La compañía Disney (antes de animación infantil) ha llevado a cabo durante los últimos años una serie de películas adoctrinadoras de la ideología lgtbi y cultura woka que han puesto patas arriba su futuro a medio plazo.
Pérdidas. Muchas pérdidas
Y es Disney ha tenido un descalabro en los últimos 12 meses a causa del mal recibimiento que habrían tenido los estrenos de sus ocho películas, a saber: «Lightyear», «Strange World», «Antman y la Avispa: Quantumanía», «Guardianes de la Galaxia: Volumen 3», «Thor: Love and Thunder», «Black Panther: Wakanda Forever», «Elemental» y «La Sirenita». Pues bien, después de comparar la facturación de estas películas con sus presupuestos de marketing de los últimos 12 meses y el retorno de la inversión de Disney, el analista llegó a la conclusión de que estas ocho películas tuvieron para Disney un coste en producción de alrededor de 1.735 millones de dólares, mientras que en el apartado de marketing (anuncios, impresiones, etc.) el coste habría rondado los 1.015 millones de dólares. Así pues, el coste total de estas ocho películas oscilaría los 2.750 millones de dólares.
Por otro lado, en cuanto a los ingresos Disney habría recaudado un total de 1.861 millones de dólares entre estas ocho películas, una cifra muy por debajo de la que marcan los costes. Hay que tener en cuenta un dato importante a la hora de evaluar los ingresos por taquilla, y es que Disney no se hace con todos los ingresos que una película es capaz de generar en un cine. De esta manera, el gigante estadounidense tan sólo se llevaría un 55% de las ventas a nivel nacional, el 43% de las ventas a nivel internacional y únicamente el 25% de las ventas en China.
En resumen, Disney habría perdido con estas ocho películas un total de 889 millones de dólares, o lo que es lo mismo, más de 100 millones de dólares por película y casi mil millones de pérdidas.
No solo coste económico
A este varapalo económico habría que sumarle la reciente trifulca que la empresa cinematográfica ha tenido con el gobernador de Florida, Ron DeSantis, que ha provocado la cancelación por parte de Disney de un proyecto que habría supuesto la creación de un complejo de oficinas en Florida.
Toda esta polémica giró en torno a raíz de la «identidad de género» y toda la cultura «woke» a la que Disney se ha sumado de manera entusiasta y activa en los últimos años, ya que la multinacional se posicionó a favor de que se imponga el adoctrinamiento de la enseñanza de educación sexual y temas de género en los primeros años del sistema público de educación, algo que se extendió de forma reciente a todos los grados. Estas decisiones que no solo no están calando entre el público de Disney, sino que está siendo rechazado activamente por los padres que no quieren que se adoctrinen a sus hijos con la inclusión de elementos lgtbi, y feministas, en sus películas y series, a la luz de las muchas críticas recibidas por Disney.
En definitiva, la compañía de Walt Disney no pasa por su mejor momento ni a nivel económico ni a nivel social y político. Una espiral en la que Disney se ha ido introduciendo en los últimos años salirse de su misión y objetivos y querer usar a la compañía como elemento adoctrinador y de expansión de la ideología lgtbi y que le está costando a Disney miles de millones de dólares.
(Con información de Libertad Digital)