La recuperación económica que se espera tras la pandemia del coronavirus se caracterizará por la asimetría, según el último informe de JP Morgan. Esto significa, por ejemplo, que las grandes empresas saldrán más fuertes que las pequeñas, que los trabajadores mejor cualificados saldrán bien parados en relación con el resto de asalariados o que el sector público mantendrá unos niveles de gasto y de empleo más altos que el sector privado.
En un primer momento, la esperanza de muchos analistas era que la salida del confinamiento propiciase un «rebote» económico casi automático, normalizando la producción en el más corto plazo. Era la tesis de una recuperación con forma de V. Posteriormente empezó a calar el miedo a que la salida fuese más larga, lo que llevó a hablar de una crisis en U. Incluso en el caso de España se ha planteado que la crisis puede describir una L, puesto que la recuperación del PIB perdido no está prevista hasta 2023.
Ahora, JP Morgan plantea la hipótesis de la K, con la que alude a una recuperación marcada por la desigualdad. Después de que la economía tocase fondo debido a las restricciones tomadas para luchar contra la covid-19, la reactivación propiciada por estímulos monetarios y fiscales de diversa índole prefigura una economía de dos velocidades.
En esta nueva etapa, los mejor parados serían sectores como el tecnológico, las compañías de gran tamaño o los trabajadores «de cuello blanco». Por el contrario, la reapertura se antoja mucho más compleja para ramas de actividad de naturaleza cíclica como el turismo, para las pequeñas y medianas empresas o para los profesionales «de cuello azul». Aunque el informe de JP Morgan anticipa una convergencia en el medio plazo, sí advierte que la salida será más rápida para unos que otros.
La hora de las políticas de oferta
Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis y colaborador de Libre Mercado, considera que «superados los estímulos, el camino para favorecer la convergencia y no la divergencia económica pasa por las políticas de oferta. Hay que reducir la burocracia y las trabas para operar. Hay que favorecer la creación de nuevas empresas y de puestos de trabajo. El enfoque tiene que estar en retirar todos los obstáculos posibles y permitir que el sector privado respire y progrese».
«Los países que se están recuperando con mayor rapidez son los que están evitando los grandes planes de estímulo y, en su lugar, se están centrando en políticas de oferta. En Europa lo vemos en Austria, Irlanda o Países Bajos. En Asia lo vemos en Corea o Taiwán. En vez de lanzar grandes programas de gasto público, lo que están haciendo estos países es centrarse en retirar obstáculos al sector privado para evitar una recuperación asimétrica como la que describe JP Morgan», explica.
(Diego Sánchez de la Cruz. Libertad Digital)