Tras Alemania, Escocia, Canadá, ahora Polonia ha anunciado una ley que restringirá la libertad de expresión y que implanta la censura y represión.
En España, Sánchez ya le ha dicho a ERC que está dispuesto a hacer una ley semejante
La censura y represión no es una cuestión, como antaño, propio de un país dictatorial. El globalismo está imponiendo en todos los países ya sean europeos como americanos, en su día grandes garantes de la democracia, legislaciones que claramente atacan la libertad de expresión
Censura y represión en Polonia
Tras Alemania, Escocia y Canadá, así como el anuncio de Pedro Sánchez en España, el Gobierno de Donald Tusk en Polonia que llegó al poder con el mandato globalista de darle la vuelta a Polonia como a un calcetín, «adaptándola» a los mandatos y directrices woke y de Bruselas a toda velocidad. Y el último ejemplo incide en dos de las obsesiones del pensamiento único: la primacía LGTBI y la censura bajo el eufemismo de «delitos de odio».
En efecto, el actual viceministro de Justicia de izquierdas, Krzysztof Śmiszek, de la Nueva Izquierda, ha afirmado que su departamento está trabajando en la introducción de estas normas, que limitan la libertad de expresión y el debate público en Polonia.
¿Excusa? Nueva ley de «discursos de odio» que condena a prisión
Así, el nuevo gobierno liberal de izquierda prepara una nueva ley denominada según ellos de «discursos de odio» que podría condenar a los infractores a prisión por hasta tres años por contenido «ofensivo» contra las personas LGTBI, mediante una enmienda al Código Penal publicada en el sitio web del Ministerio de Justicia polaco.
El nuevo proyecto de ley trata de ampliar las clasificaciones relacionadas con el discurso de odio para incluir edad, discapacidad, género, orientación sexual e identidad de género, según el medio de noticias polaco DoRzeczy.
Incluso los meros «insultos» (muy vagamente definidos) podrían acarrear penas extremadamente duras según el nuevo proyecto de ley. Se han añadido disposiciones sobre género, orientación sexual e identidad de género en el artículo 256, que cubre la incitación al odio, y en el artículo 257 sobre insultos.
¿Qué supondrá en la práctica?
En la práctica, los cambios acabarían con la libertad de expresión en Polonia promoviendo la censura y la represión, incluyendo la cárcel. Representarían, además, una grave amenaza a la libertad religiosa, siendo el catolicismo en particular crítico de muchos aspectos de LGTBI. La consecuencia directa de criminalizar ciertas palabras será, de hecho, la criminalización de opiniones conservadoras, religiosas y cristianas».
Y no pensemos que esto es solo una ley de un país en particular, es la censura y la represión global que se está implantando globalmente. Y es que el globalismo no quiere disidencia ni críticos y está dispuesto a meterlos en la cárcel.
Fuente: La Gaceta
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