Cristofobia institucional: El Gobierno de Sánchez intenta impedir la libertad religiosa
En los últimos meses, y se va a cumplir ya un año, cada día, un numeroso grupo de personas se congrega para rezar el Santo Rosario en la explanada de la Basílica de Ferraz, una práctica religiosa que, en lugar de ser respetada, ha sido objeto de intentos de prohibición por parte del gobierno de Pedro Sánchez.
Este grupo de católicos españoles se agrupa a diario, comenzaron ya hace casi un año, para rezar un «rosario por España y en defensa de la fe católica en todo el mundo», pero ante esto, el gobierno ha protagonizado un cúmulo de actos represores con el único objeto de prohibir el rezo del rosario
El gobierno reconoce que llevan tiempo intentando prohibir el Rosario y que está buscando nuevas fórmulas para prohibirlo
La Delegación del Gobierno de Madrid, señala el diario la Gaceta, ha reconocido que lleva tiempo no solo tomando medidas para intentar prohibir los rezos que se celebran a diario en la calle Ferraz con la clara intención de acabar con esta manifestación religiosa sino que está buscando nuevas fórmulas para prohibirlo. Obviamente, los organizadores destacan que la celebración del rezo del Rosario es un derecho fundamental protegido por la libertad religiosa y de reunión, establecido en la Constitución Española.
Un año de resistencia religiosa pacífica
Este movimiento de rezo diario está próximo a cumplir un año. Desde el 12 de noviembre de 2023, el grupo de fieles ha mantenido el rezo del Santo Rosario, sin faltar ni un solo día. Esta consistencia ha sido una expresión simbólica de resistencia religiosa ante la evidente “cristofobia” promovida por el Gobierno. Como señala uno de los asistentes su único objetivo es el de orar y que no existe otro trasfondo político detrás de esta iniciativa: “Venimos aquí porque creemos que España necesita volver a su raíz espiritual. Nuestro país tiene una identidad católica que está siendo erosionada”.
A pesar de ser un acto religioso pacífico, la policía ha intentado reprimir esta actividad mediante multas, detenciones y presiones diversas, en lo que es un claro intento de intimidación y censura, que atenta contra la libertad religiosa. Tras el fracaso de la intimidación represora, uno de los últimos pasos ha sido la reducción del tiempo de duración de la convocatoria a solo media hora, de 19:30 a 20:00 horas. Sin embargo, los fieles han respondido con firmeza, cumpliendo con todos los requisitos legales para realizar la concentración diaria. Como resultado, han logrado seguir adelante pese a las restricciones, y su perseverancia ha hecho que se mantenga el derecho al rezo diario.
Este cumplimiento exhaustivo con la normativa cuestiona las bases legales de los intentos de prohibición, dejando en evidencia una posible motivación ideológica en la postura de las autoridades.
José Andrés, uno de los organizadores del Rosario, subraya que este acto no debería ser motivo de controversia: “Estamos en nuestro derecho de orar en un espacio público. No estamos perturbando el orden; simplemente ejercemos nuestra libertad de creencia y de expresión. Resulta preocupante que un acto tan pacífico como el rezo del Santo Rosario sea considerado un problema”.
Cristofobia institucional
Los intentos de represión del rezo del Santo Rosario muestran un trasfondo más que preocupante. Es una clara manifestación de “cristofobia”. El Gobierno de Sánchez ha mostrado en muchas ocasiones una postura de animadversión hacia las expresiones de fe católica – véase, por ejemplo, el intento de eliminar el Valle de los Caídos-, mientras que el rezo del Santo Rosario se convierte en el objetivo más reciente de una serie de políticas y acciones hostiles hacia la religión.
La defensa de la libertad religiosa
A lo largo de este año, los participantes en el Rosario de Ferraz han demostrado que su resistencia religiosa ante los intentos de prohibición es, en sus propias palabras, una defensa de la libertad religiosa que es amenazada en la España actual por el gobierno de Sánchez. «No estamos buscando conflicto, pero tampoco renunciaremos a nuestro derecho de reunirnos para rezar por España», comenta uno de los fieles asistentes.
La situación plantea una constatación evidente: El Gobierno está limitando la libertad religiosa de los católicos por motivos ideológicos. Para los fieles congregados, la respuesta es clara: “La fe no debería ser motivo de persecución ni de división en la sociedad. Estamos viendo cómo el Gobierno de Sánchez intenta restringir derechos básicos, y eso no es otra cosa que una muestra de cristofobia”.
Hacia el primer aniversario
A medida que se aproxima el aniversario de este acto religioso, y a pesar de los obstáculos y los intentos de cancelación por parte del gobierno, un grupo de fieles ha manifestado su intención de seguir adelante. Su determinación muestra una resistencia religiosa inquebrantable frente a lo que odian a Cristo y quieren eliminarlo y prohibirlo en todos los aspectos de la vida pública.
Con el 12 de noviembre acercándose, la reunión para el rezo del Santo Rosario se ha convertido en un símbolo de resistencia cristiana ante el Gobierno de Sánchez. Este evento continúa llamando la atención y acumulando apoyo de otros sectores de la sociedad que defienden la libertad religiosa como un pilar de cualquier sociedad.
Llegando al 12 de noviembre una cosa es clara: los asistentes del Rosario de Ferraz han dado un mensaje firme de que su fe y su libertad no serán suprimidas sin resistencia.
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