Lecciones aprendidas | Eusebio Alonso

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Tras casi dos meses desde que vio la luz el informe elaborado para el Congreso de Estados Unidos por un grupo de expertos seleccionados con objeto de hacer un análisis minucioso sobre el periodo de pandemia del COVID-19, y a pesar de su extraordinaria importancia, todavía no se han hecho apenas eco de él los medios públicos españoles ni aquellos amamantados por la publicidad institucional. El informe pretende dar respuesta a algunas de las preguntas clave, precisar los errores que se han producido y proponer un camino a seguir para que errores parecidos no se vuelvan a repetir. Se trata pues, en definitiva, de un informe de «Lecciones aprendidas», realizado tras una experiencia traumática que ha tenido un enorme coste en vidas y en daños a la economía en la inmensa mayoría de los paises del mundo. Adjunto el enlace de descarga del documento original para que el interesado pueda echarle un vistazo si lo desea, evitando cualquier intermediación que pudiera desvirtuar total o parcialmente su contenido.

https://oversight.house.gov/wp-content/uploads/2024/12/2024.12.04-SSCP-FINAL-REPORT-ANS.pdf

Los que hemos tenido la oportunidad de ganarnos la vida en el campo del desarrollo de sistemas, que si algo tiene de especial es que te enfrentas a nuevas dificultades casi todos los días, tenemos cierta costumbre de hacer un examen de conciencia después de cada proyecto y colaborar en la publicación de un informe de “lecciones aprendidas” que permita anticiparse, y evitar en lo posible, repetir los mismos errores en el futuro. Cometer errores es inevitable y es una de las peculiares formas que nos ofrece la vida para aprender. Repetir los mismos errores, ya cometidos anteriormente, resulta imperdonable. Un informe de lecciones aprendidas, para que sea realmente válido, debe ser dirigido por un grupo independiente que no tema sufrir represalias por contar toda la verdad. Tal vez estas prácticas inteligentes sean las que permiten diferenciar a las sociedades destinadas al éxito de aquellas condenadas inevitablemente al fracaso.

Cabe decir, no obstante, que cualquier informe, por imparcial que pretenda ser, puede presentar algún sesgo. Por ello, para detectarlo, es imprescindible no bajar la guardia activando nuestro pensamiento crítico. El pensamiento crítico nos alerta, entre otras muchas cosas, de que una de las falacias tipo de las que siempre hay que huir es la falacia denominada “Appeal to Authority” (invocar el criterio de los expertos para acreditar un punto de vista de supuesta calidad). Recordemos como se intentó mantener un Madrid confinado por orden del gobierno central, infundiendo miedo en la población, en base a la opinión de un inexistente comité de expertos que, supuestamente, recomendaba encarecidamente el confinamiento. La aplicación correcta del pensamiento crítico requiere de la búsqueda de evidencias, sospechando de las inconsistencias y buscando la confrontación de puntos de vista diferentes, razonablemente fundamentados, antes de formar nuestra propia opinión sobre cualquier cosa, incluso pese a lo que puedan opinar los expertos, que, por desgracia, también se compran y se venden. Sesgado o no, lo inteligente es intentar aprovechar al máximo, bajo el tamiz del pensamiento crítico, una costosa experiencia, como fue la pandemia del Covid-19, en lugar de desaprovechar la oportunidad de hacerlo.

El informe citado es el resultado de la revisión de más de un millón de páginas de documentos oficiales publicados. El subcomité dirigido por el doctor Brad Wenstrup ha alcanzado consenso sobre muchos aspectos de interés. Dada la extensión del informe, el presente artículo se limitará a señalar los errores y malentendidos que considero de mayor interés en relación con el periodo de pandemia del Covid-19 y a dar mi humilde opinión sobre aspectos que no considero suficientemente probados. Para más información, no duden en acceder al enlace antes indicado.

El SARS-Cov2 causante del COVID-19 procede del WIV

El peso de la evidencia fundamenta que el virus procede del WIV (Wuhan Institute of Virology). Existen numerosas evidencias (publicaciones) de que este laboratorio ha realizado experimentos de ganancia de función (gain of function) con diferentes coronavirus. Por si alguien no está acostumbrado a esta terminología, creo que bastará decir que estos experimentos realizan alteraciones en agentes patógenos con la intencionalidad de aumentar la transmisibilidad de las enfermedades causadas por éstos (potenciación del contagio), así como la virulencia y letalidad de éstas. Del informe se deduce que estos tipos de experimentos podrían haber sido financiados por el ejército chino o por una organización internacional denominada EcoHealth Alliance que podría estar realizando en China experimentos que la legislación americana impide hacer en territorio americano. Fuesen unos u otros los que financiaban estos experimentos, cabe preguntarse ¿Cuál era su intención? ¿Hay algún enfoque bienintencionado que pudiera justificarlos? Parece que, tras la publicación del informe, la organización EcoHealth Alliance dejará de percibir fondos públicos del Congreso de los Estados Unidos. ¡Poco castigo me parece para una infamia así!

Se conocen 871 variantes de coronavirus y parece que todos, aparte del aspecto del virus en forma de corona, tienen la particularidad de que su origen es zoonótico. Es decir, que es una enfermedad infecciosa que pasa de un animal al ser humano. En el caso del SARS-Cov2, no solo no se ha conseguido identificar el paciente cero, que posiblemente pudo ser uno de los investigadores del WIV, sino que tampoco se conoce, al día de hoy, de qué especie animal supuestamente procedía el citado virus. Se habló del pangolín, del murciélago, pero no se llegó a demostrar nada. A juicio de los expertos que elaboraron el informe que nos ocupa, de haber sido un virus de origen natural esa información tan relevante ya habría salido a la luz tras 4 años de investigación. Recuerdo que hubo una salvaje campaña mediática para desacreditar a Luc Montagnier, premio Nobel de medicina, por atreverse a decir que el virus SARS-Cov2 tenía fragmentos de ARN semejantes a los encontrados en el genoma del virus del SIDA. Fragmentos que, según afirmaba, no podían ser el resultado de la evolución natural de un coronavirus. A la luz de los acontecimientos, es inevitable preguntarse ¿Por qué ha habido, y sigue habiendo, tanta gente interesada en que no se conozca la verdad?

El informe nos indica que la propagación del virus habría sido accidental, consecuencia de unos deficientes protocolos de seguridad. Esta circunstancia es difícil de comprobar, dadas las nulas ganas de colaborar que han tenido las autoridades chinas que siguen defendiendo, sin pruebas plausibles, el origen natural del virus. Autoridades que retrasaron más de un año la visita al WIV solicitada por la OMS. Me malicio que ese retraso podría haber permitido borrar cualquier huella del origen del virus que pudiese inculparles. Accidental o no, como indico en mi artículo https://adelanteespana.com/las-estadisticas-del-covid19, el resultado de la pandemia supuso un crecimiento sostenido, durante varios años, de la economía china a un ritmo de un 8%, mientras que todos los paises de occidente entraron en una grave recesión. ¡Caramba! ¡Qué accidente tan bien aprovechado!

No hay evidencias concluyentes de que el uso de mascarillas haya protegido a la población del contagio del COVID-19

El informe menciona que las mascarillas y los consejos para su uso fueron ineficaces para controlar la propagación del Covid-19. Por otra parte, las autoridades sanitarias cambiaron muchas veces de opinión sobre el hipotético beneficio que podría suponer el uso de mascarillas. La variabilidad sobre la conveniencia del uso de mascarillas fue cambiando de forma progresiva, sin la menor transparencia científica. Esto causó desconfianza de la población con la administración de salud pública.

Fuese como fuese, el ritmo de infección por COVID-19 no cambiaba sustancialmente entre diferentes estados de USA con políticas drásticamente diferentes sobre el uso de mascarillas. Véase la ilustración 1.

Ilustración 1 – Comparativa de infección entre estados con y sin mandato de uso de mascarillas

Por otra parte, el uso de mascarillas en niños produjo un daño importante en este colectivo en aspectos psicosociales, respiratorios e incluso trastornos del habla. Todo ello sin que el uso de la mascarilla supusiera para ellos, de forma medible, una protección importante contra la enfermedad por su bajo riesgo de contraerla y de sufrir efectos graves si la hubiesen contraído.

De aceptar el bajo efecto, mostrado en la ilustración 1, respecto del uso de mascarilla sobre la propagación de la enfermedad, cabe preguntarse si es que las mascarillas usadas no han sido adecuadas para impedir el contagio, o es que el mecanismo prevalente de contagio no ha sido, como siempre se nos ha hecho creer, a través de las vías respiratorias. El informe no lo deja claro.

Quizás sea un pequeño detalle, aunque para mí no lo es, pero lo que más me llama la atención de la ilustración 1, aparte de la escasa diferencia de contagios en estados con legislación sobre mascarillas y los que no la tenían, es el pico de contagios producido entre diciembre de 2021 y enero de 2022. Justo cuando llevábamos un año del comienzo de la aplicación de las vacunas. En España ocurrió exactamente lo mismo en las mismas fechas, como demuestra el informe RENAVE sobre el Covid-19 del 20 de enero de 2022 que, desgraciadamente, el Instituto Carlos III ya ha retirado de Internet. Pico de contagios que desapareció tras esos dos meses y que parecía castigar con mayor virulencia a las poblaciones confinadas, como Cataluña, que a las que no lo estaban, como Madrid, como muestro en mi artículo https://adelanteespana.com/informes-renave-muy-utiles-pero-insuficientes. Sin ánimo de poner en situación embarazosa a nuestras autoridades sanitarias, creo que sería bueno que alguien diera una explicación decente del porqué de ese enorme repunte sincronizado de contagios que, a mi modo de ver, no parece nada natural.

El aprovisionamiento de mascarillas en los diferentes paises del mundo y la situación de emergencia, que llevó asociada la reducción de los mecanismos de control del gasto público, ha dado lugar a terribles situaciones de fraude en el que los más amorales, con influencia en la gestión de fondos públicos, han aprovechado esta grave situación para su propio enriquecimiento. Aunque no es el único caso, baste mencionar el llamado caso Koldo en España en donde, con el beneplácito del gobierno socialista que proveyó grandes cantidades de dinero público a una empresa sin experiencia previa como “soluciones de gestión y apoyo a las empresas”, se hizo con un contrato masivo de compra de mascarillas en China aplicando márgenes enormes de beneficio y con el agravante adicional de traer a España suministros en su mayoría defectuosos.

Desarrollo de vacunas contra el Covid-19

El informe dice explícitamente que el enfoque que se dio al desarrollo de las vacunas mediante la operación Warp Speed pudo salvar millones de vidas. Esta operación fue lanzada por el gobierno Trump y criticada ferozmente por la administración Biden.

Según asegura el informe, se pudo acelerar la disponibilidad de vacunas realizando una producción en paralelo con los ensayos clínicos. No obstante, cuesta trabajo creer que, con los datos a la vista, se insista en decir que no fueron vacunas experimentales y escasamente probadas las que se aplicaron a la población a partir de finales de 2020. Baste argumentar que se tardó menos de un año en el desarrollo completo de las vacunas, mientras que, tradicionalmente, tan solo la fase III, que evalúa la seguridad de una vacuna en la población, suele llevar consigo una duración de varios años.

En mi opinión, un grave defecto del informe es que omite la existencia de pruebas a posteriori que confirmen la eficacia, seguridad y necesidad de las vacunas, evitando presentar estadísticas sobre el impacto de la enfermedad entre población vacunada y no vacunada. Un estudio de eficacia a posteriori sobre toda la población de un país, o de una región, resulta para mí mucho más creíble que un estudio previo realizado por una parte interesada, los laboratorios farmacéuticos, sobre una población escogida. Esta estupenda oportunidad también se ha despreciado en los informes RENAVE que emitía el Instituto Carlos III semanalmente para el seguimiento de la enfermedad. Yo creo que si realmente las vacunas contra el Covid-19 hubieran sido tan eficaces como se dice, las estadísticas de mortalidad entre paises con diferente grado de vacunación habrían sido significativas. Cosa que no ha ocurrido. Curiosamente, el punto de inflexión en la mortalidad por millón de habitantes se produjo al mismo tiempo y de igual manera en países con diferente grado de vacunación. Lo que hace pensar en una “conveniente” mutación sincronizada del virus a variantes menos agresivas.

Este informe tampoco presenta una explicación concluyente de la correlación entre la aparición de las vacunas contra el Covid-19 y la sobremortalidad que presentan las estadísticas MoMo (monitorización de mortalidad) en los paises con alto grado de vacunación. Aunque correlación no significa necesariamente causalidad, mucho menos significa lo contrario, requiriendo, cuanto menos, un análisis escrupuloso del citado fenómeno. Análisis que no tengo noticia de que se haya realizado en ninguna parte del mundo, y mucho menos en España, donde la ministra Carolina Darias se encogió de hombros ante una interpelación parlamentaria sobre este tema.

El papel de la OMS

El informe presentado al Congreso americano es muy crítico con la OMS. Dice, literalmente, en una de sus conclusiones que el informe oficial de la OMS sobre los orígenes del Covid-19 fue incompleto, engañoso y repite como un papagayo la propaganda del partido comunista chino (PCC). Supongo que no podía ser de otra forma cuando China se encuentra entre los paises que financian en mayor medida esta organización que alardea de ser independiente. Esta afirmación tan tajante se basa, entre otras cosas, en lo siguiente:

  • El partido comunista chino violó 6 de las 7 regulaciones internacionales sobre salud sin que ello tuviese repercusiones de ningún tipo.
  • La OMS ignoró el aviso de Taiwán sobre el COVID-19 en diciembre de 2019.
  • La OMS menospreció, en los primeros momentos, el COVID-19 porque el PCC dijo que la enfermedad estaba bajo control.
  • La OMS negó inicialmente el contagio entre personas basándose solo en la propaganda del PCC.
  • La OMS, ante las presiones del PCC, retrasó y menospreció medidas preventivas como la aplicación de restricciones en los viajes.
  • La OMS publicó información falsa sobre el origen y la notificación de la emergencia del Covid-19.
  • La OMS no quiso condenar las tácticas del PCC contra los periodistas y denunciantes americanos.
  • La OMS continuó alabando los esfuerzos del PCC para combatir la pandemia, incluso ante el reconocimiento global de que se trataba tan solo de una tapadera.

No hay duda de que la OMS estuvo siempre más preocupada por mantener buenas relaciones con el PCC que en cumplir su compromiso con la salud de la población mundial.

Algunas conclusiones personales

¿Qué interés social puede tener la creación de un virus artificial cuya hipotética aparición por causas naturales sería altamente improbable, por no decir imposible? Descartando un interés social, porque si lo hubiera, alguien se habría encargado de explicarlo adecuadamente a la población, se me ocurren al menos tres intereses para hacer experimentos de “ganancia de función”:

  • Interés geopolítico. Todos sabemos que los países buscan argumentos para adquirir un papel más relevante en el concierto internacional. Lo consiguieron las potencias nucleares. Ahora quizás haya tocado el turno al desarrollo del armamento biológico. Como en el caso del armamento nuclear, un interés militar sería éticamente inaceptable, dado que un virus no hace distingo entre objetivos militares y población civil, atacando a los dos por igual.
  • Interés malthusiano. Todos conocemos el interés de los globalistas por reducir drásticamente la población mundial llevándonos a un Gran Reinicio. Una pandemia permite reducir la población y abre las puertas a la aplicación universal de vacunas, incluso en aquellos que no la necesitan. Sobre el contenido de las vacunas contra el Covid-19 sabemos muy poco, porque es secreto industrial de las farmacéuticas. ¿Qué papel desempeñan las agencias del medicamento, concebidas para protegernos, más allá de un papel meramente burocrático?
  • Interés comercial. La aparición de los virus informáticos y de los antivirus ocurrió casi al mismo tiempo. Tal como ocurrió con el huevo y la gallina, nadie puede asegurar cuál de los dos apareció primero. ¿Podría existir también alguna misteriosa relación entre los nuevos virus y los intereses del sector farmacéutico? El ser humano es capaz de lo más sublime y de lo más inmundo. Yo no descartaría nada.

Dada la complicidad mundial en ocultar la investigación de la verdad, bien podría tratarse de una combinación de todos los intereses antes mencionados, puesto que no son incompatibles entre sí. Sorprende que la población haya aceptado dócilmente una pandemia provocada con varios millones de muertos y muchísimas secuelas, sin exigir ningún tipo de responsabilidad a los culpables ni a los gobernantes cómplices de la mayoría de los países del mundo empeñados en ocultar la verdad a su población. Nadie exige responsabilidades a los causantes de lo ocurrido, nadie pide disculpas por desacreditar a los que decían la verdad, nadie pide perdón por limitar nuestras libertades. No se trata solo de perdonar un pequeño descuadre contable. Qué lejos quedan los tiempos en los que las hordas de la izquierda exigían responsabilidad a un gobierno por el mero hecho de haber sacrificado preventivamente a un perro durante la crisis del Évola. ¿O será que, según la ideología que cada uno tenga, un perro puede valer mucho más que más de 5 millones de personas muertos por Covid-19 y otros 10 millones más por sobremortalidad (fuente BBC) durante todo el periodo de pandemia?

Resulta descorazonador que después de haber desempeñado un papel tan negligente, tan inútil y tan servil a los intereses del partido comunista chino (PCC) durante la pandemia del Covid-19, se haya premiado a la OMS concediéndole, desde mayo de 2024, el mando sanitario mundial ante futuras pandemias y cediéndole, en esas circunstancias, la soberanía sanitaria de cada uno de los paises que conforman esa organización, entre los que se encuentra España. En relación con el tratado sobre pandemias de la OMS, firmado por los Estados miembros, el informe de lecciones aprendidas que se presenta al Congreso americano dice que no resuelve los problemas subyacentes y que puede dañar gravemente a los Estados Unidos. Afirmación que sin duda podrá aplicarse al resto de Estados miembros de esta fallida organización.

Con las presiones a la ciudadanía para forzarles a la vacunación y con los confinamientos preventivos contra contagio del Covid-19, se han vulnerado gravemente los derechos y libertades ciudadanas con la excusa de una emergencia social. En España hemos tenido dos estados de alarma inconstitucionales y no ha pasado nada. Me temo que, si nunca se exigen responsabilidades, no hay razón para que otra cosa parecida, o peor, no nos vuelva a suceder.

La Constitución y la ley no pueden cancelarse en tiempos de crisis, suspendiendo las libertades, bajo ninguna circunstancia. Si esto se permite, se estará sembrando la desconfianza en el liderazgo político y en la sanidad pública. La confianza hay que ganársela. Actuar con responsabilidad, honradez e integridad permitirá ante una futura pandemia, natural o no natural, que seguro que la habrá, recuperar la confianza perdida. Nunca más deberían volver a liderar una crisis los ineptos, ni aquellos que han buscado su beneficio personal sacando provecho de la desgracia ajena.

Lamentablemente, a juzgar por la inexplicable escasa respuesta social que está teniendo el informe de «Lecciones aprendidas» en un mundo profundamente anestesiado y manipulado por los medios de comunicación, todo parece indicar que esta salvajada les va a salir gratis a los canallas que la han hecho posible y a sus encubridores. ¡Prepárense para lo peor, queridos lectores! La próxima no tardará en llegar.

Eusebio Alonso | Licenciado en ciencias físicas. Subdirector del diario online  Adelante España.

 

 

 

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