Sabemos que el mundo se adentra en una era de incertidumbre. ¿Pero hacia dónde? Nuestra planificación no abarca tanto…
Estamos demasiado preocupados por lo inmediato como para siquiera considerar el largo plazo.
Y si los gobiernos luchan a favor o en contra de desafíos inmediatos, ¿las sociedades luchan por las mismas razones o luchan por algo más profundo en el centro de su identidad?
En primer lugar, debemos examinar algunas de las cuestiones vitales inmediatas en la evolución estratégica global que no se pueden ignorar ni dejar de lado en favor de cuestiones internas más urgentes.
Estos son los temas definidos en gran medida por los gobiernos y que involucran a la ciudadanía. Pero si nos preguntamos qué buscan las sociedades, veremos que va más allá de los clichés sobre la «paz mundial».
Ahora estamos viendo la conclusión de las tendencias de los últimos cientos de años.
A largo plazo, a menos que se dé una consideración estratégica, nos dirigimos hacia una era carente de historia, identidad y valores y objetivos bien pensados.
Así que, en primer lugar, veamos el corto plazo:
- El dominio relativo de EE. UU. se recupera, pero se encamina hacia el aislamiento: Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump, está ascendiendo a una posición de dominio global relativo, en gran medida gracias a medidas decisivas, pero también debido a la reducción de las capacidades de otros estados. El prestigio y la credibilidad percibidos de EE. UU. siguen decayendo, lo que encarece la persecución de las operaciones globales estadounidenses.
- Xi se ha ido; la República Popular China (RPC) ha comenzado su transformación: la República Popular China (RPC) ha sido devastada económicamente, lo que ha resultado en la destitución del secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh), Xi Jinping, de cualquier poder real a partir de julio de 2025. El PCCh también está amenazado, pero el acuerdo comercial entre Estados Unidos y la RPC de junio de 2025 lo ha mantenido con vida y en control de China, al menos por ahora. Tomará décadas restaurar la fortaleza de China. Para sobrevivir con un mínimo de caos, la RPC deberá transformarse en una verdadera economía de mercado, trabajando en igualdad de condiciones con otras potencias comerciales; de lo contrario, el PCCh colapsará. En esencia, China podría convertirse en un nuevo país basado en su pasado más profundo.
- Disminuye la probabilidad de una invasión de Taiwán: La probabilidad de una invasión de Taiwán por parte de la República Popular China en los próximos años es ahora menor, pero la situación sigue siendo inestable.
- Un fin efectivo a los tratados del siglo XX: La mayoría de las organizaciones internacionales de gobernanza y tratados habían perdido su significado o se habían debilitado para el primer semestre de 2025. Esto abarca desde las Naciones Unidas hasta la Unión Europea (UE), los BRICS, la OCDE, etc., y los tratados bilaterales sobre comercio, seguridad y otros temas. Todo está ahora abierto a debate. El colapso de la UE podría permitir la revitalización de los estados europeos.
- Irán ha cambiado y pronto cambiará aún más: El cambio de gobierno, que devolvería la naturaleza de la sociedad iraní a líneas más tradicionales, está más cerca debido a la reciente guerra entre Israel y Estados Unidos contra los clérigos iraníes. Un nuevo líder iraní podría surgir del ejército, obligando a los clérigos a regresar a las mezquitas. Esto facilitará el acceso a los estados de Asia Central.
- Rusia se perfila como una gran potencia mundial, dada la relativa estabilidad de su base económica y estructura política, pero eventualmente deberá considerar una transición de liderazgo. El mecanismo seguirá siendo opaco. No hay evidencia de que Rusia pueda competir estratégicamente con Estados Unidos en los próximos años, salvo por su alineamiento con India. En este contexto, la guerra rusa con Ucrania está prácticamente terminada, en términos significativos.
- Turquía como fuente de inestabilidad: Turquía está avanzando hacia la inestabilidad y, para distraer el descontento público con la creciente pobreza, podría pasar agresivamente a una situación de conflicto directamente con Israel y/o Grecia e intentar realizar más incursiones militares en Siria y afirmar su dominio sobre el nuevo gobierno sirio.
- ¿La migración ilegal está llegando a su apogeo? La migración ilegal hacia Europa Occidental desde África y Oriente Medio podría volverse mucho más manejable si se alcanza un acuerdo —posiblemente en 2025— para un gobierno unificado de Libia bajo un liderazgo tradicional. El ejemplo de la reducción de la inmigración ilegal por parte de Estados Unidos en 2025 también podría ser un factor contribuyente.
- Gran parte de África se encuentra en reorganización: África, escenario de las guerras actuales más devastadoras en términos de pérdidas de vidas y desplazamientos, ha entrado en una nueva y dolorosa era de autodeterminación y fronteras redefinidas. Algunas zonas están mejor posicionadas que otras para emerger con éxito a la nueva era.
- Asia Central resurge: Asia Central, incluidos Azerbaiyán y Afganistán, surge como una nueva zona estratégica, ganando gran influencia económica al romper su estatus de país sin litoral a través de Irán y al lograr nuevos modi vivendi con Armenia, Afganistán y Pakistán.
- Las Américas comienzan a “reorganizarse”: Chile se convirtió en el primer gran estado sudamericano en experimentar una transformación sustancial, pero Brasil también podría ver un cambio importante con sus próximas elecciones.
- Oceanía en decadencia: Australia, Nueva Zelanda y los estados del Pacífico Sur parecen haber caído en un estancamiento político y económico que solo puede revertirse mediante una reestructuración radical de un tipo que solo es posible después de un colapso importante, que podría ocurrir dentro de décadas.
A largo plazo: El punto de inflexión actual coincide con el fin de la generación del «baby boom», posterior a la Segunda Guerra Mundial. Con su desaparición, debido a la eliminación deliberada de la educación histórica, se reduce la capacidad de avanzar conservando las culturas, los idiomas y la identidad históricos. ¿Cómo se definirán entonces los Estados a sí mismos y sus objetivos? ¿Se hundirán más en la identidad de masas o resurgirá el pensamiento individual? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que las sociedades han sabido qué principios defendían?
¿Sobrevivirán y dominarán más las sociedades si conservan su identidad y propósito a largo plazo? ¿Cuáles son las opciones, en esta etapa, para mantener la continuidad histórica? ¿Para conservar las tradiciones? ¿Para retomar los sistemas educativos? ¿Existe algún programa, en algún lugar, para comenzar a planificar el futuro?
Los responsables políticos pueden tener razones inmediatas para involucrarse en conflictos, pero las sociedades ven las guerras como una búsqueda de significado.
¿Los Estados que hayan recuperado su antigua identidad —su significado— prosperarán mejor hacia mediados de siglo?