Rumania está en el centro de la lucha entre globalistas y nacionalistas

La primera vuelta del pasado mes de diciembre fue anulada sobre la base de que un actor estatal anónimo lo promocionó en TikTok antes de la votación, pero  más tarde se descubrió  que se trataba simplemente de otra campaña de marketing del partido que salió mal.

La elección de Georgescu podría haber arruinado los planes de escalada del “estado profundo” estadounidense contra Rusia. En el período inmediatamente anterior al arresto de Georgescu, el vicepresidente Vance criticó  al gobierno rumano como antidemocrático por lo que hizo el pasado mes de diciembre.

Los acontecimientos del miércoles fueron seguidos por  un retuit de Musk de un video  del denunciante del Departamento de Estado, Mike Benz, en el que describía el interés del “estado profundo” en Rumania.

Benz llamó la atención sobre cómo Rumania aceptó albergar la mayor base aérea de la OTAN en Europa y ha desempeñado un papel crucial en  la transferencia clandestina de  equipo militar paquistaní a Ucrania . Estos son puntos importantes, como lo es la » autopista de Moldavia»  ya que completa la última parte del corredor que se extiende desde los puertos mediterráneos de Grecia hasta Ucrania occidental, pero hay más en lo que está sucediendo que no es solo la geopolítica. La ideología es, sin duda, un factor igualmente significativo.

Rumania ha estado bajo el control de los globalistas durante décadas, después de que estas fuerzas explotaran su disfunción política y su corrupción endémica para instalar continuamente en el poder a sus candidatos preferidos. Georgescu representa la oportunidad más prometedora en años para una revolución nacionalista que finalmente pueda resolver los desafíos sistémicos antes mencionados y, de esa manera, restaurar la soberanía de Rumania. Sus apelaciones a la historia, la religión y los intereses nacionales resuenan genuinamente en muchos de sus compatriotas.

Por eso, a Georgescu se lo puede describir como un “Trump rumano”, pero en realidad ambos personajes no hacen más que aprovechar el espíritu nacionalista que se ha extendido por Occidente durante años como reacción a los excesos sociopolíticos y económicos de la izquierda globalista. Él es un hombre independiente, al igual que Trump, y ambos simplemente encarnan la tendencia de los tiempos. Sin embargo, como todos los revolucionarios (o contrarrevolucionarios desde la perspectiva de recuperar el poder que le fue arrebatado al pueblo), también se enfrentan a mucha resistencia.

Trump tardó más de ocho años en neutralizar las conspiraciones subversivas del “estado profundo”, por lo que no sorprende que Georgescu, que acaba de empezar su carrera política, esté pasando por momentos difíciles. Sin embargo, Trump fue un pionero, mientras que Georgescu está siguiendo sus pasos, por lo que es posible que Trump pueda ayudar a Georgescu a acelerar enormemente el tiempo que le lleva neutralizar las conspiraciones subversivas de su propio “estado profundo”. Es aquí donde la lucha en curso entre Estados Unidos y la Unión Europea es relevante.

“ El discurso de Vance en Múnich reivindicó la predicción de Putin sobre el cambio político en Europa en el verano de 2022 ” y dejó en claro que Estados Unidos está del lado de todos los movimientos nacionalistas del continente. El último intento del “estado profundo” rumano de derrocar a Georgescu es esencialmente un desafío lanzado a la Administración Trump por sus oponentes globalistas en Bruselas, quienes respaldan plenamente a Bucarest. Quieren probar si Estados Unidos hará algo en respuesta al golpe de Estado de la UE en Rumania.

Lo que se está desarrollando en este país balcánico no es nada menos que la apertura de otro  frente de la Nueva Guerra Fría , aunque esta vez se trata de un frente ideológico entre globalistas y nacionalistas, que también enfrenta, curiosamente, a los aliados nominales de la OTAN entre sí, mientras que la UE y los EE.UU. toman posiciones opuestas. Es responsabilidad de la administración Trump hacer lo necesario para garantizar que se permita a Georgescu presentarse como presidente en las elecciones de mayo y que la votación sea verdaderamente libre y justa en lugar de la habitual, llena de defectos.

Para ello, las sanciones selectivas contra personalidades rumanas, las amenazas creíbles de retirar sus tropas de Rumania, la suspensión de los contratos de armas y el apoyo político pleno a los manifestantes nacionalistas podrían presionar a las autoridades para que reconsideren la conveniencia de seguir las órdenes de Bruselas. Al mismo tiempo, una campaña de presión integral también podría resultar contraproducente si la UE liderada por Alemania la explota como pretexto para profundizar su ya inmenso control sobre Rumania, aunque eso también podría resultar contraproducente.

En respuesta a la promesa de la probable próxima canciller alemana de “lograr la independencia” de los EE.UU., se explicó  que los factores militares, económicos y energéticos hacen que sea mucho más fácil decirlo que hacerlo. Si se le provoca, como podría ocurrir pronto si la UE liderada por Alemania contraataca contra la campaña de presión potencialmente inminente de los EE.UU. sobre Rumania, Trump podría utilizar a cada uno de ellos como arma en su propia campaña contra la UE y Alemania, con la que tiene buenas posibilidades de ganar en ambos frentes.

En conjunto, lo que acaba de ocurrir en Rumania coloca al país en el centro de la dimensión ideológica intraoccidental de la Nueva Guerra Fría, que determinará el futuro de Europa. Los globalistas o bien afianzarán su poder desafiando totalmente a Trump, posiblemente con enormes costos para sus países, o serán depuestos democráticamente por nacionalistas que comparten la misma visión del mundo que su equipo. Esta lucha es histórica y las consecuencias de su resultado resonarán durante décadas.

Andrew Korybko a través de substack,