Hasta los sindicatos afines al gobierno, CCOO y UGT, están que trinan por el paso de Juan Manuel Serrano, amigo íntimo de Pedro Sánchez, al frente de Correos, y su nefasta gestión que acumuló 1.200 millones de euros en pérdidas en los cinco años.
Ha sido el «peor presidente de la historia de Correos» señalan ambos sindicatos
Correos guarda bajo siete llaves si el directivo cobró bonus pese a las cuentas ruinosas del gigante estatal.
Hay que recordar que el intimísimo Serrano se embolsó más de un millón de euros en el lustro que presidió Correos. La duda creciente es qué parte de esta cantidad se debió a bonus por objetivos, ya que la entidad estatal pública se ha negado a facilitar la cantidad. «La información sobre retribuciones se facilitará en cómputo anual y en término íntegros, sin incluir deducciones ni desglose de conceptos retributivos. La razón es que el conocimiento de estos datos puede permitir el acceso a datos de carácter personal especialmente protegidos (…) esto es, datos reveladores de la ideología, la afiliación sindical, la religión y las creencias, y datos referentes al origen racial, a la salud y a la vida sexual«, señalan desde el departamento jurídico de Correos. Vaya excusa mala y falta de transparencia.
Lo cierto es que en la empresa anida la sospecha de que Serrano se embolsó miles de euros por objetivos pese a las sangrantes pérdidas. La sospecha nace de que en 2022 y 2023 su salario rondó los 207.000 euros (lo cual supone un 16% más que en 2021). Al no haber conocimiento de una subida de sueldo, resulta posible que el crecimiento de sus ganancias se deba a un incremento por objetivos.
Fuentes sindicales explican que desde el Gobierno se quiere invisibilizar la gestión de Serrano. Esas mismas voces lamentan que el presidente del Gobierno hiciera oídos sordos a las quejas sindicales entre 2018 y 2023 y finalmente tomara la decisión de fulminar a Serrano cuando se lo pidió María Jesús Montero, que desde el Ministerio de Hacienda asistía horrorizada a la evolución económica de Correos.
Fue la propia Montero la que sugirió el nombre de su sustituto, Pedro Saura, ya que Hacienda monitoriza las cuentas de todas las empresas públicas y conocía los extraordinarios resultados cosechados por Paradores Nacionales bajo la presidencia del hoy máximo responsable de Correos.
obviamente Pedro Sánchez no podía dejar en el paro a su amigo íntimo a pesar de la nefasta gestión en Correos. Como consecuencia le nombró director general de la empresa pública estatal que gestiona las autopistas públicas, la Sociedad Estatal de Infraestructuras del Transporte Terrestre (Seitt). O sea, otro sueldazo para seguir llevando a la bancarrota a otra empresa pública.
‘Fiesta’ sindical tras la destitución de Serrano
La alergia de los principales sindicatos hacia el expresidente de Correos nunca fue un secreto para nadie. CCOO y UGT celebraron la destitución de Juan Manuel Serrano a finales de 2023 y aseguraron que habían «combatido el desguace y hundimiento del servicio público postal provocado por su pésima gestión al frente de la mayor empresa pública de este país».
«Han sido cinco años de desmanes y una realidad insostenible e incontestable en forma de deterioro económico, organizacional y social que ha llevado a Correos a los 1.200 millones de pérdidas. Es mucho tiempo el que ha tardado el Gobierno en rectificar el error del nombramiento de Serrano. Un presidente megalómano y con la única experiencia de haber sido fontanero político y chófer del actual presidente del Gobierno. Un presidente que ha ido en dirección contraria del dialogo social con las organizaciones sindicales confederales mayoritarias, CCOO y UGT», denunciaron.
De Serrano dijeron que «ha dado lugar a las mayores pérdidas económicas que se recuerdan en Correos, un déficit estructural que impide endeudarse a la empresa pública estatal, a la que ya no se le conceden préstamos, que tienen que ser soportados por el Estado, que ha sumido a la plantilla en la mayor quiebra moral de su historia en todas sus líneas y provocado una precarización y pérdida de empleo pareja a la perdida de actividad e ingresos».
Ambos sindicatos acusaban a Serrano de privatizar algunos servicios y denunciaban su excesiva apuesta por una filial dedicada a la paquetería que funciona con recursos similares a los de una empresa privada: Correos Express.
Ahora CCOO y UGT se alegran de su destitución pero no hicieron ninguna huelga ni protestas cuando lo presidia. y es que es muy fácil decirlo al final cuando ya lo han cesado, pero no enfrentarte cuando está en activo. Y ya se sabe que tanto CCOO como UGT son la voz de su amo.
Fuente: Iker Gurpegui | El Cierre Digital
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