Acabamos de elegir a nuestros representantes en las alcaldías y en muchas comunidades autónomas. “Alea jacta est” (la suerte está echada), remembrando lo que dijo Julio César cuando cruzó el Rubicón en su lucha contra Pompeyo y su rebelión a la autoridad del Senado. Concedamos los 100 días clásicos para que empiece a funcionar la maquinaria tanto de los que gobiernan como de la oposición. Fijémonos en los pactos y alianzas, no vaya a suceder que lo hagan en contra de nuestra intención de voto.
Pasados esos días, debemos ver lo que hacen, si cumplen lo prometido o van en esa dirección, y a la oposición lo que hace, no es suficiente con criticar, deben de dar la alternativa a lo que proponen los que gobiernan y, si están de acuerdo, votar a favor. Estos actos y todo lo que suceda en los plenos debe darnos idea de lo que va pasar con el voto dado. No es baladí, en democracia el voto es el arma más poderosa que tenemos para que no se desvíe y se convierta como sucede en algunos países en “demodictadura”. Es muy sencillo, lo he repetido a la saciedad: el NOM (Nuevo Orden Mundial) lo está persiguiendo, para ello utiliza al Foro Económico Mundial, el de Davos, el de Río de Janeiro y Puebla. Sus intenciones son conocidas; usan incluso elementos que se suceden periódicamente, y en los que el ser humano no interviene o lo hace muy poco. Lo último, lo anunciado: “El cambio climático y ‘El Niño’ elevarán hasta límites desconocidos la temperatura global, advierte la ONU”. Miedo es lo que quieren meternos. El Niño viene periódicamente y le sigue La Niña, que nos ha estado influyendo hasta enero de este año.
Ese miedo es el que les permite tomar decisiones que coartan libertades fundamentales individuales y colectivas. Un ejemplo: la OMS (Organización Mundial de la Salud), cuyo principal accionista es Bill Gates, propone quitar la soberanía a las naciones en las pandemias; hacerse cargo, sin que los estados puedan intervenir, de restricciones en los desplazamientos, certificados sanitarios para actividades, imposición de cuarentenas, acceso a informaciones clínicas y otras de interés privado, censura de discursos no oficiales, control de medios de producción, entre los más importantes. ¿Quién define lo que es pandemia?, ellos. No podemos permitirlo, luchemos con nuestro voto y exigencias a quienes votamos.
1 comentario en «La suerte está echada | Jacinto Seara»
Decía Castellani:
Nadie, por honrado que sea, puede con métodos estrictamente parlamentarios o con leyes -por más perfectas que sean- enderezar un país de hombres depravados. (…)
El resto…complicado para los tiempos que corren.:
Algún día saldrá alguien en esta tierra, capaz de decir: ‘Aquí no manda la plata, sino la Patria’. Pero primero habrá que hacerle decir a la Patria (y eso es lo difícil): ‘Aquí manda Dios