Por tierras de España: Cebreros (Ávila) | José Riqueni Barrios

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            Alojados en el Parador Nacional de Gredos, convertido en un destino que de algún modo nos atrae, de ahí que volvamos y otra vez, ello traería consigo que trilláramos la zona cien kilómetros a la redonda en todas las direcciones de la rosa de los vientos. Ese es el sino y no otro de nuestro inquieto espíritu viajero, una llamada que llega cada verano al ensancharse la luz de los días, lo que uno necesita, horas y más horas para adentrarse en los mil y un rincones de la grande España descubriendo paisajes, conociendo gentes, empapándonos de una cultura tan rica y variada que llevaría toda una vida atesorar un muestrario de tan complejo conjunto etnográfico.

Terraza (Parador de Gredos)

 Pero vayamos a nuestro cuaderno de viajes y traslademos fielmente a nuestros lectores unas notas que redactamos en su día sentados en la terraza trasera del Parador de Gredos al amor de un café (martes, 27 de Julio del Año de Nuestro Señor de 2021, 18:09h):

“Sobre las cinco de la tarde, el airecillo fresco se hace sentir en la terraza con vistas del Parador y un silencio creciente, sostenido, compite en protagonismo con un paisaje soberbio como telón de fondo.

Frescor de las primeras horas de la tarde, silencio y belleza natural serena, como a la vez rotunda.

Sin duda, y acabo de tomar conciencia de ello, la paz está compuesta de frescor, silencio y esplendor de la naturaleza.

Sólo queda que nos dejemos contagiar por ese hechizo que todo lo llena e impregna”.

Pero abandonemos la narrativa melancólica, tomemos el mapa, pongamos a punto nuestro carruaje y entremos en harina, que no todo es vagar y divagar por el mundo de la fantasía con retazos de poesía tardía.

La ruta de hoy es horizontal y va de oeste a este, desde el Parador de Gredos hasta Cebreros, pueblo natal de Adolfo Suárez (presidente del Gobierno, 1976-1981), nuestro querido protagonista de los párrafos que siguen.

¿Puede un gran hombre de Estado como fue el presidente Adolfo Suárez suscitar el suficiente interés en un ciudadano de a pie, un parroquiano corriente y moliente, como para que éste se sienta motivado e impulsado por conocer aquella tierra que vio nacer a personaje tan ilustre e irrepetible? La respuesta es directa y no admite la más mínima vacilación: ¡Sí, claro que sí!

En nuestro caso, conociendo que Suárez nació en la zona, por más señas en Cebreros (Ávila), tuvimos la feliz ocurrencia de visitar dicha localidad transitando por la carretera que bordea las faldas de la Sierra de Gredos, unas vistas espectaculares que nos acompañaron buena parte del recorrido, y así rendir sencillo y sentido homenaje a la memoria y persona de una figura tan notable en la Transición española, un notable hombre de Estado, Grande de España.

Junto a Cebreros son mucho los lugares de nacimiento de personajes ilustres de la historia reciente y pasada de España que hemos visitado, paisajes urbanos que para nosotros conforman gratos recuerdos al volver la mirada a aquellos escenarios que vieron nacer a esos hombres y mujeres que forjaron la identidad y la grandeza de España, una unión de singularidades cuya suma en conjunto es infinitamente más valiosa que la suma por separado de los elementos que la componen.

El frescor de la mañana veraniega, las vistas cambiantes y hermosas de las montañas en un horizonte de cielo limpio nos acompañaron durante el trayecto, a la par del disfrute de la conducción en sí, porque es curveando, subiendo y bajando como se nos puede encontrar bien en julio bien en agosto, aunque el lugar puede ser el más insospechado que uno pueda imaginar a lo largo y ancho de toda la extensión de la grande España.

Desde el Parador hasta Navarredondilla son unos 40 km de curvas y contracurvas que saciaron por completo nuestra ilusión mañanera por tomar el coche, de ahí que surgiera en nosotros la idea de buscar otra ruta de vuelta para evitar descurvear lo curveado, que la cosa tuvo migas. Bueno, ahí queda anotado como aviso a navegantes, a navegantes en nave de cuatro ruedas.

La ruta de hoy, tan curvada ella, es la que sigue:

Rellano del Parador, San Martín del Pimpollar, cruce a la izquierda en dirección a Ávila, en 2 km se llega a Venta del Obispo y se gira a la derecha hacia Hoyocasero, Navalosa, Navatalgordo, Burgohondo, Navaluenga, Navarredondilla, cruce a la derecha en dirección a San Martín de Valdeiglesias y a 9 km cruce a la izquierda buscando Cebreros.

Cebreros (Ávila)

 Entrar en Cebreros, bajarnos del coche y pisar un pueblo tan significativo para nosotros supuso elevar el ánimo a lo más alto y de tal guisa se iniciaba una mañana de intenso contento interior, que así deambula uno por el mundo, saboreando momentos a plena conciencia cuando el escenario en el que se localiza está impregnado del espíritu de alguien a quien estimamos y reconocemos como constructor de una nación, España, aunque por estos lares, a día de hoy, siempre es más lucrativo destruir en vez de edificar, volver a los Reinos de Taifas, que territorio hay para una docena y más de reyezuelos de tebeo.

Adolfo Suárez, hijo primogénito de Hipólito y Herminia, nació  un 25 de septiembre de 1932 en Cebreros, allí tenía su madre raíces familiares. En 1936 se trasladaron a Ávila. Adolfo estudia por libre Derecho en Salamanca.

El 9 de junio de 1976, en un discurso sobre la Ley de Asociaciones Políticas ante las Cortes Españolas previo a su elección, citó unos versos de Antonio Machado:

Está el hoy abierto

al mañana. Mañana, al infinito.

Hombres de España, ni el pasado ha muerto,

ni está el mañana en el ayer escrito.

Tomamos café en la plaza de España, frente a la iglesia, y visitamos el “Museo Adolfo Suárez y la Transición”. La entrada son 3€, de martes a sábado abre mañanas y tarde, los domingos sólo por la mañana.

Museo Adolfo Suárez y la Transición

 El Museo de Adolfo Suárez y la Transición (2009) se localiza en el interior de la Iglesia Vieja, en pleno centro urbano. Al parecer, dicho templo se construyó en su día aprovechando la atalaya que existía en la zona norte del pueblo para vigilar en caso de invasión sarracena. De hecho, este pueblo fue invadido por Tariq en el año 711.

       “Puedo prometer y prometo” (14 junio 1977)

Al salir del museo, habiendo tomado algunas notas y fotos en su interior, paseamos al objeto de conocer este pueblo que incluso tiene su cine terraza de verano y que, como es habitual por tierras de España, recibe cada verano a sus hijos, desperdigados el resto del año allá en Madrid y otras capitales de provincia.

Toca pincho y cervecita a la sombra.

La vuelta al Parador de Gredos la hacemos por una ruta más rápida, dado que es costumbre nuestra curvear por carreteras enrevesadas por las mañanas y regresar por las vías más seguras y expeditas cuando uno ya está algo cansado y tanta curva comienza a marearle.

Nuestro admirado Adolfo fallece en Madrid un 23 de marzo de 2014 y el día 25, tras celebrarse misa de corpore insepulto, es enterrado por su expreso deseo en el claustro de la catedral de Ávila. Junto con sus restos mortales fueron enterrados también los de su esposa Amparo Illana.

En su epitafio aparece escrito “La concordia fue posible”.

Ciertamente hemos tenido que dar cuenta de muchas curvas y contracurvas hasta llegar a Cebreros, pero merece la pena ese pequeño esfuerzo con tal de dar cumplida cuenta a nuestro merecido reconocimiento y sincera gratitud a uno de los grandes, ilustre personalidad.

ALREDEDORES

Ermita de Valsordo

Ermita dedicada a Nuestra Señora La Virgen de Valsordo se encuentra a dos kilómetros del pueblo junto al río Alberche.

La Picota

Esta se encuentra en la salida del pueblo junto a la calzada prerromana.

© José Riqueni Barrios | Escritor

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