Tras unos días expectantes en los que el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, ha querido ser el centro de atención de la vida pública española e internacional; en el día de ayer, 29 de abril de 2024, compareció ante los medios de comunicación para manifestar que no solo que no iba a dimitir de su cargo, sino que seguiría dirigiendo el país con más fuerza, si cabe, convencido de que España necesita de su liderazgo para seguir siendo una referencia internacional de libertades, derechos, democracia, progreso y bienestar. Solo le ha faltado utilizar la frase apócrifa de Luis XIV con la que definía su autoridad: «L’Etat c’est moi», para que nadie pueda albergar la más mínima duda sobre el personaje.
Sánchez se presentó ante los medios de comunicación para convencer a la ciudadanía de la injusta persecución que tanto él como su familia han sufrido desde que llegó a la Moncloa. Calificó las acusaciones procedentes de diferentes medios de comunicación como insidias sin fundamento que buscan destruir la dignidad de su persona y la de su mujer.
La patética interpretación lacrimógena de Sánchez ante las cámaras, buscó un protagonismo que consiguiese despertar el cerebro reptiliano, el menos racional de los tres que tenemos, de aquella parte de la cantera electoral del PSOE más crítica y desencantada con todas las cesiones que Sánchez ha hecho en favor del independentismo para conservar el poder, aún a costa de comprometer gravemente la igualdad de todos los ciudadanos. Esta teatralización podría darle un interesante rédito electoral, incrementando la movilización y aglutinando el voto de izquierda. Con esta astucia, no solo mejoraría la intención de voto para el PSOE en próximas elecciones, sino que además intentaría dotarse de un escudo social de defensa ante posibles imputaciones judiciales contra él y contra su mujer. Nada le importa azuzar a las masas entre sí, al mas puro estilo Guerra civilista, mientras él saque provecho.
Sánchez ha presentado las acusaciones a su mujer como insidias sin fundamento. Sin embargo, ha despreciado dar la más mínima explicación a las evidencias que la inculpan. Explicaciones que tal vez, quién sabe, hubieran podido lavar su imagen de las acusaciones recibidas. No obstante, sí ha hecho una referencia grotesca a la supuesta actuación misógina de la derecha que, según dice él, la inculpa por el mero hecho de ser mujer, despreciando, de forma malintencionada, una supuesta valía profesional. Valía que, sin embargo, no parece estar acreditada por sus titulaciones académicas y mucho menos por su currículo previo a su paso por la Moncloa. Realmente, el discurso de Sánchez parece un cuento dirigido a una población infantil con escasa capacidad crítica para discernir la verdad de la mentira. Circunstancia que dice muy poco de la idea que el presidente tiene del colectivo al que se dirige.
Las acusaciones que recaen sobre Begoña, de ser ciertas, y todo parece indicar que lo son por las evidencias que existen en poder del juez, supondrían la base para una hipotética imputación por tráfico de influencias para la mujer de Sánchez, así como de otras imputaciones derivadas por prevaricación y malversación de dinero público para aquellos funcionarios o responsables políticos que permitieron el trato de favor a los intereses que ésta representaba.
Por desgracia, ninguna alusión ha querido hacer el presidente a la campaña de acoso y derribo que está sufriendo el juez Juan Carlos Peinado encargado de instruir la causa en la que podría estar imputada Begoña Gómez. Eso demuestra el poco interés que le merece todo aquel que no venere su personalidad narcisista.
Lo peor y más inquietante de la intervención del presidente Sánchez han sido las amenazas veladas que ha dirigido contra todo lo que cuestione su proceder y el de su mujer. Estas amenazas van dirigidas, sin ninguna duda, a aquellos cabos sueltos que no se han sometido todavía a su control. Verbigracia: los jueces y los medios de comunicación independientes. Incluso la fiscalía, que como todo el mundo sabe y tampoco tuvo empacho Sánchez en aclarar en su momento, depende de quien depende, se ha precipitado en solicitar una revocación de la causa antes de que pueda dañar a la familia del presidente. Posiblemente esta experiencia estimule al gobierno a pergeñar una nueva ley que penalice, aún más, la libertad de opinión y la independencia judicial.
Adelante España considera que la intervención de Sánchez de ayer fue un paso más hacia un golpe de Estado de facto en el que todos los poderes queden bajo su control y se le deje actuar, sin freno, como si fuese el dueño del cortijo andaluz en el que ha convertido a España. Estando la mayoría de las instituciones en sus manos, la deriva de nuestra nación solo la podrá parar la sociedad civil con su rechazo categórico a las actuaciones que nos conducen a la tiranía. Si renunciamos a la defensa de la verdad y de la justicia, no tendremos ningún amparo ante el avance de la autocracia. No nos dejemos engañar por cantos de sirena. España es, al día de hoy, una democracia seriamente viciada. Circunstancia en la que también tienen gran responsabilidad los partidos de la oposición. Hay mucho trabajo por delante para revertir el proceso. El primer paso es conseguir que la sociedad se dé cuenta de lo que está pasando.
Ante los recientes acontecimientos, el equipo de dirección del medio Adelante España reitera su compromiso de seguir defendiendo, con independencia, la verdad, la libertad, la familia, la vida, la unidad de España, la justicia social y la propiedad privada como valores fundamentales de nuestro ideario. Tanto si le gusta a Sánchez como si no.
Equipo de dirección de Adelante España
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3 comentarios en «Sánchez teatraliza su NO dimisión | Equipo de dirección de Adelante España»
Comparto su editorial, al mismo tiempo que agradezco a Adelante España y su equipo a seguir en la lucha contra el sanchismo y su cohorte de palmeros. un abrazo muy cirdial
Muy bien por Adelante España,ánimo.
La interpretación de este psicópata narcisista desalmado y desmelenado, amén de patética y lamentable, ha sido de lo más ominosa, siniestra y reveladora. O ponemos pie en pared en masa y ya, o en breve no habrá vuelta atrás.
Me sumo al apoyo a Adelante España y me pongo a su disposición para lo que haga falta. NO pasarán las hordas socialistas-comunistas terroristas’separatistas.