En concreto, se establece “pena de prisión de tres meses a un año o de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a ochenta días” para quien, a juicio del legislador, menoscabe la libertad de las madres que se dirigen a un centro de aborto. El Código Penal se refiere a la persona que “para obstaculizar el ejercicio del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo acosare a una mujer mediante actos molestos, ofensivos, intimidatorios o coactivos que menoscaben su libertad”.

Es decir, que en España -como en una dictadura comunista al uso- puedes ir a la cárcel o ser sancionado por rezar y por ayudar. De hecho, ya se ha puesto una multa de 1.200 euros por rezar por la vida a la la asociación Rezar no es delito.

Policías rodean a mujer embarazada que rezaba

Así las cosas, cuenta que esa misma iniciativa Rezar No Es Delito ha denunciado que al menos siete policías rodearon a una mujer embarazada que se puso a rezar de rodillas delante del abortorio Dator en Madrid. Y  es que son necesarios 7 policías para detener a una mujer embrazada que iba peligrosamente armada: con un rosario en la mano

La mujer, María Sánchez, cumple este lunes las 39 semanas de embarazo y su marido José Manuel Menéndez ha denunciado que no le permitieron quedarse junto a ella. “Es un abuso de autoridad”, explicaba su marido momentos después de que fuera retirado del lado de su mujer por la fuerza, según denuncia la plataforma Rezar No es Delito. “Le han dicho que la mujer se libraba por estar embarazada, sino ‘la llevaban a rastras a calabozo’”, detallan.

Los hechos sucedieron según los denunciantes después de que un amplio dispositivo de la Policía Nacional impidiera al grupo Rezar No Es Delito desarrollar la convocatoria del rezo del Rosario desde un punto cercano hasta el centro abortista.

Con independencia de que la convocatoria del acto fuese comunicada conforme a lo previsto en la ley, que sí que lo fue, lo llamativo del caso es que la policía a las órdenes del ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, se dedique a vigilar los rezos de una mujer embarazada, mientras muchos delincuentes campan a sus anchas a lo largo y ancho de la geografía española.

Y es que rezar ya no se puede en España. Y te meten en la cárcel por ello. ¡Qué bajo hemos caído!