Sánchez repudia a Begoña, y con ello se retrata como lo que es: un político sin lealtades ni escrúpulos. Un traidor hasta con su familia. Este episodio, lejos de ser anecdótico, confirma su absoluta disposición a sacrificar a cualquiera con tal de mantenerse en el poder. Y esta vez, la víctima ha sido su propia esposa, Begoña Gómez.
La purga ha sido simbólica pero brutal. En la conmemoración del 23J, fecha clave para la historia reciente del PSOE, se ha publicado una nueva imagen oficial del momento. En ella, Santos Cerdán y Begoña Gómez han desaparecido sin dejar rastro. Literalmente borrados. No existen. Como si jamás hubieran estado junto al presidente en aquella celebración de una victoria que no fue tal.
El borrado estalinista: una práctica socialista de ayer y hoy
No se trata de un simple cambio estético. Sánchez ha repudiado a Begoña de su vida y del partido, emulando las viejas prácticas estalinistas. Así lo han interpretado con sorna muchos usuarios en redes sociales: “Como Stalin con Trotski”, apuntan, sin exagerar. Esta edición digital recuerda que el socialismo nunca ha tenido reparos en manipular el pasado para fabricar un presente a medida.
En la imagen original, aquella noche estaban presentes todos los fieles a Sánchez: Cerdán, su escudero, y Begoña Gómez, su esposa. Hoy, ambos resultan incómodos para el relato de Sánchez. Cerdán está imputado por una trama de comisiones ilegales y Begoña Gómez por delitos que incluyen tráfico de influencias, apropiación indebida, corrupción e intrusismo profesional. Además, los medios revelan el aumento sospechoso de su patrimonio familiar.
Una caída en desgracia más que simbólica
El hecho de que Sánchez repudie a Begoña y no solo a Cerdán resulta revelador. A fin de cuentas, el diputado navarro ya estaba amortizado políticamente. La señal definitiva la envía el abandono a su mujer. Una mujer a la que decía amar, y que ahora desprecia para salvar su propia piel. Eso dice mucho de la catadura moral de este presidente de Gobierno.
No se puede confiar en un hombre que traiciona a todos. No solo ha defenestrado a compañeros de partido y amigos de toda la vida. Ahora también abandona a su propia familia. Sánchez no tiene amigos. Sánchez es solo. Solo él.
La operación de borrado revela la crisis del PSOE
Este gesto no es una simple anécdota. Y lo hace en un momento crítico para el PSOE. Mientras las causas judiciales cercan su entorno inmediato, Moncloa opta por estrategias de maquillaje fotográfico para proteger la imagen del líder. Y esa operación de cosmética digital implica asumir públicamente que ciertos rostros ya no conviene que estén presentes.
El socialismo español, desnudo ante el espejo, muestra sus fracturas internas. El goteo de informaciones judiciales y las sospechas sobre tramas corruptas hacen cada vez más difícil sostener el relato de una izquierda moralmente superior. La realidad se impone. Y por mucho que borren rostros, los hechos quedan. Las causas judiciales siguen su curso.
El calendario judicial marca el futuro del clan Sánchez
En paralelo, la situación judicial de Begoña Gómez y Santos Cerdán sigue avanzando. La instrucción progresa sin pausa, aunque con la habitual lentitud de los procesos de alto perfil. Desde Moncloa, intentan desvincular a Sánchez de todo este entorno contaminado. Pero es imposible disimular lo evidente.
Sánchez repudia a Begoña para evitar la asociación directa con los escándalos. Pero los hechos son tercos. Su círculo más íntimo está bajo sospecha o judicializados. Y aunque se retoquen las fotos, los jueces y fiscales no trabajan con Photoshop.
El retrato de un personaje sin principios
Se confirma, pues, lo que muchos españoles ya sabíamos: no hay amistad, lealtad ni afecto que resista su ansia de poder. Si ha sido capaz de traicionar a su propia esposa, ¿qué no hará con el resto de España?
Este tipo de liderazgo, basado en la destrucción de todos los vínculos personales e institucionales, representa un peligro evidente para la democracia. El socialismo actual, lejos de ofrecer soluciones, solo se dedica a reescribir la realidad a golpe de propaganda y de mentiras.