República, de entrada, no: el dilema del PSOE con el modelo de Estado

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Hace poco más de un mes ABC publicó una encuesta en la que un 56,3% prefiere la Monarquía Parlamentaria frente a un 33,5% que se decanta por un modelo republicano. En lo que respecta a los electores del PSOE, un 53 por ciento prefiere la Monarquía Parlamentaria, pero son ya un 34% los que ansían una república. No hay ningún otro partido que tenga en niveles tan altos la segunda opción. Una diversidad que explica cómo el PSOE está teniendo que convertir su tradicional respaldo a la Monarquía en un complejo equilibrio que siembra muchas dudas futuras.

El diagnóstico que se hace dentro del partido de esta cuestión es dispar, aunque con coincidencias. Hay quienes ven una polémica artificial alimentada por Podemos «ante el temor de sus últimos resultados electorales», en referencia a las elecciones en País Vasco. «Ante la falta de gestión y visibilidad vuelven a los clichés. Algunos llevan siendo republicanos 40 años, desde antes de nacer», reflexionan desde una federación donde gobierna el PSOE con mayoría absoluta.Thanks for watching!PUBLICIDAD 

Otro presidente autonómico ve esa situación sin novedad: «El PSOE tiene dos tipos de votantes. Los moderados y los más radicales. Los socialdemócratas y los socialistas. Y así seguirá». Y se sigue enmarcando la «pulsión republicana» al ámbito de la militancia donde este sentimiento «es mayor». Sí se reconoce un importante cambio tras la restauración sanchista de 2017. Pero se advierte: «El partido no se puede mover de lo que ha sido desde 1978. Y si lo hace, habrá lío».

En aquel Congreso de 2017 tuvo lugar el suceso, ya narrado en estas páginas, de cómo la nueva dirección, en este capítulo con José Luis Ábalos al frente, tuvo que negociar con las Juventudes Socialistas, que habían logrado en las ponencias previas aprobar una enmienda que reclamaba un referéndum por la república. El planteamiento debía votarse en el plenario y de aprobarse se incorporaría a los estatutos del PSOE. Había que impedir que la votación se produjera en esos términos porque podía prosperar.

Fue una muestra de un cambio. Sánchez ganó las primarias con un discurso izquierdista y de la mano de cargos con dos características: por un lado jóvenes y por otro lado cuadros que, aunque veteranos, llevaban tiempo fuera del carril institucional o habían desarrollado su trayectoria en la tercera fila del poder. Un vuelco descomunal.

Una cuestión de utilidad

Hoy en día, incluso entre los espacios más favorables, existe una aproximación a la Monarquía de aceptación desde el plano de la utilidad, y no desde una defensa teórica de lo que representa. «Ninguno somos fervorosos monárquicos. Es una cuestión de utilidad», comentan desde una de estas presidencias autonómicas. Un sentimiento similar al que expresa un alcalde: «El PSOE no se va a meter en se jardín. Siempre hemos sido un partido práctico. Por nuestra parte la Monarquía puede estar tranquila».

El sentir en favor de un cambio es muy palpable en algunos dirigentes de nuevo cuño. Y especialmente en algunos territorios. «Socialmente ese debate está ya», dice una importante dirigente socialista que apunta que «hay territorios que son históricamente republicanos». Esta importante mandataria apunta a la cuestión generacional y cree que «la Princesa no llegará a reinar» porque, opina, hay una generación desconectada de la Monarquía.

Otra dirigente territorial, en este caso del sur de España, asegura que será «la generación de la propia Leonor» la que «tal vez en 40 años» pueda plantear un cambio. Y un veterano barón regional constata como hoy día un joven militante no guarda un vínculo emocional con la Monarquía.

Pero incluso en los sectores más críticos se rebaja la intensidad del debate: «No creo que sea el momento. Tenemos encima de la mesa cuestiones más urgentes e importantes». Y se apunta a que con este panorama político es imposible. «Al menos en el sur, aunque hay mucho afecto al republicanismo, no existe un convencimiento claro de que nos iría mejor con la república», señala una dirigente que cree que por el momento este debate «es moverse en el campo de una hipótesis lejana».

Otro dirigente territorial asegura que «la Monarquía ha perdido centralidad». Este cargo cree que socialmente «está respetada por una franja de edad clara», pero que «la gente nacida a partir de los ochenta están menos adheridos». En cuanto alPSOE internamente cree que «cabalga entre dos almas, la de la razón de Estado que la acerca al statu quo del 78 y la de la razón histórica, que entronca con la república y que la gente más joven reclama internamente».

Pero en última instancia, la misma prudencia: «es un tema que no suma y nubla lo importante, que es salvar vidas y recuperar la economía». Y que el PSOE tiene que buscar «una posición centrada, de equilibrio» porque «sigue siendo una opción mayoritaria que equilibra dentro del desorden». Y eso hace que a nivel militancia «no hay un gran debate porque la situación es tan grave que ahora no es el momento».

(Victor Ruiz de Almirón. Diario ABC)

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