WhatsApp retrasa sus nuevas reglas de uso por la avalancha de quejas.

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«Estamos retrasando la fecha en la que se pedirá a las personas que revisen y acepten los términos», ha señalado la compañía desde su blog.

Recogida de cable de WhatsApp. La aplicación propiedad de Facebook ha decidido retrasar la entrada en vigor de sus nuevas reglas de uso tras la avalancha de quejas que ha supuesto la marcha de una parte de sus usuarios hacia otras plataformas. «Estamos retrasando la fecha en la que se pedirá a las personas que revisen y acepten los términos», ha señalado la compañía desde su blog. La entrada en vigor de las nuevas normas estaba prevista para el 8 febrero, pero ya ha adelantado que no se realizará ningún cambio hasta medidos de mayo.

Desde la compañía achacan esta demora a la «confusión» que las reglas han creado entre su comunidad. Las nuevas normas, que ya se conocieron en julio de año pasado, amplian los datos que WhatsApp puede compartir con el resto de compañías que conforman Facebook.

No obstante, los usuarios de la Unión Europea (UE) no se verán afectados. Sí los de fuera del bloque comunitario, que desde el 8 de febrero se iban a quedar fuera de la aplicación si no aceptaban las nuevas condiciones. Ahora, tendrán unos meses más de margen para tomar la decisión.

En cualquier caso, el retraso no supone la supresión de la nuevas reglas de uso. De hecho, la intención de WhatsApp es «aclarar la información errónea sobre cómo funciona la privacidad y la seguridad«. La compañía se da unos meses para realizar esta labor, con el objetivo de que sus usuarios revisen «la política a su propio ritmo antes de que las nuevas opciones de negocio estén disponibles el 15 de mayo».

La nueva política de privacidad produjo una huída de usuarios hasta el punto de que Signal, uno de sus principales competidores, registró cerca de 7,5 millones de descargas en la App Store y Google Play, una cifra bastante más abultada de lo habitual. Una de las voces que impulsó este cambio fue el consejero delegado de Tesla, Elon Musk, que recomendó el cambio a Signal desde su cuenta de Twitter.

Como ya explicó Teknautas, la nueva política afecta a los usuarios en cinco puntos fundamentales:

Actividad en WhatsApp

La compañía obtiene información sobre cómo utilizamos la aplicación, esto es, cuáles son tus ajustes, el tiempo total que la utilizas, la duración de cada interacción con otro usuario, si te encuentras en línea, analizar los informes de diagnóstico o qué servicios usas, es decir, si prefieres los mensajes, las videollamadas, si formas parte de grupos o si muestras estados, entre otras cosas. Pero, a partir de ahora, también tendrá en cuenta los servicios comerciales que utilizamos desde WhatsApp, con lo que obtendrán los datos de las transacciones que llevemos a cabo.

Facebook

Hace escasas fechas, WhatsApp anunciaba la posibilidad de incluir publicidad en la aplicación. Se trata de un sistema que sirve para enviar anuncios específicos a cada usuario relacionados directamente con sus gustos y acciones en la red. Pero, de igual manera, se permitirá hacer compras directamente desde un chat sin tener que abandonar WhatsApp, utilizando el servicio ofrecido por Facebook Shops que agiliza la comunicación entre el comprador y la tienda. Con ello, en las nuevas condiciones de WA se asegura que podrá recopilar y compartir nuestros datos con cualquier compañía que pertenezca a Facebook, salvo en el caso de Europa. Tal y como confirmó Facebook a El Confidencial, la Ley de Protección de Datos impide que esto ocurra en el viejo continente y, por tanto, en España, por lo que Facebook y WhatsApp mantendrán datos estancos entre sí.

Información propia de nuestro terminal

WhatsApp también obtiene la información sobre nuestra cuenta, es decir, nuestro número de teléfono, nuestro nombre de usuario e, incluso, nuestra foto de perfil o la información adicional que hayamos incluido en nuestra descripción. Pero no se queda ahí: en muchas ocasiones, cargamos nuestra libreta de direcciones en la aplicación para saber qué contactos tienen WhatsApp y, con ello, le estamos proporcionando todos los números de teléfono y los datos de nuestra agenda de manera completa. Si decidimos subir un estado, también estamos ofreciendo esta información a WA.

Información propia desde terceros

Pero, por si fuera poco, la información sobre nosotros no podemos controlarla. ¿El motivo? Sería tan sencillo como hacer un registro solo con los campos obligatorios para minimizar la información que WhatsApp obtiene de nosotros, pero el problema es que la ‘app’ también recibe información de nosotros por parte de otros usuarios: cualquier persona que nos tenga en su agenda telefónica está ofreciendo a la ‘app’ nuestro nombre, teléfono y la información que se encuentra en la libreta de contactos de su teléfono móvil, como puede ser nuestra fecha de nacimiento, el lugar en el que vivimos o nuestro empleo, entre otras cosas.

Ubicación

Evidentemente, WhatsApp es conocedor de nuestra habitación cuando decidimos activar este servicio para compartir dónde nos encontramos o ver ubicaciones cercanas de otros contactos. Pero, además, WA nos indica que, aunque no estemos usando sus opciones de ubicación, también recopilara una serie de datos relacionados con la ubicación, como nuestra dirección IP o los códigos de área de nuestro teléfono móvil. O, dicho de otra manera, aunque no tengamos activa la ubicación en WhatsApp, la aplicación sí sabrá cuál es nuestra ubicación general, es decir, al menos país y ciudad.

Mensajes

Posiblemente, el concepto que más puede preocupar a los usuarios de la aplicación es cuál es el tratamiento sobre nuestros mensajes. WhatsApp afirma que el cifrado de extremo a extremo asegura que cualquier mensaje que enviemos está codificado de tal manera que es imposible de leer por nadie que no sea ni el receptor ni el destinatario del mensaje. De igual manera, WA asegura que no almacena de manera habitual nuestros mensajes en sus servidores, aunque existen dos excepciones: cuando un mensaje no puede ser entregado, queda almacenado durante un máximo de 30 días hasta que puede ser enviado y cuando se reenvía un archivo multimedia, se almacena el mensaje de manera cifrada para controlar los reenvíos adicionales.

A pesar de ello, WhatsApp insiste en que toda la información que recopile sobre nosotros no tiene ningún otro fin más que «operar y proporcionar nuestros servicios, como lo son soporte técnico, completar compras o transacciones, mejorarlos, corregirlos y personalizarlos, así como conectarlos con los productos de las empresas de Facebook». Además, explica que solo busca «entender cómo se usan nuestros servicios, los evaluamos y mejoramos, realizamos investigaciones, desarrollamos y probamos nuevos servicios y funciones, además, llevamos a cabo actividades destinadas a resolver problemas. También usamos tu información para responderte cuando te pones en contacto con nosotros», explican desde su propia política de privacidad.

(Javier Melguizo. Rubén Rodríguez. El Confidencial)

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