La ola verde impacta en México | Norma Barba

El derecho sobre el cuerpo, no es a título de propiedad, sino de administrador, pero eso cuesta entenderlo al egoísmo confeso de los aplaudidores del aborto en América.

Con la lamentable legalización del aborto en Argentina que deja la marea verde se incrementa el riesgo de que el oleaje se replique e impacte en America Latina, particularmente en México.

Desde el pasado 30 de diciembre en que se aprobó la práctica del aborto sin causal y hasta las 14 semanas de gestación en Argentina, a iniciativa del presidente Alberto Fernandez, se envalentonó la esperanza de las feministas por replicarlo en el continente.

Tan es así que al día siguiente, en países como Chile y Perú arrancó el debate en sus cámaras para la legalización del aborto y en Puerto Rico se convocó a una manifestación para exigir que se incluya como derecho.

Por su parte, en México, el presidente Andrés Manuel López Obrador busca lavarse las manos, como Poncio Pilato, proponiendo una consulta ciudadana a las mujeres para debatir el tema, mientras que integrantes de su gabinete y el presidente de su partido (Morena) claramente a favor del aborto, lo celebran, al igual que su hijo mayor, José Ramón López Beltrán, quien posteo en twiter “ya nos toca”.

Así también los colectivos feministas esperan que este oleaje verde llegue al país y “predicen” que “México sigue en 2021” tal y como lo postearon en twiter las Brujas Del Mar” liderada por Arussi Unda, (activista que impulsó el paro feminista del 9m y que es reconocida por la revista BBC como una de las 100 mujeres más influyentes del mundo).

En Mexico el aborto es ilegal salvo excepciones: por violación, en los 32 estados; por malformaciones del bebé, en 16 entidades; por salud de la mujer en 15; por riesgo en la vida de la madre, en 23; por inviabilidad económica, en 2; por inseminación no consentida (en Baja California); y hasta las 12 semanas de gestación en la Ciudad de México y Oaxaca.

Por lo que la apuesta de las feministas radicales es legalizarlo en todo el país sin causal, por elección y gratuito. En este sentido existen activas desde 2018 once iniciativas federales en el país.

A nivel estatal la presión se intensifica. En Quinta Roo el Congreso local está tomado por las feministas desde hace más de 40 días, en Puebla, Sinaloa y Michoacán se retoma el debate en sus cámaras.

Aunque actualmente 20 estados protegen la vida desde la concepción, no se puede bajar la guardia.

La ley la hacen quienes están en el poder y muchas de las  veces sin considerar la voz del pueblo. Así pasó en Argentina que en mes y medio se dio revés a la decisión tomada por el Congreso en 2018.

Superados los argumentos de que el embrión es un cúmulo de células, de que no es persona, mucho menos humano (teniendo ADN humano y alma desde la concepción), que no siente dolor antes de las 12 semanas y que es parte el cuerpo de la mujer, cuando en realidad es autónomo e independiente, solo quedaba uno,  el que revela la verdadera intención feminista: hacer lo que se quiere.

Sin embargo el asesinato no es cuestión de elección, ni condiciones o circunstancias, sino de la valía intrínseca que tiene la persona en si misma.

Por eso es inadmisible que se centre el debate sobre la protección de la vida humana en la posibilidad de que sea una elección personal, donde el que esté a favor, si desea lo practique y el que no, simplemente la ignore al mismo tiempo que da su anuencia para matar, tal cual sucedió en Argentina y se pretenda implantar en el mundo.

El derecho sobre el cuerpo, no es pues, a título de propiedad, sino de administrador, por tanto toda elección debe ser en función del diseño del creador, por quien “hemos sido pensados antes que aprendiéramos a pensar; hemos sido amados antes de que aprendiéramos a amar”(papa Francisco, 30 de diciembre 2020.