Si hay una cosa evidente es que las reformas legislativas emprendidas en materia de familia, vida, educación e imposición de la ideología de género, así como atentado contra la unidad de España emprendidas por este gobierno socialista y comunista de Pedro Sánchez es que han sido leyes, además de regresivas y sectarias, que se han impuesto de espaldas a la sociedad y que han motivado grandes rechazos y repulsa de la sociedad española. Y es un hecho que este tsunami legislativo regresivo va a continuar mientras siga el actual Gobierno.
¿Qué va a pasar cuando el Gobierno cambie?
La pregunta es qué va a pasar cuando el gobierno cambie de manos: ¿qué harán las nuevas leyes y decisiones políticas? ¿Derogarán, mantendrán o reformarán estas leyes regresivas de Pedro Sánchez? Este es el tipo de preguntas que tenemos que plantearnos en este momento, justo antes de las elecciones del 23J.
Y es que el escenario de cambio político podría, a priori, ser muy propicio no sólo para la derogación de estas leyes injustas, sino también para que se abordaran en profundidad temas que afectan directamente a nuestra comunidad como son la familia, educación, la vida, unidad de España, libertad religiosa —y no solamente con algunos retoques de cara a la galería—. La urgencia de estas reformas es hoy más importante que nunca dado el panorama legislativo que el Gobierno de este gobierno PSOE-comunistas deja como herencia.
¿Es el PP la solución?
Obviamente, no tenemos una bola de cristal para ver el futuro y contestar a esta pregunta. Pero lo que sí tenemos a nuestra disposición son las enseñanzas de la historia reciente, que nos pueden proporcionar una idea de cuáles pueden ser las tendencias de futuro.
Si atendemos a la reciente historia española, el cambio de poder no ha correspondido con el cambio prometido ni las reformas, siquiera en las citadas leyes. Así pues, por desgracia, y a modo de ejemplo, las reformas legislativas claramente regresivas realizadas por los gobiernos de Zapatero se consolidaron con los gobiernos de Rajoy. No derogó ni modificó ninguna de las leyes.
Cuanto más tiempo pase sin hacer nada, más posibilidades hay de que se produzca dicha consolidación de leyes del proyecto de ingeniería social y más difícil será dar marcha atrás. Y es que la denominada derecha siempre ha ido a remolque de la izquierda en estos asuntos, sin atreverse a desarrollar una visión alternativa. Ante un proyecto de transformación ideológica de la sociedad llevado a cabo por la izquierda, siempre la derecha ha contrarrestado con un proyecto de gestión económica pero nunca social.
Para la sociedad civil, en general, y para las familias, en particular, sería muy frustrante que esto sucediera de nuevo. A veces, cuesta trabajo decidir qué es peor: que se la ataque o que se la ignore y abandone.
¿Son Sánchez y Feijóo las dos caras de la misma moneda?
Para Feijóo, el PP tiene mucho más en común con el PSOE que con Vox. Por ello, es mucho más natural pactar con el PSOE en España, y en Europa, a pesar de los insultos y desprecios, de que le mientan y manipulen, que con Vox. Sus recientes declaraciones lo dejan bien claro: «Vox no es un buen socio, me siento más cercano a Page, si necesito 20 escaños voy a hablar con el PSOE»
El PP está mandando a mensajes continuos al PSOE de que quiere un gobierno de coalición con ellos. Se siente más cómodo ideológicamente hablando con el PSOE que con VOX. Desde Feijóo a sus principales espadas lo corean.
Y lo más patente fue en el debate cuando Feijóo ofreció firmar un pacto por el cual tanto el PSOE como PP se comprometen a dejar gobernar a la lista más votada. Y esto con una frase que deja a las claras su sintonía ideológica: “Creemos necesario impulsar un acuerdo político entre ambos partidos políticos que facilite la formación del gobierno de España por parte de aquel que obtenga un mayor respaldo electoral. De esta forma no solo damos continuidad a una práctica democrática siempre respetada en España desde las elecciones generales de 1977. También garantizamos la gobernabilidad de nuestro país sin que mediasen concesiones a formaciones minoritarias en aquellas materias que, como las mencionadas anteriormente, existe un amplio consenso entre ambos partidos y sus aliados europeos, y en nuestra sociedad”.
Por ahora Sánchez se ha negado a firmar ese acuerdo. Pero la oferta de Feijóo sigue en pie. Lleva en pie más de dos meses. Y, además, no tiene por qué ser Sánchez quien lo firme si sus resultados electorales no son los idóneos.
¿Derogará al Sanchismo?
No. ¿Por qué? Porque él mismo comentó en el cara a cara que después de las elecciones lo primero que hará será hablar con el PSOE.
Y además, ¿como derogará Feijóo el sanchismo si pacta con… el sanchismo?
¿De verdad crees que Feijóo va a derogar el sanchismo como intenta convencerte? ¿Acaso piensas que Feijóo quiere derogarlas y que el PSOE le dará su apoyo para derogar la ley de Memoria Democrática, la ley del aborto, la ley de eutanasia, la ley Celáa o la ley Trans y LGTBI?
No las derogará, porque, por desgracia, son las dos caras de la misma moneda