«Sánchez, como manipulador, es uno de los líderes más horribles de Europa»

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El británico de origen húngaro, Frank Furedi, es uno de los profesionales más reconocidos en su campo en su país de las dos últimas décadas por varios estudios sobre la sociología del miedo y la educación, entre otros. Con más de 25 libros escritos, se ha convertido en un reconocido analista contrario a las tesis que hoy se engloban bajo el concepto de ‘globalismo’: ambientalismo climático, ideología de género, progresismo (woke), etc.

El periodista Javier Villamor le ha entrevistado para el Debate y por su interés reproducimos algunos fragmentos de dicha entrevista.

— ¿Qué es MCC (Mathias Corvinus Collegium) Bruselas?

— Nacimos hace más de un año para promover una alternativa diferente, una narrativa que desafíe la visión europeísta dominante del mundo, una que defienda los valores que yo considero los verdaderos valores de Europa frente a los valores creados administrativamente por la UE como la inclusión, el multiculturalismo y el federalismo -todo lo que consideramos un problema-. Acepté el cargo sobre todo porque me parecía muy importante combatir adecuadamente la batalla cultural.
Siempre he sido muy crítico con nuestro bando porque me he dado cuenta de que los conservadores siempre se han reído pensando que todas los cambios progresistas que hemos sufrido eran una especie de broma. No entienden sus graves consecuencias. Recuerdo que no hace mucho se reían al hablar del matrimonio gay: «eso nunca ocurrirá, ja, ja, ja, ja, qué idea más estúpida». ¿Qué ocurrió? Antes de que pudieses cerrar los ojos se había convertido en realidad. Luego se rieron de los pronombres trans y mira ahora cómo estamos. Mucha diversión, risitas y todo lo demás, pero no entienden que los jóvenes están siendo adoctrinados sistemáticamente, no entienden que los medios de comunicación han estado fomentando esto durante años. Un día despiertan y se dan cuenta de que, por ejemplo, en Inglaterra más del 20-25 % de los jóvenes de 16, 17, 18 años se identifican como de género fluido y eso no tiene gracia alguna. Creo que necesitamos una alternativa intelectual seria, que no se limite a burlarse de ello y a vivir de la herencia del pasado.
— ¿Por qué Bruselas?
— Primero, muchas de las cosas que creo que son problemas tienen su origen aquí, en Bruselas. Muchos de los ideales que se promueven son, primero, inventados por las ONG. Luego, las ONG informan al Parlamento Europeo, a los parlamentarios europeos que los adoptan, y entonces, tarde o temprano, se convierten en una directiva oficial. Por eso es tan importante que estemos aquí y seamos capaces de desafiarlos, no porque pensemos que podemos hacer cambiar de opinión a ciertas personas, sino porque eso les presiona y nos permite reaccionar con bastante flexibilidad. Y lo segundo, obviamente, se acercan las elecciones que podrían ser bastante importantes junto a la presidencia húngara en el segundo semestre. Creemos que es una buena oportunidad para poner de relieve ciertos temas y para influir de alguna manera en el panorama general de Europa. Esa es la razón principal por la que estamos en Bruselas. Es importante que tengamos aquí una oposición, una institución alternativa que esté continuamente dando un toque de realidad a lo que está ocurriendo.
— Tendemos a limitarnos por ideologías en lugar de tomar ideas de aquí y de allí que nos sean útiles.
— Esto es importante -hoy más que nunca- porque detrás de nuestras luchas diarias en este sentido subyace una mucho mayor que es por el legado de Europa y la civilización occidental. Así, por ejemplo, si nos fijamos en la guerra en Oriente Medio, donde la gente cree que sólo existen Hamás e Israel, no se dan cuenta de que lo que ocurrió el pasado 7 de octubre puede ocurrir fácilmente en Europa porque el islamismo en Europa no es una religión de paz. Muchos aspectos están entrelazados. Es interesante ver que todas las organizaciones woke, las feministas LGBT, BlackLivesMatter… todas apoyan a Hamás sin siquiera pensar. Lo ven y automáticamente piensan: «estos son de los nuestros». La razón es que en sus mentes, los israelíes, los judíos, son como la personificación de Occidente en Oriente Medio. Ellos los ven de esa manera.
 Parece que los políticos ofrecen constantemente las mismas soluciones a las decisiones que tienen esas consecuencias. ¿Por qué?
— Es una pregunta muy importante. Hemos perdido unas cuatro generaciones de jóvenes porque no sabíamos lo que estaba pasando en las escuelas, en la cultura popular, etc. Muchos de los jóvenes que apoyan a Podemos, por ejemplo, en España, o en otros países a la izquierda, han sido manipulados y educados a través del idealismo en una sensibilidad antioccidental. Esto ha sido así porque en muchas partes de Europa, España incluida, las generaciones mayores no han logrado transmitir los valores en los que fueron socializados.
Los jóvenes que crecen sin la influencia de la tradición española, de los valores españoles -porque eso no se les ha transmitido- están mucho más influenciados por los medios de comunicación, por la cultura popular, por la música americana, etc. Durante mucho tiempo, la guerra cultural se libró por un lado; el otro lado no luchó, estaba durmiendo. Las consecuencias ya se ven: para cuando llegas a alguien como Pedro Sánchez y la gente que le rodea, te das cuenta de que estás completamente desarmado. Para vuestro presidente, y otros tantos que se aprovechan de las políticas identitarias, todo lo que mueve el mundo es el victimismo. Todos son una víctima a sus ojos. Incluso Hamás se presenta como víctima. En inglés decimos «believe the victim», cree a la víctima por encima de todo, independientemente de los hechos y de las pruebas. Sánchez, en ese aspecto como manipulador, es uno de los líderes más horribles de Europa.
— ¿Qué podemos cambiar o por dónde deberíamos empezar a cambiar las cosas?
— Hay varias áreas importantes. Creo que el principal campo de batalla al que debemos prestar atención es la escuela porque tenemos que ganarnos a las generaciones más jóvenes. Cuando tienes 15, 16, 17 años… no eres muy cínico, tan solo te fijas en los ideales. Tenemos que lograr esto en nuestro favor porque, a menos que ganemos a la generación más joven, estamos perdidos. La primera batalla son las escuelas que, de nuevo, los conservadores han evitado. ¿Cuántos padres conservadores conoces que les digan a sus hijos que se conviertan en maestros?
 O trabajadores sociales.
— Exactamente. Así que, ¡oh, sorpresa!, tienes a todos los profesores de izquierdas en las escuelas. Nadie de nuestro lado. Las escuelas son muy importantes. Tenemos que cambiar esa dinámica y empezar por donde sea. Muchos de mis amigos en Inglaterra han empezado a crear escuelas independientes.
En segundo lugar, tenemos que replantearnos quiénes somos y adoptar una orientación más populista. Esto se refiere a nuestra capacidad de hablar con la clase trabajadora, de hablar el lenguaje de la vida cotidiana -algo muy importante-. Necesitamos integrarnos de alguna manera en su modo de vida para que puedan ver que lo que estamos haciendo es ayudarles a encontrar su propia voz. De verdad que creo que la dimensión populista es realmente importante.
En tercer lugar, también lo contrario: tenemos que elevar nuestro nivel intelectual. A veces, las conferencias conservadoras me resultan embarazosas en el sentido de que se oyen muchos tópicos y poca reflexión profunda. Tenemos que demostrar que nuestras ideas son atractivas, fuertes y relevantes. Para eso, nuestro movimiento tiene que conseguir que mucha más gente se tome este trabajo en serio.
Por último están los medios de comunicación. Tenemos que crear los nuestros. En Inglaterra están Spiked OnlineUnheard, GB News, Talk TV… Nuestros puntos de vista nunca se comunicarán como deseamos porque los otros siempre distorsionarán lo que decimos. Estas cuatro cosas son las más importantes para mí, debemos colaborar en torno a ellas y ayudarnos mutuamente.
 Para terminar no quería perder la oportunidad de preguntarle sobre las elecciones europeas. ¿Cree que podrá haber un cambio real a partir del próximo junio?
— Sin duda, y espero que cambie la fisonomía del Parlamento. Estoy seguro de que así será, pero quizá no tanto como la gente espera. Incluso si ECR e ID crecen, seguimos teniendo el problema de un PPE que nunca cambiará. Esto es importante por dos razones: una es que podríamos ser capaces de tener más influencia dentro de la UE -al menos a nivel parlamentario-, aunque seguimos teniendo el problema de que allí hay una burocracia que correrá en nuestra contra.
Pero el otro aspecto positivo es que podría sentar las bases de una mayor cooperación a nivel europeo. Es vital que nos esforcemos en crear una especie de alianza conservadora de derechas a nivel continental. Por el momento luchamos demasiado entre nosotros y tenemos divisiones estúpidas como en Francia entre Zemmour y Le Pen. Espero que el impulso de cambio en la UE de pie a una cierta dinámica positiva que tuviera consecuencias positivas. El gran impacto que tendrá no será necesariamente en la Comisión ni nada por el estilo, sino en las circunscripciones nacionales.

1 comentario en ««Sánchez, como manipulador, es uno de los líderes más horribles de Europa»»

  1. «En nuestros días, pensar contra corriente del tiempo, es heroico, decirlo una locura»: Ionescu (literato francés de origen rumano). Una vez escribí un comentario para «Adelante España»y no lo publicaron, a pesar de ser muy correcto. Algún «censor» debió ver que iba contra corriente del tiempo. Al paso que vamos España se quedará estancada o destruida del todo. Pero hay que guardar las formas para que «ellos», los cambiantes del tiempo, puedan seguir aplicando la corriente que les interesa, en contra de la verdad. Los demás, ¡a callar! Es curioso que nadie se atreva a nombrar, y acusar, por su nombre a los culpables reales, que motivan esos problemas a la juventud a las que alude el entrevistado Frank Furedi, aunque existen los inventores, cómplices y tolerantes de esas malas normas motivadoras. Mientras tanto, hasta los más jovencitos se están suicidando cada vez mas pues no encuentran valores en este mundo y por supuesto, tampoco a DIOS.

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