La Islamización en Cataluña no es solo un peligro yihadista, es también de convivencia, seguridad y cohesión social

Cataluña es, con mucha diferencia, la región más islamizada de España, gracias a las políticas de ingeniería social de los sucesivos gobiernos separatistas catalanistas, que siempre han preferido la inmigración de países islámicos – y sobre todo la marroquí – a la procedente de otros países en especial los iberoamericanos.

Y no es casualidad. Forma parte de su hoja de ruta. El mismo Jordi Pujol declaró que «un latinoamericano es más difícil de integrar que un marroquí porque les cuesta entender la catalanidad». En la misma línea, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, durante la fiesta del fin del Ramadán en Martorell, se dirigió a los asistentes con la siguiente frase: «Los musulmanes no debéis integraros en Cataluña: sois Cataluña».

Cataluña, la comunidad con más musulmanes marroquíes

En Cataluña hay unas 617.500 personas de tradición musulmana que suponen el 8,1% de la población de esa comunidad autónoma, según la estimación del Observatorio Andalusí, un centro de estudios vinculado a la Comisión Islámica de España. En ninguna otra comunidad los musulmanes son tan numerosos. La mayoría son marroquíes.

Debido a este número (1 de cada 12 personas que viven en Cataluña es musulmán

Ya hay más Mohameds que Arnaus en las cuatro provincias

El Instituto Nacional de Estadística (INE) revela el cambio demográfico sin freno que sufre Cataluña por culpa de la inmigración magrebí.

El nombre de Mohamed ya aparece en el registro de la provincia de Barcelona más veces (13.326) que el de Arnau (13.244), según datos del INE del 1 de enero de 2022. Arnau siempre ha sido uno de los nombres más populares en la región. Hace 20 años (2003) estaba entre los diez nombres más comunes que se ponía a los recién nacidos.

La misma línea sigue Gerona, donde el nombre de Mohamed (3.976) supera con creces al de Arnau (2.320). En Lérida, por su parte, hay 1.432 Mohameds y 1.155 Arnaus. En Tarragona la diferencia se agranda: hay 1.745 Arnaus y 3.662 Mohameds.

Peligro yihadista

Cataluña tiene un gravísimo problema. Esto es una evidencia palpable en cualquier barrio o ciudad de esta región. Cataluña se ha convertido en «un foco muy sensible de radicalización yihadista» y es la comunidad autónoma de España en la que, con creces, más detenciones se han practicado en el marco de la lucha contra el terrorismo yihadista en la última década.

Nunca hemos dejado de advertir del peligro que supone el avance de la islamización por culpa de la complicidad de la izquierda y el separatismo

A modo de ejemplo, uno de los máximos exponentes del radicalismo islámico, detenido por la policía y finalmente expulsado del territorio nacional por ser una amenaza para la seguridad nacional, ha sido Mohamed Said Badaoui, ex portavoz de una mezquita salafista en Reus y presidente de la Asociación por la defensa de los derechos de la comunidad musulmana.

Said Badaoui ha actuado durante décadas en Cataluña apoyado por la izquierda y el separatismo, como demuestran sus contactos con Miquel Iceta, Quim Torra, Gabriel Rufián o el mismo Aragonès. La misma semana de su detención, la consejera de Feminismos recibió al acusado en el Palacio de la Generalitat. Y esa misma semana, el Gobierno de Esquerra Republicana impulsó en el Parlamento de Cataluña una declaración institucional en su defensa.

Por desgracia, el caso de Badaoui no es el único. Hay muchos más. De hecho, Cataluña es la región líder en terrorismo yihadista de toda España, triplicando los registros de otras regiones que aparecen en el ranking como Madrid o Ceuta y Melilla, como señala el Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo. No es casualidad que Cataluña acumule el 50% de detenciones de yihadistas en España

Graves problemas, pero no solo de yihadismo

Cabe añadir que la inmigración islamista no solo provoca problemas de terrorismo yihadista, genera también graves problemas de convivencia, seguridad y cohesión social. Esto es así por el carácter mismo del islamismo, que se aprovecha del sistema de derechos y libertades existentes en las sociedades occidentales para crear sociedades paralelas donde rige la ley islámica en lugar de nuestras leyes nacionales. Además, está provocando graves problemas de inseguridad ciudadana. En Cataluña, en el año 2022, el 58,58% de todos los detenidos eran extranjeros, casi 6 de cada 10 detenidos, la mayor parte de ellos de origen magrebí.