Los datos globales también mostraron que entre 2021 y 2022, los atletas estadounidenses representaron 279 de las muertes.
Y eso que los deportistas tienen menos posibilidades de sufrir un paro cardíaco y una muerte súbita cardíaca en comparación con los no deportistas. Un estudio estadounidense de 2016 calculó que las personas que no son deportistas, en comparación con los deportistas, tienen una probabilidad 29 veces mayor de sufrir una muerte cardíaca súbita.
Una de las razones es obvia ya que “los atletas son descartados por las causas comunes de muerte súbita en el campo de juego”, dijo McCullough.
Los jugadores son examinados para detectar cardiomiopatía hipertrófica , que representa casi el 50 por ciento de las muertes cardíacas súbitas en atletas, así como otras anomalías cardíacas menos comunes .
Las muertes cardíacas súbitas en los atletas aumentaron después de la vacunación
McCullough señaló un estudio europeo que rastreó las muertes cardíacas súbitas en atletas europeos durante 35 años, desde 1966 hasta 2004. El estudio informó 1.101 muertes cardíacas repentinas durante el intervalo, que Polykretis estimó que serían alrededor de 29 muertes por año.
En los Estados Unidos, se estima que unos 100 atletas mueren cada año por muerte súbita. Sin embargo, los datos citados en el estudio mostraron que solo en 2022, se informaron más de 190 muertes por paros cardíacos en atletas actuales y anteriores. Esto no incluye las muertes de atletas con estados de vacunas desconocidos y aquellos cuyos nombres no aparecieron en los medios.
McCullough dijo que, al observar los datos, «no hay duda» de que las muertes cardíacas súbitas han aumentado después de las vacunas.
Sin embargo, dado que la mayoría de las muertes cardíacas súbitas en los medios son de jugadores competitivos profesionales, McCullough agregó que recopilar datos de atletas en universidades, escuelas secundarias y otras ligas internacionales brindaría una imagen más completa.
Señaló estudios que han mostrado aumentos elevados de miocarditis después de las vacunas contra la COVID-19. “Estoy muy preocupado”, dijo McCullough, “Este es un problema de salud pública. Creo que corresponde a las personas revelar el estado de la vacuna.
“Vemos el informe de figuras públicas o atletas uno tras otro, muriendo repentinamente, sin explicación. Corresponde a las familias, el personal médico, los médicos y los periodistas revelar el estado de las vacunas. Son vacunas en investigación y están vinculadas a la muerte en estudios revisados por pares”.
Un estudio publicado en abril de 2022 encontró que los aumentos de miocarditis y pericarditis son estadísticamente insignificantes entre las personas no vacunadas después de la infección por COVID. Los investigadores evaluaron alrededor de 197.000 pacientes no vacunados y hubo 9 y 11 casos de miocarditis y pericarditis, respectivamente.
Un estudio francés que rastreó los paros cardíacos en atletas antes de la pandemia de 2005 a 2018 también encontró que la tasa de paros cardíacos en los deportes se ha mantenido constante, mientras que la capacidad de supervivencia de estos eventos ha aumentado gracias a la ayuda de los transeúntes.
(con información de Epoch Times)
