobardes, de la apatía del pueblo y la de los pocos mayores que vamos quedando en la actual sociedad, protagonistas presenciales que vivimos la mitad de nuestra existencia, bajo el mando absoluto de Francisco Franco.
Pues como decimos, los que nacimos frisando los años 40’ del pasado siglo, vivimos casi 40 años bajo la “bota” de Franco. Lo peor de todo, sea dicho como simple metáfora, es que estamos viviendo otros más de 40 años bajo el “botín” de la democracia. Diremos más: los mayores somos los poseedores únicos de los verdaderos elementos de comparación, y de juicio, para opinar sobre el gobierno del General Francisco Franco y sobre los que nos gobiernan en la actual democracia.
Nos hace mucha gracia cuando estos neomaquis que nos gobiernan hoy, feministas de ocasión, y mucha “chavalería” que vejeta en el Congreso de los Diputados, se les hincha el papo, como a los pavos, cuando hablan de la cacareada Transición del 78’, sin enterarse de que ellos, en esos años solo chupaban el chupete y se hacían caca en los pañales.
Ya va siendo el momento de pensar, de una jodida vez, a ver si nos enteramos todos que el éxito de esa famosa Transición fue presidida, autorizada y conseguida, única y exclusivamente, por el pueblo español. Ni el rey emérito, Juan Carlos I, ni el traidorzuelo falangista de Adolfo Suarez Illana, ni ninguno de los políticos que presumen hoy de vivir de las rentas de ese éxito exclusivo del pueblo español, pueden arrogarse autoría alguna de protagonismo de la Transición. Diríamos más, ni siquiera el éxito del que han presumido algunos autores, dizque padres de la Constitución de 1978, pueden alegrarse mucho de la bajada de pantalones, hasta los tobillos, que representaron en su momento y que, pasado el tiempo, podemos decir que sus defectos y concesiones las estamos pagando hoy; si alguien lo duda, ¿por qué hoy la mayoría de los políticos socialistas, comunistas, bilduetarras, centro-derecha, derecha y separatistas de ultra-derecha, todos coinciden en que esa Constitución del 78 se ha quedado anticuada y hay que reformarla por lo civil, por lo religioso o por lo militar…?
Es la hora, cuando se conmemora ese inventado “año de Franco”, de decir lo que pensamos. En el año 1975 el pueblo español gozaba, de una manera general, de una tranquilidad social, y económica, que era envidiable en muchos países de Europa. La sociedad decidió a conservar sus valores antes de volver a las andadas de una guerra civil que, ya estaba periclitada en la verdadera memoria histórica de España; el rey emérito Juan Carlos I, Adolfo Suarez, el presidente de la últimas Cortes franquistas, Alejandro Rodríguez de Valcárcel, el posterior presidente de esas Cortes, Torcuato Fernández Miranda (quien marcó el camino a Adolfo Suarez Illana, mediante la Reforma Política), inclusive el último presidente del gobierno del General Franco, Carlos Arias Navarro, todos ellos que habían “jurado lealtad al Movimiento Nacional”, se percataron de que el pueblo quería continuar su vida en paz, sin inventos violentos, que algunos predecían. Los militares españoles, siempre en su sitio de lealtad y disciplina heredada de su Jefe, se limitaron a callar…y, como siempre, apoyar al pueblo que le distinguía con su admiración y amistad. No podemos dejar de recordar a los grandes responsables del ejército en esos difíciles momentos: Feliz Álvarez Arenas, Pascual Pery Junquera, Carlos Franco Iribarnegaray, Gabriel Pita da Veiga y Sanz y tantos otros obedientes al pueblo que, haciendo gala de su gran dignidad, tomaron el camino del silencio disciplinado, con la dimisión, y el merecido descanso, antes de perjurar de sus principios. Adolfo Suarez Illana, tuvo ocasión de conocer bien la dignidad de algunos de estos disciplinados Generales de Franco, cuando se les coló de rondón el Partido Comunista del impresentable y envilecido por los asesinatos de Paracuellos, Santiago Carrillo…dizque, protagonista de la Transición…
Esta ha sido la verdad de la memoria histórica que hemos vivido varios millones de españoles mayores, cuando ahora solo nos confortamos con ir paseando, lentamente, a pesar de nuestra artrosis o de nuestras prótesis en las rodillas o en las caderas.
Prohibido hablar bien de la dictadura de Franco…
Estos niñatos neomaquis, chisgarabises y zurupetos de la política actual, no tienen algún derecho en prohibirnos hablar de nuestras vivencias durante el gobierno del General Francisco Franco. Estos y, sobre todo estas, feministas que mean colonia de Loewe, que han llegado a la política por arte de birlibirloque, es decir, por la magia de la sólida recomendación, el oportuno himeneo, el retozado camastro, o la corruptela a tiempo, nos vienen a prohibir ahora, a los viejos, hablar de lo que nos sale del níspero político o de Franco cuando, sin miramiento ni respeto alguno, se está “celebrando” este año 2025 la muerte de este “asesino dictador” que, dicho sea de paso, no se le ha dejado en paz ni enterrado bajo toneladas de piedra. ¡Valla espectáculo!
Les vamos a dar algún detalle del porqué del éxito del pueblo español en la Transición. Es muy sencillo, para que lo entiendan estos, y estas: el mayor éxito fue el 2,6 % de tasa de paro en el año 1973. Después de la Transición, en el año 1978, cinco años después, la tasa de paro ascendió al 7,9 %. Pero no somos tan gagás de echar toda la culpa a la democracia en este punto. La democracia no tiene culpa de nada, la tienen los que hoy la administran o gobiernan; bastante tiene, la pobre, con soportarlos.
En los años 40’ y buena parte de los 50’, cuando éramos niños ,o mozos, los viejos de hoy podemos recordar que, aunque muchos declaramos que no pasamos hambre, o al menos no la recordamos, estamos seguros que la tuvimos muy cerca cuando íbamos a comprar con las “cartillas de racionamiento”.… Asco nos da oír hablar a muchos de estos aprendices de neomaquis cuando, hablando de la actual inmigración afirman, con todo descaro e ignorancia, que: ya no nos acordamos cuando los españoles fuimos emigrantes…, intentando confundir al personal y mezclar las churras con las merinas. Ya saben bien estos y estas que los españoles fuimos emigrantes autorizados, en posesión de “papeles” del gobierno, con trabajo fijo en destino, viajando en un tren de línea regular, y con una cama donde dormir en Francia, en Alemania o donde fuéramos, desde el primer día. Después, cuando llegaron los primeros españoles a esos destinos, les iba tan bien que pedían a sus hijos, hermanos, primos, amigos, etc. que arreglaran los papeles para emigrar, porque ya tenían el trabajo asegurado. Nos consta, lo sabemos a ciencia cierta, que los españoles han sido considerados en Europa la mejor y más querida mano de obra extranjera que ha pisado esas tierras. A ver si dejamos ya de comparar lo que no admite comparación, y nos dejamos de mentirosas pamplinas.
Ello es que la ausencia de paro laboral, a partir de los años 60’, gracias al sacrifico y trabajo de nuestros padres, los españoles comenzamos a pensar en comprarnos un “pisito” modesto, un Seat-600 y, pasado un poco más de tiempo, cambiar a mejor pisito, sustituir el “600” por el Renault “Dauphine”, o el Seat-124, pasar un mes de vacaciones en la playa, y ahorrar un poco para comprar “la parcelita” en la sierra, o el apartamento en la playa, que hoy disfrutan, con gran alegría, nuestros hijos y nietos…Todo eso se ha conseguido con mucho esfuerzo, sin dejar de trabajar un solo día y jubilarnos, algunos, con 49 años de cotización a la Seguridad Social actual, inventada por los gobiernos de Francisco Franco
Eso sí, aquellos españoles que en aquellos años tuvieran apetencias políticas, sobre todo comunistas, lo tuvieron muy mal; no solo no prosperaron sino que recibieron palos al menudeo; no ocurrió lo mismo con los socialistas, porque su lucha contra Franco no dio señales de vida, por lo que Francisco Franco no los hizo ni caso nunca, por inútiles y nada activos (por mucho que presuman ahora de su lucha contra Franco) en ese tiempo solo destacaron algunos en los Sindicatos “verticales”, en las Hermandades del Trabajo y otras organizaciones sociales que tenían una misión en la sociedad. Ya quisieran los trabajadores de hoy sindicalistas de la talla de Marcelino Camacho, Nicolás Redondo, Nicolás Sartorius, Eduardo Saborido, Luis Fernández Costilla, etc. porque, además, cumplían su misión sindical trabajando y firmando una nómina, ganándose un sueldo fuera del Sindicato. Fue la Organización Sindical heredada de Franco la que dio ejemplo en la Transición, y de la que ya nadie se acuerda de los útiles y beneficiosos Pactos de la Moncloa, que se firmaron, antes de firma la nueva Constitución, en 1977, gracias al acuerdo entre los sindicatos y los empresarios. Hoy, esos sindicatos y empresarios van a lo suyo, cada uno por su lado como pollos sin cabeza, comunistas ellos y ganapanes los segundos.
De los crímenes, cuya responsabilidad se acusa a Franco, podrán ser ciertos aquellos que se cometieron después de la Guerra Civil, como ha ocurrido siempre en las guerras entre hermanos. Pensamos que, a partir de los años 60’, las venganzas de la Guerra Civil se habían disipado en gran manera: los exiliados de la guerra pudieron volver a España siempre que no tuvieran algún delito de sangre pendiente; los niños enviados por sus padres al “paraíso” de Rusia durante la guerra, pudieron volver si así lo deseaban. Ciertamente, en los años 70’ la paz Civil de la Guerra, se había conseguido casi de una manera definitiva; ni los pocos rencorosos que pudieran quedar, les importaba ya una higa la Guerra Civil. Desgraciadamente, el gobierno de Sánchez, continuando la obsesiva memoria familiar de su padre putativo, Zapatero, se ha empeñado siempre en recordar los horrores de la guerra, volviendo a enfrentar a las dos o tres Españas con su asquerosa, injusta y excluyente memoria histórica, cuya práctica se inició con el ultraje de la tumba de Francisco Franco en el Valle de los Caídos, televisada en directo por los medios públicos. Este acto de profanación y ultraje a la tumba del anterior Jefe de Estado, recordará siempre a su autor, Pedro Sánchez, en la verdadera Memoria de la Historia contemporánea de nuestro país.
No nos extraña nada el escaso o nulo entusiasmo que está demostrando la sociedad española con su indiferencia a esos artificiales actos programados contra Franco que, pensamos, se realizarán con la mala idea de venganza que se diseñaron, por empeñarse en ganar la desastrosa Guerra Civil que tenían perdida antes de comenzar…Pero Sánchez continúa empeñado en lo imposible, haciendo el ridículo cuando se presenta en esos actos haciendo siempre el mismo pobre discurso, repitiendo cantinelas como la que dijo abriendo estos actos, dicen que dijo: España pasó de una dictadura, pobre y aislada, a una de las democracias más plenas del mundo. Una economía moderna, abierta y sostenible, una sociedad tolerante e inclusiva, y una potencia internacional, comprometida con el multilateralismo, el europeísmo y la paz. Sobran los comentarios a estas manifestaciones grandilocuentes, que no significan nada o tratan de convencer solamente a sus sectarios presentes.
Pretender hacer tabla rasa de los primeros 40 años de nuestra vida, mintiendo constantemente o prohibiendo nuestra palabra, es un acto típico de las dictaduras más bolivarianas o castristas de las que han tomado el modelo. Solo pueden hablar los neomaquis bien pagados con nuestras pensiones, sentados y mandando en la poltrona del Congreso de los Diputados, sin apenas saber hablar ni haber dado un solo palo al agua nacional en su vida.
Madrid, Morante descansará unos días, antes de volver a fumar un puro, a 14 de agosto de 2025
Juan Hernández Hortigüela | Historiador y escritor





2 comentarios en «2025: El gobierno de Sánchez nos ha invitado a recordar a Franco | Juan Hernández Hortigüela»
Este Sánchez, que no tiene ni puta idea de nada, se piensa que rememorar la muerte de alguien es para descalificar su vida y es todo lo contrario, es para recordar lo bueno del finado. Todo este montaje respecto de Franco, no hace más que interesar a la gente por él y por lo que hizo, y darse cuenta de que lo que le dice esta jauría de nenazas, porque no tienen cojones, es mentira. Hay que ser mierda para hacer una performance como la del Valle de los Caídos. Desenterar a un muerto no tien ningún mérito, porque no puede defenderse, porque está muerto. Pero los que desentieran a los muertos están más muertos aún que ellos, y todos estamos deseando verlos en chirona, como se merecen por ladrones, traidores y mentirosos.
Tengo 88 años, nací el 25 de Febrero de 1937 en Granada, en el seno de una familia trabajadora y a pesar de ello pude estudiar el bachillerato en el Instituto Padre Suarez, en el que la inmensa mayoría de mis compañeros también procedían de la clase obrera, y finalizado el bachillerato pude cursar los estudios de Medicina. Todo ello bajo el «Opresivo Régimen del Malvado Franco». De modo que he vivido plenamente todos los acontecimientos referidos en el artículo de D. Juan Hernández Hortigüela, sin haber sentido en ningún momento falta de Libertad . Por ello, en mi modesta opinión, solo han «ganado» Libertad los que se nutren de la teta de la política, muchos de los cuales, están mamando de ella desde su mas tierna juventud, aprendiendo las triquiñuelas necesarias desde las «Juventudes» de los respectivos partidos, sin haber doblado el espinazo en toda su vida, y además seguirán viviendo del cuento, mientras sean obedientes a su jefe de partido, porque ya se encargan ellos de ponerse los sueldos que se les antoja y unas buenas opciones de retiro, ya sea mediante «las puertas giratorias», los chiringuitos para estatales o autonómicos, o incluso perteneciendo al Consejo de Estado. Es lamentable que nuestra «mala memoria histórica» no tenga ningún recuerdo de los logros socio-económicos y laborales que le debemos al Dictadór y que tampoco tengamos memoria de las tropelías perpetradas en la «Arcádica República»: incendios, saqueos y asesinatos incluidos, pero es lógico, porque hace falta mucha memoria para recordarlo todo. Solo queda preguntarnos como sería actualmente España si hubiese ganado la lamentable Guerra Civil el Frente Popular.