Una sociedad “desmatrimonializada” y un gobierno antifamilia | Mariano Martínez-Aedo

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Llueven los problemas a España, y las críticas a su gobierno por numerosos problemas y desmanes (ley de amnistía, ataques a la justicia, desastre económico, etc.).  Muchísimos españoles (y también extranjeros tanto personas como asociaciones, gobiernos u organismos) se preocupan, y muchos se organizan y manifiestan de distinta forma su oposición.  Sin embargo, lamentablemente, algunos de los campos más delicados y peligrosos para la persona humana, la libertad y la nación no parecen tan visibles o prioritarios para la mayoría de la gente, los políticos o los medios.

Y el más importante de estos puntos calientes olvidados es el matrimonio.  Estamos asistiendo a una “desmatrimonialización” de nuestra sociedad, proceso gravísimo y con consecuencias devastadoras que llevarán a la desaparición de nuestra sociedad.  Este es un proceso que también padecen otros países, pero en España se está dando con una rapidez y profundidad impresionante, y nuestro gobierno está profundizando hasta con alegría en este camino nefasto.  Vemos como el matrimonio y la familia son sistemáticamente desprestigiados a nivel cultural y mediático, legalmente desprotegidos e igualados (cuando no preteridos) respecto a otros tipos de situaciones mucho más livianas, inestables y sin el mismo papel social.

A nivel cultural, sólo hace falta ver cualquier medio de comunicación, televisión o serie para ver cómo se da generalmente una imagen más bien negativa (aparte de darle mucho menos protagonismo del real), mientras que se presenta de forma mucho más presente y positiva muchas otras realidades, pretendidamente alternativas.  Y aquí el gobierno participa entusiásticamente a defender esas pretendidas “alternativas”.

A nivel legislativo, se van reduciendo por una parte e igualando por otra sus derechos con otras realidades, a todos los niveles.  Las leyes ultraideológicas como la transexual o la del “Sí es sí”,  no sólo atacan radicalmente a la persona humana y constituyen aberraciones antropológicas sino que también van deteriorando a la familia, al negarles el derecho a formar y decidir por sus hijos menores o al establecer la idea del hombre como ser violento, idea radicalmente antifamiliar.

Incluso avances decisivos como la asunción del pago de la baja por maternidad/paternidad para evitar que los padres/madres fueran gravosos para las empresas, con lo que se evitaba razones objetivas para su discriminación, ha sido eliminada por el gobierno socialcomunista, cuando Yolanda Díaz estableció toda una serie de desgravaciones y ayudas (por decreto como es costumbre en este gobierno, claro), como siempre con la verborrea de “ampliar derechos, defender a los pobres, etc.” que tan insufrible es.  Efectivamente, la ayuda por ese concepto pasó a estar tan limitado que la maternidad/paternidad ahora para la mayoría de los trabajadores tiene una parte sustancial a ser pagado por las empresas.   Tal vez lo más grave del hecho es que pasó casi sin pena ni gloria, ni los partidos de oposición (PP, VOX…) ni los medios de comunicación hablaron casi de esto, ni mucho menos plantearon una oposición real y decidida a una medida tan grave.  Incluso las organizaciones familiares pasaron de una protesta puntual y moderada.  Y, sin embargo, esta medida sola supone un cambio fundamental en la raquítica política familiar española.  Y resulta contradictoria con la imposición de los permisos paternales iguales a los maternales:  el obligar a que los padres tengan los mismos permisos que las madres, sin ninguna libertad intrafamiliar para decidir sobre traspaso de permisos entre los padres, unido a esta devaluación del pago de los mismos, supone que ahora los padres y las madres son iguales … en ser gravosos para las empresas y, por tanto, candidatos a ser discriminados.

A nivel de ayudas, en medio de una vorágine pública de ayudas, ayuditas, pagas, subsidios, etc., la ayuda familiar sigue siendo ridícula, lejísimos de lo que pasa en todos los países de nuestro entorno.  Además, lejos de las políticas europeas de ayudar a las familias por serlo, aquí las escasas ayudas, al establecer por todas partes fuertes límites económicos, se convierten en ayudas sociales.

El matrimonio en España está convertido en un contrato basura, que puede disolverse rápidamente de forma unilateral sin causa alguna.  Prácticamente hoy el matrimonio a nivel legal ha perdido todas sus características (entre hombre y mujer, complementario, estable, abierto a la vida) salvo la del número (entre 2) de momento….

Año tras año se reduce el número de personas casadas mientras aumenta el número de las divorciadas y el de las solteras.  Entre 2013 y 2020 hubo 770.000 casados menos (-3,7%), 562.000 divorciados más (+35,6%) y 1.111.000 solteros más (+5,5%).  Este cambio drástico supone una debacle que afecta a la estabilidad, al equilibrio social y a las personas.  Esta “desmatrimonialización” global supone un drama no sólo para la sociedad en general, sino para muchas personas que se ven privadas de un matrimonio y de la estabilidad y felicidad personal consecuentes.  Frente a este cambio, el gobierno no sólo no reacciona para trabajar en pararlo sino que sigue entusiásticamente fomentándolo, en medio de proclamas aplaudidas por el arco mediático español casi sin excepciones.

Este cambio es muchísimo más grave que muchos otros que provocan quejas sociales.  Parecería como si detener sólo la ley de amnistía y otras barbaridades fuera suficiente para quedarnos tranquilos, mientras que la destrucción auténtica de la persona, el matrimonio y la familia podría seguir sucediendo, aunque fuera un poco más despacio y con menos fanfarria.  Es necesario oponernos no solo a lo más mediático sino a toda la agenda de destrucción de nuestra sociedad.    Y no sólo parar sino deshacer tanta y tanta barbaridad y desastre, tanto ataque sino también los que ya se han implantado y están destruyéndonos.

Mariano Martínez-Aedo es Presidente del Instituto de Política Familiar (IPF)

2 comentarios en «Una sociedad “desmatrimonializada” y un gobierno antifamilia | Mariano Martínez-Aedo»

  1. España no tiene solución . El régimen depravado del 78 ha acabado con una sociedad con impulsos de autodestrucción . Una sociedad atea, nihilista y hedonista. Creo que está muy bien ideado el himno que han elegido para esta España ruin y miserable : “ ZORRA “.

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