Un total de 1.700 médicos y enfermeros del Reino Unido han escrito una carta abierta al Secretario de Estado de Sanidad y Asistencia Social, Sajid David, en la que expresan su vehemente oposición al suicidio asistido. Su llamamiento se dirige también a los parlamentarios británicos que pronto votarán una ley que legalizaría dicha práctica.
La prohibición de matar está presente en casi todas las sociedades civilizadas, dicen, y se basa en el valor inconmensurable de toda vida humana. «Cualquier cambio enviaría un claro mensaje a nuestros pacientes frágiles, ancianos y discapacitados sobre el valor que las sociedades les otorgan». Algunos pacientes nunca considerarían la eutanasia a menos que se les sugiriera, aseguran los médicos. En Bélgica, uno de cada 60 suicidios asistidos se lleva a cabo sin el consentimiento del paciente, que puede estar en coma o confundido, por ejemplo.