Jean Birnbaum retoma, tras «El coraje del matiz», el pulso de la política y la introspección con una pregunta aparentemente sencilla: ¿qué sucede cuando llega un hijo al mundo?
En «Solo los niños cambian el mundo», nos muestra cómo el nacimiento —ese instante cotidiano y extraordinario a la vez— hace tambalear nuestras certezas más arraigadas. Convertirse en padre o madre transforma la mirada, la ética y la idea misma de comunidad. La paradoja es que el rechazo a tener niños se ha convertido en un ideal político. Esta idea está presente en la vanguardia ideológica del ecologismo y del feminismo. Incluso bajo el elogio de la amistad, uno de los pocos espacios de lealtad y sinceridad, la narrativa no es contra las formas de familia, sino contra la propia posibilidad de tener hijos. Si el modo de vida es una cuestión política, el punto clave no es ni la organización de la vida cotidiana, ni las relaciones de pareja, ni la orientación sexual, sino precisamente la decisión de no tener hijos.
El niño debería estar en el centro de todo proyecto emancipador. En una época en la que tantos jóvenes declaran querer renunciar a la maternidad o la paternidad por el hastío que les inspira el tiempo presente, y en la que un movimiento global, conocido como “No Kids”, describe la procreación como una catástrofe íntima, social y ecológica, este libro busca reafirmar el vínculo esencial entre esperanza e infancia, entre revolución y generación, entre nuevo mundo y nuevos venidos.
Birnbaum combina memoria personal, referencias filosóficas y urgencia política, desde Rosa Luxemburgo hasta Hannah Arendt, pasando por Roland Barthes, para ofrecernos una meditación luminosa sobre el amor, el futuro y lo que aún puede salvarse. Si, desde Sócrates, el filósofo es el que dinamita nuestros prejuicios, el bebé se erige en el más subversivo de los filósofos.
Este libro no ignora en absoluto su crueldad potencial, ni niega la brutalidad de la que los niños son con frecuencia objeto en el seno de las familias. Simplemente, su tema principal es otro: prefiere celebrar la potencia subversiva del niño que nace.
Está dividido en dos partes: “El coraje de la infancia” y “Este niño que me lleva”. Los sociólogos señalan que, en Europa, donde crece la proporción de personas sin hijos, rara vez se invocan razones económicas (ingresos, carrera…) o de salud (discapacidad, infertilidad…). Otras mencionan motivos familiares o emocionales, o el contexto político, una reticencia a traer vida a un mundo injusto y violento. Y otras van aún más lejos, al considerar que son los propios niños quienes, con su sola existencia, dañan el mundo: según ellas, la urgencia climática exige una abstinencia demográfica. En las últimas décadas, el factor ecológico se ha convertido en uno de los argumentos más relevantes. Si bien la decisión de no procrear no es nueva, rara vez se había presentado como una reivindicación colectiva.
“Comencé este ensayo en el momento en que esperaba a mi tercer bebé. Lo terminé un año después de su llegada al mundo”, indica en la Introducción. La propuesta de este libro es mostrar la infancia, entendida a la vez como prueba ética y desafío político: «toda promesa política es una promesa hecha a los niños, que todo ideal serio apunta hacia la vida -dada, transmitida, salvada-«.
En la conclusión, que lleva por título «No kids, no future», afirma que siempre que se respete el ritmo propio del niño, entonces, la relación con él se vuelve portadora de libertad. Más aún: llega a convertirse en un símbolo mismo. Se trata, en definitiva, de un ensayo sobre la dialéctica entre la catástrofe y la infancia.
Jean Birnbaum es periodista y ensayista. Redactor jefe de Le Monde des livres, suplemento semanal del diario Le Monde, y es autor de varios ensayos premiados, entre ellos “Un silence religieux. La gauche face au djihadisme» (2016) y «La Religion des faibles. Ce que le djihadisme dit de nous» (2018).
(Autor: Gabriel Cortina)
Ficha técnica:
Sólo los niños cambian el mundo
Jean Birnbaum
Editorial Encuentro
152 páginas
