Reflexiones acerca del aborto | Ramón Ubillos

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España ha superado ya los dos millones y medio de abortos legalmente registrados desde la despenalización del mismo en el año 1985. Treinta y seis años en los que hemos menguado moral y espiritualmente como consecuencia de ello.

Ante el hecho de la práctica de un aborto, muchas veces nos encontramos con la polémica entre los derechos de la madre y los del niño que está en su vientre. Aunque esta lucha de derechos no es de despreciar, su análisis puede llevarnos a una observación simplista del problema, dejando de ver muchas otras perspectivas que es importante analizar y me gustaría resaltar algunos.

1.- La muerte del no nacido supone truncar el futuro de un ser humano que tiene un valor incalculable y que podría llegar a ser una persona de influencia en su generación, con lo cual hemos privando a nuestra sociedad de la posibilidad de contar con grandes científicos, o estadistas, o artistas, de médicos, albañiles o cualquier otro profesional o deportista de élite.

2.- La madre que permite el aborto de su hijo queda marcada de forma permanente con un sentimiento de culpa que es de difícil superación y que lleva a muchas mujeres a convertir su vida en un verdadero infierno del que solo la obtención del perdón divino puede liberar.

3.- Una sociedad en la que se practica el aborto queda manchada por la sangre inocente de aquellos a los que se les negó poder experimentar la vida que habían comenzado a tener.

Somos una sociedad en la que la sangre de los inocentes clama desde la tierra como la sangre de Abel clamó delante de Dios y tenemos que pedir perdón por esta injusticia, injustificada, que nuestro país está cometiendo, ya que las consecuencias sociales las estamos padeciendo de una forma clara.

4.- Una civilización que no protege a los más débiles está pronta a desaparecer, la historia nos enseña que es así. Ocurrió con los griegos, ocurrió con los romanos, sus poderosos imperios fueron eliminados y ocurrirá con la nuestra si no cambiamos nuestra actitud. El desierto demográfico en el que estamos inmersos, es en parte fruto del aborto. También en cierta manera el aumento de parejas con problemas de infertilidad viene motivado por el aborto, que practicado o siendo moralmente participantes del mismo provoca que disminuya la posibilidad de concepciones.

5.- Una sociedad que justifica la muerte termina volviéndose insensible a los problemas de las personas que la componen, mirar para otro lado es un claro síntoma de esto. No podemos esconder la cabeza debajo del ala como el avestruz ya que ese tipo de situaciones nos afectan a todos como miembros de la sociedad.

6.- Los crímenes dan lugar a la maldición sobre la tierra donde se producen y por eso aquellos que tenemos fe debemos implorar el favor divino para que estas muertes de los no nacidos no sigan degenerando nuestra convivencia de una forma cada vez más progresiva.

7.- Independientemente del proceso legislativo que se vaya desarrollando en España, tenemos que luchar contra esta lacra convenciendo a nuestros compatriotas que necesitamos a esos niños que no han nacido todavía y debemos esforzarnos por ofrecer alternativas valientes para poder acoger a aquellos casos en los que la madre se vea presionada a practicarlo.

Por eso hacemos un llamamiento especial a aquellas mujeres que han concebido un hijo para que sean valientes y ofrezcan a su hijo la posibilidad de vivir, nunca se arrepentirán de ello y si la situación se les vuelve difícil les pedimos que busquen ayuda que sin duda se la daremos.

 

Ramón Mª Ubillos | Pastor Evangélico

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