Valientes con los muertos | Paco Álvarez

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Todos los documentos han sido destruidos o falsificados, todos los discos han sido regrabados, todos los libros han sido otra vez escritos, los cuadros vueltos a pintar, las estatuas, las calles y los edificios tienen nuevos nombres y todas las fechas han sido alteradas
George Orwell, 1984. Obra escrita en 1947

Luego, que no nos llamemos a error cuando ellos nos digan qué es lo que es blanco o lo que es negro. Lo que es bueno o malo. Lo que es democrático o antidemocrático. Dicen que es más peligroso el franquismo que ETA. Porque ETA pasó hace mucho y luchaba contra el franquismo (incluso desde que Franco murió hasta al menos 1983) mientras que el franquismo sigue vivo, como vemos cada vez que el gobierno lo necesita para tapar alguna de las estupideces que comete. Por eso cuando cambiaron unos huesos de sitio le dieron más cobertura mediática desde la tele que pagamos entre todos, que a la etapa final de la Vuelta a España. Y todavía les queda el comodín de José Antonio. De momento, han conseguido que se quiten las cruces y los nombres de los que mató el otro bando… lamentable.

Sufrimos en el gobierno y alrededores a gentuza que sólo son valientes con los muertos. Que sólo quieren hacer leyes que abran tumbas y cambien de sitio unos pobres huesos carcomidos. Ya lo han hecho más de una vez. Gentuza que legisla sobre los huesos de nuestros familiares, que quita sus nombres de la lista escrita en la fachada de la Iglesia del pueblo para así decir quiénes murieron con razón y son mártires de la democracia y quiénes no. Aunque hubieran sido fusilados por simplemente, ir a misa. O por estar en el lado equivocado de un río.

Pero lo peor no es lo de hace tanto tiempo. Lo peor es que no consideran mártires de la democracia a los asesinados por ETA hace poco. No… ni siquiera a los del PSOE asesinados por ETA. Para ellos, la memoria democrática, que es como llaman ellos al sectarismos histórico, no se refiere a crímenes de esa asquerosa banda terrorista, sino a sucesos enterrados hace ya mucho más tiempo. A lo que no hay que remover. Nuestra guerra civil, mal que les pese a estos imbéciles, terminó hace mucho y la perdimos todos. Décadas nos costó salir del agujero de hambre y pobreza que nos dejó esa herida que se había cerrado hace tanto tiempo. Malditos sean los que pretenden reabrirla para medrar políticamente. Podrán borrar los nombres de la fachada de la Iglesia, podrán tirar las cruces y hacer monumentos al sol, podrán escribir un relato, pero sólo será eso. Un relato. No podrán cambiar la verdad. Ni la de la guerra, ni mucho menos, la de la lucha contra el terrorismo.

Hace poco se cumplieron los 25 años del asesinato de Miguel Ángel Blanco. Su cruel asesinato tal vez marcó un antes y un después en los noventa, pero viendo el discurso de Sánchez, parece que todo fue en vano. Llama a la unidad mientras pacta con quienes todavía ni condenan su asesinato. Qué poca dignidad. Qué asco. Qué casualidad, qué lapsus que en el discurso se permita decir que Euskadi y España son países libres. Demasiadas casualidades, como lo de las banderas al revés, como llamar piolines a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, como…

Tanto lapsus me recuerda que los seguidores de los asesinos de Miguel Ángel destrozaron y vandalizaron tantas veces la tumba del héroe, de Miguel Ángel, que hubo que trasladar sus restos fuera de “ese país libre” que Sánchez llama Euskadi. Miguel Ángel Blanco hoy yace en Galicia, porque sus asesinos son también muy valientes con los muertos. Hablo de los herederos de ETA, que por supuesto no acudieron a condenar el asesinato ni 25 años después. Todavía les chorrea la sangre en la mirada. Todavía tienen las manos manchadas.

¿Merece la pena? ¿De verdad te merece la pena, Sánchez, por seguir quince días más veraneando en Doñana, viajando en el Falcon y durmiendo en Moncloa? ¿Se puede gobernar con los votos de un partido en cuyas filas hay más de veinte condenados por pertenecer a ETA? Te lo recuerdo, porque tú no tienes vergüenza ni memoria: una banda terrorista que mató también a compañeros tuyos, como Ernest Lluch, como Germán González López, de la UGT y afiliado socialista asesinado en 1979, época que quedará reescrita por la ley que llaman “de memoria democrática”, o como Enrique Casas, asesinado tres días antes de la elecciones al parlamento vasco de 1984… Fernando Múgica, Joseba Pagazaurtundua, Fernando Buesa, Juan María Jáuregui, Francisco Tomás y Valiente, Vicente Gajate, Froilán Elespe, Isaías Carrasco  o Juan Priede, estos tres últimos, concejales como Miguel Ángel Blanco… a Isaías lo asesinaron en 2008. No hace tanto como para que no lo recuerdes, Sánchez, pero en cambio sí quieres poner luz y taquígrafos a lo sucedido en tiempos de la Dictadura. Tengo una mala noticia: Franco murió hace 47 años. José Antonio, hace 86. A Isaías Carrasco, concejal socialista de Mondragón, lo asesinaron hace sólo 14. Cuando Sánchez tenía 36 años. Dos días antes de las elecciones generales del 2008. Que por cierto ganó Zapatero… a lo mejor de eso sí se acuerda Sánchez.

Con estos muertos, los del gobierno no son valientes. Son cobardes, ratas, mezquinos, desmemoriados. Pretenden diluir su memoria, olvidar sus nombres, considerarlos caídos en un “conflicto”… lo que diga Bildu.  Lo que sea, con tal de seguir cobrando. Da igual que mientras tanto pierdan la poca dignidad que se les suponía.

Estos muertos en cambio sí eran valientes. Estos se levantaban cada día para defender la democracia en una parte de España donde ya no es posible votar por según qué partidos. Una parte de España donde el Ayuntamiento de Mondragón, el de Isaías, para que no quedara prueba alguna del pasado, compró el almacén donde estaba el zulo donde estuvo secuestrado Ortega Lara para rellenarlo de Hormigón. Para borrarlo. Como hacían los nazis, intentando borrar las huellas de los campos de concentración para que nadie tuviera pruebas de sus horrores.

¿Dónde estaba el Ministro del Interior del Reino de España mientras se celebraba el homenaje a Miguel Ángel Blanco? Dicen que celebrando el Orgullo Gay en Madrid. Estupendo. Eso sí, Marlasca se permite decir que “la política antiterrorista nunca puede ser utilizada políticamente”… De acuerdo. Entonces, no hagáis política con los asesinos. No pactéis con ellos o con quienes no condenan asesinatos múltiples, con quienes ordenaron secuestrar y matar a Miguel Ángel, con quienes pusieron la bomba en la Casa Cuartel, en Hipercor… con quien secuestró a Ortega Lara, con quien les organiza fiestas de bienvenida a asesinos múltiples cuando vuelven a su pueblo de mierda después de cumplir una condena irrisoria.  No parece difícil… no parece complicado, no parece necesario decir que con estos no se pacta. Hasta Sánchez lo dijo. Debería ser lo normal. Lo que es raro es que ellos decidan la memoria.

Hay que ser valientes con los vivos y guardar la memoria de los muertos. De todos los asesinados por ETA en nombre del nacionalismo. De los niños reventados por la bomba lapa o traumatizados por ver cómo asesinan a su padre. Hay que recordar a los héroes de nuestra democracia, personas que se jugaban la vida por ser concejales en tierras nacionalistas donde ya no se puede ser español en España. Donde muchos dieron su sangre y su vida para que los demás pudiéramos ser libres. No deberíamos nunca permitir que sus asesinos escriban el relato. Será un relato, un cuento, pero será un cuento de terror.

Paco Álvarez | Escritor

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