Pérdidas. Muchas pérdidas
Y es Disney ha tenido un descalabro en los últimos 12 meses a causa del mal recibimiento que habrían tenido los estrenos de sus ocho películas, a saber: «Lightyear», «Strange World», «Antman y la Avispa: Quantumanía», «Guardianes de la Galaxia: Volumen 3», «Thor: Love and Thunder», «Black Panther: Wakanda Forever», «Elemental» y «La Sirenita». Pues bien, después de comparar la facturación de estas películas con sus presupuestos de marketing de los últimos 12 meses y el retorno de la inversión de Disney, el analista llegó a la conclusión de que estas ocho películas tuvieron para Disney un coste en producción de alrededor de 1.735 millones de dólares, mientras que en el apartado de marketing (anuncios, impresiones, etc.) el coste habría rondado los 1.015 millones de dólares. Así pues, el coste total de estas ocho películas oscilaría los 2.750 millones de dólares.
No solo coste económico
A este varapalo económico habría que sumarle la reciente trifulca que la empresa cinematográfica ha tenido con el gobernador de Florida, Ron DeSantis, que ha provocado la cancelación por parte de Disney de un proyecto que habría supuesto la creación de un complejo de oficinas en Florida.
Toda esta polémica giró en torno a raíz de la «identidad de género» y toda la cultura «woke» a la que Disney se ha sumado de manera entusiasta y activa en los últimos años, ya que la multinacional se posicionó a favor de que se imponga el adoctrinamiento de la enseñanza de educación sexual y temas de género en los primeros años del sistema público de educación, algo que se extendió de forma reciente a todos los grados. Estas decisiones que no solo no están calando entre el público de Disney, sino que está siendo rechazado activamente por los padres que no quieren que se adoctrinen a sus hijos con la inclusión de elementos lgtbi, y feministas, en sus películas y series, a la luz de las muchas críticas recibidas por Disney.
En definitiva, la compañía de Walt Disney no pasa por su mejor momento ni a nivel económico ni a nivel social y político. Una espiral en la que Disney se ha ido introduciendo en los últimos años salirse de su misión y objetivos y querer usar a la compañía como elemento adoctrinador y de expansión de la ideología lgtbi y que le está costando a Disney miles de millones de dólares.
(Con información de Libertad Digital)