Desde hace años, los musulmanes yihadistas llevan a cabo una campaña de persecución y eliminación contra los católico, a los que quieren hacer desaparecer de África.
Es una estrategia de genocidio la que lleva a cabo esta banda terrorista islamista contra los católicos ante la impasividad, cuando no permisividad, de Occidente.
En la República Democrática del Congo, 50 cristianos han sido decapitados recientemente por la organización yihadista Estado Islámico, concretamente, por una de sus ramificaciones -África Central del Estado Islámico (ISCAP)-, con el fin de llevar a cabo un genocidio para hacer desaparecer a los cristianos
De hecho, este ataque guarda similitud con el acaecido en marzo del año pasado y en la misma nación africana. En aquel momento, los mismos terroristas narraron así su ataque: “Asaltamos por la noche la aldea cristiana de Mkundi, situada en la carretera Butembo-Beni. Atacamos las reuniones cristianas dentro de la aldea simultáneamente con armas de fuego y cuchillos, lo que dio como resultado 35 muertos y heridos. Quemamos las casas y propiedades de los cristianos dentro del pueblo y secuestramos a algunos de ellos antes de que regresaran a nuestras posiciones”.
Profesar la religión de Cristo en algunos países de África es una demostración de fe con la aceptación de un martirio. La realidad es que nadie pone freno a este auténtico genocidio, quizás porque se produce a muchos kilómetros de la civilizada Europa, más preocupada de reducir las tropas que luchan contra los terroristas y proteger sus intereses económicos, que amparar a los sufren tan terrible persecución. O quizás, y sería lo peor, porque también quieren, aunque de manera disimulada, la aniquilación del catolicismo.
Se trata de una salvajada más llevada a cabo por el yihadismo, por islamistas radicales, que quieren imponer su religión y su ley sharia a todo el que no crea en lo mismo que ellos.
(Con información de La Razón / Hispanidad)