Los medios culpan a Halloween del auge de la violencia multicultural en España

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La colonización anglosajona y el multiculturalismo en la que está inmersa España está haciendo bien su trabajo donde ya España se ha convertido en una macrofiesta de Halloween con navajazos multiculturales a la salida de la discoteca.

En los últimos días hemos contemplado centros comerciales y casas decoradas con calabazas y ataúdes, niños disfrazados de esqueletos y brujas o abuelos repartiendo caramelos no saben muy bien por qué. Es un paisaje que ha venido para quedarse, casi como esas manadas extranjeras para quienes el terror no es ficción.

Los medios y la excusa de Halloween

Halloween, sin embargo, no tiene nada que ver con la oleada de violencia que padece España, pero es un caramelo demasiado goloso para que los medios lo desaprovechen. Así, han explicado los machetazos y asesinatos de los últimos días, obviando el fondo de la cuestión. Es muy fácil buscar una excusa para no entrar en el origen de por qué se están produciendo este incremento de violencia en España.

Así, por ejemplo, en un titular de El País, y por si hubiera dudas de la intencionalidad del titular, la primera frase del cuerpo de la noticia es esclarecedora: “La noche de Halloween ha dejado tres muertes violentas en distintos puntos de España”.

En los últimos días, se han producido los siguientes hechos protagonizados por inmigrantes:

-Novelda (Alicante). 31 de octubre. La Guardia Civil reduce a dos atracadores de origen árabe tras secuestrar a la empleada de una joyería.

-Valencia. 30 de octubre. Intento de homicidio: un colombiano apuñala a un joven en una discoteca.

-Manacor (Mallorca). 30 de octubre. Detienen a un marroquí con antecedentes por violar a una turista.

-Barcelona. 30 de octubre. Un magrebí con antecedentes sería el autor del asesinato producido frente a la discoteca Brisas.

-Madrid. 30 de octubre. Dos acuchillados en incidentes relacionados con bandas latinas.

-Portugalete (Vizcaya). 29 de octubre. Detienen a un marroquí por agredir sexualmente a una mujer que había conocido en una red social.

-Palma de Mallorca. 27 de octubre. Dos argelinos son detenidos por un asalto a una mujer mediante la técnica del ‘mataléon’.

Además, está por confirmar la nacionalidad de los autores de los siguientes sucesos:

-Málaga. 31 de octubre. Un hombre de 28 años fallece en la capital malagueña tras recibir varios disparos.

-Palomares del Río (Sevilla). 31 de octubre. Un joven de 18 años muere apuñalado.

-Salou (Tarragona). 31 de octubre. Un joven fallece acuchillado en una zona de ocio.

-Sevilla. 31 de octubre. La policía detiene a 18 menores armados con cuchillos, machetes y objetos contundentes, por la comisión de presuntos robos con violencia.

El aumento de criminalidad está relacionado con la inmigración

La realidad no ha tardado en dar la razón al inspector Ricardo Ferris, recientemente fulminado por Marlaska por decir que el aumento de la criminalidad está relacionado con la inmigración ilegal. Lejos de acobardarse por la suspensión que en otros casos acalla al discrepante, este policía nacional sigue hablando claro: “Delincuencia es igual a inmigración ilegal, eso no me lo puede rebatir nadie. Reto al ministro a que acuda a mi comisaría, saque el libro de registro de detenidos y le diga a la opinión pública con los datos delante si miente (él) o miente Ricardo Ferris, inspector de policía. Valencia ha pasado a ser la ciudad que más ha crecido en cuanto a delincuencia, desgraciadamente todo el mundo sabe ya que es una ciudad que difícilmente se puede diferenciar de Barcelona a efectos de seguridad ciudadana”.

Además, Ferris aborda un tema interesante: los acuerdos entre comunidades autónomas para recibir a los inmigrantes ilegales procedentes de regiones desbordadas: “Las autoridades de Valencia acuerdan con las de Baleares la llegada a Valencia de ferris de 500 en 500 argelinos, los están trayendo en secreto y sin que se entere la opinión públicaGran parte de ellos son delincuentes y, muchos de ellos, expresidiarios recién salidos de las cárceles de Argelia. Se están produciendo violaciones todos los días. Hace un par de semanas aquí violaron a un hombre, violaron a dos hermanos también, a turistas alemanes… y los autores siempre son los mismos. Hablamos de una media de una, dos o tres agresiones sexuales diarias, los fines de semana muchísimas más”.  

Silencio de la izquierda

El pasado 30 de octubre, una madre mata a su hija en Gijón administrándole gran cantidad de barbitúricos. Un crimen que ha estremecido a toda España excepto a las indignadas oficiales, de riguroso silencio. A pesar de que la víctima es mujer (una niña de 6 años) el feminismo pasa de puntillas, pues el autor del crimen no es un varón. El padre, por cierto, acababa de lograr la custodia “después de luchar cinco años”.

El silencio oficial nos recuerda que en el fondo las mujeres no interesan al feminismo, que las usa como abstracción, concepto y palanca revolucionaria para transformar la realidad. Munición para imponer un discurso que someta al hombre y convierta este movimiento en ideología oficial del Estado. Poco a poco lo van logrando, como se aprecia en el titular de la prensa más abyecta: “Detenida una mujer en Gijón tras encontrar muerta en casa a su hija de seis años”. 

Si aplicáramos la lógica feminista plasmada en la ley contra la violencia de género, habría que arrebatar la presunción de inocencia a la mujer por su mayor tendencia a este tipo delictivo (filicidio) que el hombre (26 mujeres, frente a 24 hombres, han sido condenadas por sentencia firme por el asesinato de sus hijos desde 2007).

Es indiscutible el poder del feminismo, que tiene un ministerio con más de 500 millones de presupuesto, a la prensa y a todo el mainstream oficial a su servicio. En cualquier caso, hablemos de violencia callejera o doméstica, la realidad acabará por imponerse a la ideología.  Será, por tanto, esa realidad la que desmonte a quienes usan el espantajo del machismo o el racismo para justificar leyes que discriminan al varón, crímenes de autoría extranjera o que un ministro fulmine a un jefe policial por contar la verdad de la calle.

(Con información de La Gaceta de la Iberosfera)

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