Las noticias de ultramar nos dicen que Maduro, el mandatario actual de Venezuela, ha creado una comisión para pedir compensaciones económicas a España por la conquista, que no fue tal, que fue descubrimiento y evangelización.
También solicita que las autoridades hagan una “rectificación histórica por los crímenes cometidos por el Imperio Español”.
Perú y Méjico también se han colocado en el bando de los “agraviados”. En el bando de los que amenazan con una revisión maniquea de la historia.
¿Y por qué?
Pues buscan echar por tierra las contribuciones, el legado que dejó la Corona española y luego el Imperio Español en el nuevo mundo.
Esta aportación de España al mundo, todo un continente, se llama América. Su descubrimiento y su evangelización, pero no colonización. Y si conquista, pero de las almas.
No solo hay un legado enorme, sino que éste se ha logrado mantener a lo largo de siglos. Ciudades, pueblos, catedrales, universidades, colegios, hospitales, … Una contribución cultural grandiosa con un mismo idioma, tradiciones, religión, un mismo Dios y 600 millones de personas con la misma sangre mestiza, la que creó una nueva raza, la Hispana.
Esta colosal aventura que fue descubrir América no se entiende sin Dios, sin su mensaje de salvación para todos los hombres. Todos elevados a la dignidad de hijos de Dios. Así lo demuestra el testamento de la reina católica.
Ahora estamos en un momento de la historia donde el mal se está expandiendo y borrando toda referencia a Dios. Por ello también se quiere borrar la huella dejada por los españoles desde aquel 2 de agosto de 1498 en el que Colón (en su tercer viaje) llegó a la desembocadura del rio Orinoco, con la Cruz y la Palabra de Dios.
Vamos a tener que decirle a Maduro que la huella española jamás se podrá borrar, ni del territorio americano ni del alma hispana.
Maduro, ¿por qué no te callas?.
María Menéndez | Historiadora
