Ante la táctica «salami» usada por Sánchez en su golpe de estado, la movilización cívica de la «España que resiste»

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin

Pedro Sánchez está dando un Golpe de Estado desde las instituciones. No se puede señalar un momento determinado y concluir que fue ahí donde se empezó a dar este golpe de estado en el que estamos inmersos. Ha sido un proceso lento, gradual y continuo que ahora al final nos estamos dando cuenta. Si bien lo inició Zapatero, Sánchez lo está llevando hasta sus últimas consecuencias.

La táctica «salami» usada por Sánchez en su golpe de Estado

Durante estos años de lenta de implantación de este golpe de estado no ha habido protestas en la calle porque Sánchez y el PSOE han ejecutado a la perfección la llamada «táctica salami».

La táctica salami es una estrategia política mediante la cual un grupo o institución es debilitado o eliminado mediante la segmentación de sus componentes, ya sea mediante amenazas o alianzas. De esta forma es eliminada «rodaja a rodaja», hasta darse cuenta de que ha sido desmantelada por completo. Y es lo que ha hecho Sánchez eliminando a aquellas instituciones que le impedían dar su golpe de estado.

Así, ha sido un laminado progresivo de la separación de poderes y una concentración también progresiva de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial en una misma persona. Si bien la inició Zapatero, ya desde el inicio del gobierno de Pedro Sánchez, se fueron controlando, por parte del partido socialista, las principales instituciones. De esta manera se tomó el control de la Fiscalía General, del Tribunal de Cuentas, del CIS, del INE y fundamentalmente del Tribunal Constitucional. Hoy todas estas instituciones están controladas absolutamente por Pedro Sánchez, eliminando su independencia. Han destruido poco a poco los contrapesos al poder.

Pero el pacto con Junts y los proetarras de Bildu con la ley de amnistía y el compromiso de un referéndum de independencia ha sido demasiado evidente y diferencial como para impedir que la gente se diera cuenta.

¿Por qué ha pasado? Porque para garantizarse la investidura, Sánchez ha tenido que cortar demasiado salami de una vez, y la calle se ha acabado por dar cuenta del truco.

Y el pueblo español ha estallado espontáneamente como el 2 de mayo ante la invasión de Napoleón. Se han pronunciado en su contra no sólo colegios oficiales de abogados, sino todas las asociaciones de fiscales y todas las asociaciones de jueces, incluyendo las de izquierdas. Además, ha provocado manifestaciones que no se habían visto desde que el pueblo español reaccionó al golpe de estado en Cataluña que ahora se quiere amnistiar. Y encima con un valor añadido: la permanencia de esta rebelión.

La movilización cívica de la «España que resiste»

Es que, quizás, lo más positivo que está sucediendo sea la movilización de la sociedad civil. Es un síntoma del fracaso de las instituciones que dicen que les representan -incluyendo la monarquía-, pero también del hartazgo hacia los los partidos políticos que trabajan por sus intereses particulares y no por el bien común, y donde el único criterio al ejercicio del poder sea su capricho y su arbitrariedad. La sociedad civil antes se sentía abandonada pero «tragaba». Ahora ha decidido dar un paso adelante. La gente en la calle es la última línea roja que aún separa la democracia real del totalitarismo político. Es la «España que resiste»

Por otra parte, la hoja de ruta de Sánchez  en su golpe de estado augura tensiones en el día a día que se van a traducir en la necesidad de usar tácticas que permitan la lucha. Sánchez y sus compañeros golpistas tienen el poder, las instituciones, los medios de comunicación, las armas, la represión.

¿Cómo responder ante esta superioridad? Sabedores que no pueden ganarles de frente en un campo de batalla abierto (tienen el BOE y las instituciones), la movilización cívica de la «España que resiste»  sabe que hay que ganarles con otros medios al igual que se hizo en el Levantamiento del 2 de Mayo de 1808​ . Es nuestra historia y la esencia del ser español. Ante un enemigo superior no acobardarse sino usar la inteligencia y la estrategia para derrotarle.

El gobierno debe sentir el desgaste. La movilización cívica de la «España que resiste»  sabe que se tiene que dar la batalla ante cada medida o ley que intenten imponer. A cada acción se le debe responder con una reacción. Tiene que haber reacciones constantes. Respuestas y movilizaciones con resultados especialmente difíciles de gestionar porque la «España que resiste» va a responder continuamente. Y eso desgasta.

Pero no debe ser solo una reacción ante una acción del gobierno de Sánchez. Se debe  tener una agenda, una hoja de ruta. El que no avanza retrocede. Y la movilización cívica de la «España que resiste» debe avanzar.

El gobierno debe sentir el miedo. Un gobierno dictatorial como el que está implantando Pedro Sánchez teme tres cosas: la calle, los medios de comunicación y la internacionalización. Sabe que una persona que decide salir a la calle ya es un voto menos para su partido. Es un voto que ha perdido; Y asimismo sabe que cada acción que sale en un medio de comunicación se amplifica su efecto. Y ya no puede ignorarlo; Además de la calle, hay que utilizar todos los instrumentos internacionales para visibilizar hasta donde llega este estado dictatorial y bloquear la aprobación y puesta en marcha de esas leyes.

El gobierno dictatorial debe debilitarse gradualmente. Las estrategias de la movilización cívica de la «España que resiste» son un tipo de estrategia diseñada para debilitar al enemigo a través de una larga serie de ataques menores, ya sea en el campo de la unidad de España, de la educación, de la libertad religiosa, de la familia, la vida, etc. Más que comprometerse en grandes batallas, la movilización cívica se divide en áreas o líneas que atacan de forma selectiva el objetivo en sus puntos más débiles.

La movilización cívica de la «España que resiste» no necesita además estar organizada ni coordinada – esto es lo propio de los ejércitos-. Cada trabaja en su área o línea y sabe lo que tiene que hacer y cuándo tiene que hacerlo. Lo que es necesario es que se tenga voluntad política de hacerlo. Para ser efectiva, la movilización cívica de la «España que resiste» debe ser capaz de replegarse entre ataque y ataque.

En definitiva, el objetivo de la movilización cívica de la «España que resiste» es el desgaste y la desmoralización del enemigo.

Hasta la victoria final.

P.D.: Por decimo quinto día, la «España que resiste» ha vuelto a salir a la calle. Solo con una batalla y una presencia permanente se conseguirá ganar.

2 comentarios en «Ante la táctica «salami» usada por Sánchez en su golpe de estado, la movilización cívica de la «España que resiste»»

  1. No debemos confiar mucho en que internacionalizar la antidemocrática decisión del Gobierno de Sanchez, sea positivo para los intereses de la «España que resiste». Todo indica que la actuación del Infame presidente paso a paso (táctica salami) pero sin pausa y con urgencia, no es propia de un político tan escaso de sabiduria y prudencia como sobrado de malvadas influencias.
    Antes parece obedecir a Poderes supranacionales más poderosos como el NOM.
    No precisamos «ayudas» foráneas, ya nos bastamos con los enemigos interiores, los demonios familiares desde que existe España nunca han cejado en querer destruirla. Ahi debe estar nuestro sitio frente a los barbaros periféricos.

    Responder

Deja un comentario