Sigue la ofensiva cristofóbica: Ramón Espinar llama a «volar» con «200 kilos de dinamita» la cruz del Valle de los Caídos

Existe una ofensiva coordinada socialista y comunista contra el catolicismo

En un alarmante ejemplo de la radicalización de ciertos partidos políticos- el PSOE y Podemos a nivel nacional-, el exdiputado de Podemos, el talibán comunista Ramón Espinar, ha realizado unas declaraciones incendiarias que han sacudido a la comunidad católica en España. Durante su intervención en el programa ‘En boca de todos’ de Cuatro, Espinar, conocido por sus posturas extremistas comunistas, llamó a «volar» la cruz del Valle de los Caídos utilizando «200 kilos de dinamita«. Este acto de terrorismo propuesto no es solo una amenaza contra un monumento religioso, sino un ataque directo a la fe cristiana y a la historia de España.

Un ataque coordinado contra el Catolicismo

Las palabras de Ramón Espinar no deben verse como un incidente aislado, sino como parte de un ataque coordinado y sistemático por parte de socialistas y comunistas para erradicar el catolicismo de la vida pública. Este tipo de retórica es propia de fanáticos talibanes que buscan borrar cualquier símbolo religioso que no se alinee con su ideología comunista. La cruz del Valle de los Caídos, además de ser un monumento de gran valor histórico, es un símbolo de reconciliación donde los monjes benedictinos rezan por las almas de los caídos de ambos bandos en la Guerra Civil.

El gobierno de Pedro Sánchez, a través de su reciente «comisionado» para conmemorar el 50 aniversario de la muerte de Francisco Franco, está fomentando este revanchismo guerracivilista. Entre las medidas adoptadas está la creación de una comisión interministerial para la «resignificación del Valle de los Caídos» y la «extinción y liquidación de la Fundación de la Santa Cruz». Estas acciones no solo buscan despojar al monumento de su significado original, sino que también pretenden expulsar a los monjes benedictinos que lo custodian.

Reacciones y consecuencias

El prior del Valle de los Caídos, padre Santiago Cantera, ha respondido con firmeza a estas amenazas, recordando que los monjes están allí por un convenio que el Estado «no puede romper unilateralmente». La comunidad católica ha expresado su indignación ante las declaraciones de Espinar, calificándolas de un ataque feroz contra la libertad religiosa y el legado histórico de España.

Este tipo de declaraciones no deberían quedar impunes. Si se tuviera un mínimo de dignidad, Ramón Espinar debería ser cesado de todos sus cargos políticos y enfrentarse a las consecuencias legales y judiciales de incitar a la violencia y al odio religioso. La sociedad no puede permitir que personajes con este tipo de ideología comunista radical ocupen puestos de influencia y sigan atacando los pilares fundamentales de la convivencia en España.

La necesidad de defender el legado cristiano

El ataque a símbolos religiosos como la cruz del Valle de los Caídos es un recordatorio de la importancia de defender nuestras raíces católicas y culturales. No se trata solo de proteger un monumento, sino de preservar la libertad de culto y el respeto por la religión católica.

El comunista Ramón Espinar y aquellos que comparten su visión deben entender que la sociedad española no tolerará este tipo de extremismos. La justicia debe actuar con rapidez y firmeza para garantizar que no se repitan este tipo de amenazas y que se respete el derecho de todos los ciudadanos a vivir su fe sin miedo a represalias.

El ataque a la cruz del Valle de los Caídos por parte de Ramón Espinar es un claro ejemplo de cómo ciertos partidos políticos están dispuestos a utilizar cualquier medio para imponer su agenda radical izquierdista. La defensa del catolicismo y de los símbolos religiosos debe ser una prioridad para todos aquellos que valoran la libertad y la convivencia pacífica en España.