En torno a 30.000 personas -100.000 según los organizadores- se han manifestado en el día de ayer, 26 de junio de 2022, convocadas por más de 200 asociaciones Pro-VIDA con el lema “en defensa de la vida y la libertad”. La marcha empezó en la glorieta de Bilbao de Madrid y terminó en la plaza de Colón en donde han tenido lugar las intervenciones, entre otros de Jaime Mayor Oreja, miembro de Neos, y Carmen Fernández de la Cigoña, directora del Instituto CEU de estudios de la Familia.
Han asistido gentes de todas las edades. Especialmente familias jóvenes valientes que querían dar un ejemplo de principios a sus hijos. Se ha podido ver incluso algún que otro sacerdote decidido a no ponerse de perfil en un tema tan importante.
Los asistentes han celebrado la reciente sentencia de la Corte Suprema de los Estados Unidos de América de considerar que el ABORTO NO ES UN DERECHO. Tal vez esto haga reconsiderar a no pocos lideres europeos, como Macron, que quieren elevar el aborto a derecho a incluir en la declaración universal de los derechos humanos.
Los manifestantes han denunciado:
- La cultura de la muerte que banaliza el aborto y la eutanasia sin que el gobierno social-comunista ofrezca alternativas que aseguren una auténtica libertad de elección. En la actualidad, se ayuda con 5 veces más presupuesto a las clínicas abortistas que al conjunto de madres en situación vulnerable.
- Las nuevas reformas legislativas sobre la actual ley del aborto con las que se pretende obviar la autorización paterna a las menores que decidan abortar, así como eliminar los 3 días de reflexión, prescritos por la ley actual, antes de realizar el aborto. Esta reforma también intenta impedir la libertad de conciencia de los profesionales sanitarios que se nieguen a realizar prácticas abortivas.
- La reforma del código penal que sanciona con penas de tres meses a un año por “acoso” a los que quieran informar, ofrecer ayuda a las madres que vayan a abortar o simplemente rezar ante los abortorios. No deja de ser curioso que, en contrapartida, nuestro gobierno intente despenalizar los piquetes violentos de los sindicatos durante los días de huelgas.
- Los ataques vandálicos que han sufrido los refugios Pro-VIDA. Ataques sobre los que parece que se hace la vista gorda.
- La mentira que supone asegurar que el aborto es libre, seguro y gratuito. No es libre porque no se pide opinión a la parte más perjudicada que es el no nacido. No es gratuito porque cuesta dinero, no solo a la interesada sino a todos los ciudadanos que pagamos las subvenciones. Lo único seguro del aborto es que termina con una vida humana por mucho que interese convencer a la sociedad de que no es así.
- La falta de interés y/o de profesionalidad del Tribunal Constitucionalidad que, tras doce años de espera, sigue sin dar un veredicto sobre la constitucionalidad de la ley del aborto de Zapatero, permtiendo una sangría de cerca de 100.000 abortos cada año en España.
- Los ataques a la familia que es el último refugio del ser humano, buscando la vulnerabilidad del individuo y la deshumanización de la sociedad.
La sentencia de la Corte Suprema de los Estados Unidos abre una puerta a la esperanza de poder reconducir, a una sociedad enferma, hacia la sensatez. Tal vez, en un tiempo no muy lejano, recordemos estos momentos como tiempos de oscuridad, igual que hoy se recuerdan las atrocidades del régimen nazi y de los regímenes totalitarismos que el mundo ha sufrido.
Resulta emotivo recordar las palabras de San Juan Pablo II: “Non avete paura”. Los que estamos convencidos que la vida merece ser defendida, no podemos mantener una postura neutra. La prudencia, con demasiada frecuencia, es una manifestación de cobardía. NOS JUGAMOS LA VIDA.
