Los médicos se oponen a la vacunación obligatoria

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Sigue la polémica por la ley gallega que impone multas por no inmunizarse; los facultativos creen que «lo que hay que hacer es informar, no castigar» y recuerdan: en España las coberturas vacunales superan el 95%

La polémica reforma de la ley de salud gallega que prevé la vacunación obligatoria y multas a quien rechace inmunizarse en la comunidad, sigue coleando. Por lo pronto no cuenta con el visto bueno de varias sociedades científicas. Así lo aseguran a Vozpópuli. «Puede tener un efecto contraproducente. Hay que informar, no castigar», afirma el doctor Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV).

El Parlamento de Galicia aprobaba hace apenas unos días, con los votos a favor del PP y los de BNG y PSdeG en contra, la reforma de la Ley de Salud autonómica que establece multas de 1.000 a 600.000 euros para infracciones sobre la salud pública, entre ellas la «negativa injustificada» a la vacunación. Una normativa que ha encontrado el rechazo frontal de los grupos de la oposición por considerarla innecesaria.

La comunidad que preside Alberto Núñez Feijóo se convierte así en la primera que decreta la obligatoriedad de la inmunización, una medida que ha causado una enorme controversia que no deja de colear. Otras regiones, como Castilla y León, no se plantean por ahora multar a quien no quiera vacunarse, pero tampoco lo descartan y ven que, en algunos casos, la iniciativa gallega puede tener «cierto grado de racionalidad».

Las sociedades, en contra

Este periódico ha trasladado a diferentes sociedades científicas la misma pregunta: ¿Debe ser la vacunación obligatoria?. Les ha pedido que argumenten su respuesta. «Esta medida no esta exenta de polémica. Por un lado, está la libertad para decidir si quieren o no vacunarse y, en el otro lado de la balanza, el bienestar y la salud colectiva en una situación de pandemia con todas sus consecuencias tanto a nivel de la salud como económicas«, indica Daniel Rey, presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) en Galicia.

«Tenemos coberturas vacunales superiores al 95% en niños y en estos momentos el problema no está en que haya ciudadanos que no se quieran vacunar, está en que no tenemos vacunas suficientes para todos los que quieren vacunarse y al ritmo adecuado«, sentencia por su parte el presidente de la AEV.

Desde Galicia, el doctor Rey añade: «Pensamos que la vacunación no debe ser obligatoria pero sí que se deben realizar campañas de concienciación que generen confianza y que reflejen la necesidad de un esfuerzo colectivo para salir de la situación pandémica».

«No son negacionistas»

En opinión del presidente de la AEV, hacer una medida obligatoria desde el punto de vista de administración pública cuando la tasa es tan elevada, «puede tener incluso efectos contraproducentes, de molestar o incomodar a personas que tengan algunas dudas sobre la conveniencia de vacunarse».

«La mayoría de las personas que tienen dudas no son negacionistas. Hay que informarles, no castigarles», señala el presidente de la AEV

El doctor García Rojas insiste: la mayoría de personas que tienen ese tipo de dudas no son negacionistas. «Lo que tenemos que hacer es solucionarles las dudas. Si en vez de eso, le multamos, lógicamente lo que haremos es ganarnos enemigos para toda la vida. Hay que informarles, no castigarles».

El representante gallego de la Semergen apunta que «probablemente la dirección de esta reforma de la ley de salud debería encaminarse hacia la sanción de aquellas personas que por diversos motivos hacen campañas públicas negando la situación pandémica y no tanto hacia los ciudadanos que, por diversos motivos, pueden no querer recibir la vacuna».

«Si de cien personas 95 se quieren vacunar, ¿tienes que hacer una medida obligatoria para convencer a cinco de que se vacunen? Francamente, si la situación fuera a la inversa, si hubiera nada más que un 5% de personas que quisieran inmunizarse, posiblemente vería necesaria la obligatoriedad porque estamos ante un problema grave de salud pública, pero esa situación no se está dando», añade Amos García Rojas.

Vacunación en Galicia

En Galicia, la medida nace como una iniciativa para blindarse contra, por ejemplo, los negacionistas. Así lo explicaban a Vozpópuli fuentes del grupo popular que confirmaban que, si alguien rechaza inmunizarse sin una razón justificada, será sancionado. «El miedo (a la vacuna) no es excusa», aseguraban las mismas fuentes a este diario tras la aprobación de la ley.

Federico Montalvo, presidente del Comité de Bioética, cree que la sanción sería de difícil aplicación. «Si esa sanción surtiera efecto debería juzgarlo un juez y veo difícil el encaje legal», señala.

El presidente del Comité de Bioética, Federico Montalvo, se opone a la medida de Galicia porque considera que genera un incentivo negativo y que genera desigualdad. Eso sí, considera que no obliga a la vacunación: «El derecho que se ve afectado no es la integridad física. La ley no dice que se vacune en contra de la voluntad de la persona. Eso sí, negarse puede generar sanción».

La sanción, en cualquier caso, añade, sería de difícil aplicación. “La estrategia nacional dictamina la no obligatoriedad de la vacuna. Si esa sanción surtiera efecto debería juzgarlo un juez y veo difícil el encaje legal”, señala.

Montalvo se muestra más a favor de «incentivos positivos que negativos. Es decir, de recompensas por vacunarse, en lugar de castigos por no hacerlo«. Estos incentivos negativos, además, no afectan por igual a todos los ciudadanos.

Así lo explica este especialista: “La sanción no opera igual en todas las personas porque depende de la renta. Para una persona con muchos recursos económicos, una multa de 1.000 euros no es un incentivo. En cambio, para una persona con pocos recursos sí es un gran incentivo. Además, si sanciono no valoro las razones de no vacunación, una información importante».

Medidas intermedias

El doctor Daniel Rey considera que antes de llegar a penalizar a la población por no inmunizarse hay medidas intermedias. Cita «la creación de un pasaporte vacunal, que permitiese la movilidad de los ciudadanos (inmunizados)» como una medida que puede motivar a recibir las dosis.

La Asociación Española de Pediatría siempre sostuvo que las vacunas tienen que ser voluntarias. «¿Por qué?. Porque tenemos las mejores coberturas de todo el mundo en población infantil», indican.

Francisco Álvarez, coordinador del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP) responde a Vozpópuli que hace mucho tiempo que la opinión de la sociedad pasa porque la vacunación infantil sea voluntaria y no obligatoria. «¿Por qué tiene que ser voluntaria?. Porque tenemos las mejores coberturas de todo el mundo en población infantil. Con lo cual, algo que funciona no lo cambies», añade el médico.

En cuanto a adultos, en el caso de la vacuna del coronavirus y la medida adoptada por Galicia, el doctor Álvarez, opina -aclara en este caso en su nombre y no como posicionamiento de la sociedad científica- que, tal y como está la ley en España, «una vacuna sólo puede ser obligatoria en una circunstancia: que haya un problema de salud pública importante. En ese caso, la autoridad sanitaria puede acudir a la judicial y ésta decidir la autoridad de la vacunación».

El doctor Álvarez afirma que quien no se vacuna pone en riesgo a otras personas y, por ejemplo, en el caso de los cuidadores de mayores esa inmunización sí debe ser impuesta. «Si no lo haces, tienes que cambiar de profesión. Insisto, es mi opinión personal, no la de la AEP», aclara.

Un acto de solidaridad

Otras organizaciones prefieren no posicionarse en cuanto a cómo debe ser la estrategia de vacunación. Así lo indican en el caso de la Sociedad Española de Neurología (SEN) que, sin embargo, sí subraya que, hasta la fecha, las vacunas aprobadas «han demostrado ser muy eficaces para prevenir las formas graves e incluso leves de la enfermedad, con una alta eficacia que se ha confirmado en los diferentes grupos de edad y en pacientescon diferentes enfermedades previas».

«Hay razones éticas suficientes para la vacunación. No se administra sólo en beneficio personal, sino para lograr la protección de todo el entorno. Es un acto de solidaridad  individual y colectiva. Lo más importante es concienciar a la población, de que este acto de responsabilidad les protegerá a ellos y a los demás y que de no hacerlo, se producirán graves riesgos sanitarios y socioeconómicos«, indica la doctora Sandra García Botella, del Comité Científico de la Asociación Española de Cirujanos (AEC).

Desde el punto de vista legal, existe normativa al respecto, que permite hacer la vacunación obligatoria en caso de necesidad», apostilla la doctora García Botella

Desde el punto de vista legal, existe normativa al respecto, que permite hacer la vacunación obligatoria en caso de necesidad, apostilla García Botella. «Con una información adecuada, debería ser suficiente para una libre adhesión de los ciudadanos. De no conseguirse el objetivo, sí se deberán arbitrar los mecanismos legales», zanja.

(Nieves Salinas| Borja Negrete. VozPopuli)

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