La inmersión lingüística entra en Extremadura con votos del cómplice PP que se alía con la izquierda radical

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La desunión entre españoles y el adoctrinamiento en las aulas vuelven a estar en el centro del debate político, esta vez con un nuevo capítulo protagonizado por el Partido Popular (PP). Lejos de defender los principios de unidad nacional, el PP de Extremadura María Guardiola ha decidido seguir la senda trazada por la extrema izquierda más radical y casposa en Extremadura al apoyar la declaración del ‘estremeñu’ y el portugués rayano como Bien de Interés Cultural (BIC). Esta decisión no solo genera divisiones artificiales, sino que allana el camino para adoctrinar a los niños en los colegios de la región.

Un pacto con la izquierda para crear identidades artificiales

La propuesta, impulsada por Unidas por Extremadura —coalición encabezada por los comunistas de Podemos—,  y que recoge el diario El Debate, tiene como objetivo reconocer estas lenguas como elementos de identidad cultural y fomentar su enseñanza en el sistema educativo. Tal como lo expresó Nerea Fernández, diputada de IU, «proteger las lenguas vernáculas de Extremadura es un acto de justicia lingüística hacia nuestra historia y nuestra tierra, así como una afirmación orgullosa de nuestra identidad como pueblo extremeño».

El reconocimiento del ‘estremeñu’, una lengua que apenas hablan unas 10.000 personas y que solo 1.000 son capaces de escribir, plantea preguntas serias sobre su relevancia cultural real y su pertinencia en el ámbito educativo. Calificarla como Bien de Interés Cultural no solo es, como han señalado expertos, «una absurdez», sino una estrategia clara para introducir divisiones entre regiones y erosionar la unidad de España.

Adoctrinamiento desde las aulas

El plan no se queda en una declaración simbólica. La iniciativa de los comunistas de Unidas por Extremadura busca incorporar el ‘estremeñu’ y el portugués rayano al currículo escolar, con el objetivo de «asumirlas como elementos de identidad, reforzar la conciencia lingüística e investigar, divulgar y fomentarlas en la Universidad de Extremadura». En otras palabras, se trata de imponer estas lenguas en las aulas de la región.

En la práctica, esto supone adoctrinar a los más jóvenes en una visión particular de la historia y una supuesta identidad extremeñas, desvirtuando la realidad y sembrando la semilla de la desunión. Como señalan críticos de esta medida, «poner esta propuesta sobre la mesa alienta un problema que actualmente en Extremadura no existe, que es el problema identitario».

El PP abandona sus principios

Lo más alarmante de este asunto es la complicidad activa del PP. En lugar de oponerse a una medida impulsada por la izquierda radical y claramente alineada con las tácticas de ingeniería social del marxismo cultural, el partido de María Guardiola ha optado por respaldarla, traicionando los principios de unidad nacional y sensatez educativa que deberían guiar su acción política.

Este respaldo no solo legitima una estrategia divisiva, sino que además da alas a un proyecto de adoctrinamiento infantil. La inmersión lingüística en otras comunidades, como Cataluña o el País Vasco, ha demostrado ser una herramienta eficaz para promover la ruptura con el proyecto común de España. Ahora, Extremadura parece dirigirse por el mismo camino, con el PP como cómplice activo.

El papel de Europa y los medios

La presión no solo viene de las fuerzas locales. Un informe sectario de un supuesto Comité de Expertos del Consejo de Europa insta a las autoridades extremeñas a «apoyar el uso y la presencia de Extremadura en programas de televisión y radio, en medios impresos y en medios de comunicación online». Además, propone «prever la posibilidad de estudiar e investigar sobre el extremeño en el ámbito universitario».

Lejos de quedarse en recomendaciones, estas exigencias están respaldadas por fondos específicos que, una vez más, son pagados por todos los ciudadanos españoles. ¿Por qué se invierten recursos públicos en un proyecto que solo busca alimentar identidades ficticias y dividir a la nación?

Unidad frente a la descomposición

El caso de la inmersión lingüística en Extremadura es un ejemplo claro de cómo las fuerzas de izquierda radical, con el apoyo cómplice del PP, trabajan para debilitar la unidad de España. Imponer el ‘estremeñu’ en las escuelas y convertirlo en un elemento central del sistema educativo no responde a una necesidad real de la sociedad extremeña, sino a un proyecto político ideológico que busca dividir y adoctrinar.

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