El Supremo desestimó esta semana un recurso y obliga a derribarla
España es líder europeo en la destrucción de presas
Más pronto que tarde los vecinos de la provincia de Teruel asistirán al derrumbe de una de sus presas, la de Los Toranes, situada entre los pueblos de Albentosa, Olba y San Agustín, en Teruel. Esta presa se utilizaba para aprovechar la diferencia de altitudes y el encajonamiento del río para la producción de energía eléctrica, pero la concesión terminó en 2018.
La fanática de la agenda 2030 Teresa Ribera lo decidió: Demoler la presa
Desde ese momento, el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), pilotado por la vicepresidenta tercera, la globalista y fanática impulsora de la agenda 2030.Teresa Ribera, decidió desmantelar por completo la central hidroeléctrica y demoler la presa, lo que enfrentó a los vecinos de los pueblos aledaños, a los ecologistas y a los políticos, confrontados incluso dentro de sus propios partidos.
Este embalse se construyó en sobre el río Mijares a su paso por Albentosa (Teruel) en los años 40 para un aprovechamiento hidroeléctrico por parte de Iberdrola. Una vez caducada la concesión de 75 años –lo hizo en 2018, momento desde el que la compañía no lo explota–, el Miteco decidió su derribo basándose en informes de la Confederación Hidrográfica del Júcar que plantean que su mantenimiento es «contrario al interés público, a las exigencias medioambientales y al plan hidrológico» y su rentabilidad, «dudosa».
Fueron dos años después del fin de la concesión, en noviembre de 2020, cuando el Miteco aprobó la demolición de esta presa «obsoleta»,
Iberdrola ha resaltado la «preocupación generalizada que hay en las comunidades y en los pueblos afectados por la posible pérdida de estas infraestructuras de gran importancia en un país seco como España».
Los vecinos, contra el derribo
A pesar de que el Gobierno central decidió su demolición aduciendo razones ambientales (??) y por su inviabilidad energética y económica, un informe encargado por los ayuntamientos de Albentosa, Olba y San Agustín –las tres poblaciones que rodean el embalse– señala que la central puede generar unos 700.000 euros al año de beneficio, además de producir energía verde. De igual forma, sus defensores destacan que es eficaz para la extinción de incendios y para mantener los regadíos de la zona y no entienden cómo se va a demoler si en el propio informe del Miteco se especifica que funciona.
Yolanda Salvador, alcaldesa socialista de Albentosa, en declaraciones a Cuatro, comenta que la comarca vive del turismo y el pantano lo dota de un entorno privilegiado. Las consecuencias del derribo serán, según la regidora, desastrosas y afirma que se convertirá en un secarral y que puede afectar al paraje natural: «Sería demoler la zona, no la presa».
La capacidad del embalse es de medio hectómetro cúbico (500 millones litros). A pesar de su inactividad desde hace seis años, sus defensores alegan que los regantes se siguen beneficiando de su agua y que ha servido para apagar varios incendios por la zona, que además cada vez son más frecuentes debido al aumento de las temperaturas y la escasez de lluvia.
Obviamente los ecologistas de la agenda 2030 se muestran favorables al derribo, ya que así el río recuperaría su cauce natural y se podría regenerar.
España es líder europeo en la destrucción de presas (y no tiene nada que ver con la sequía)
Un informe de Dam Removal Progress de 2021 contabilizó que nuestro país destruyó ese año 108 barreras fluviales (como presas, azudes o rampas), casi la mitad del total de 239 que se desmantelaron en toda Europa.
«La decisión del desmantelamiento de presas en España corresponde a las administraciones competentes», explica Eduardo Rojo, responsable de mantenimiento de presas de Iberdrola
Presas
Dentro de los distintos tipos de barreras fluviales destacan las presas. En su inventario, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico tiene contabilizadas más de 2.000 repartidas por todo el país. Rojo explica que sus usos principales son el abastecimiento humano, el regadío, la producción hidroeléctrica y los usos industriales, y que en los últimos años se utilizan también con objetivos recreativos y ambientales.
El el responsable de mantenimiento de Iberdrola explica por qué juegan un papel clave en España: «El motivo es la irregularidad del régimen de precipitaciones en nuestro país. Las necesitamos por la mayor necesidad de regulación de los recursos hídricos debido a la importante variación de los caudales que circulan por los ríos entre las épocas del año más húmedas frente a las más secas». Además, el experto también detalla la importancia que tienen los embalses creados por grandes presas, que cuando los ríos se desbordan «laminan» las avenidas, evitando así inundaciones.
Más del 50% de las presas españolas tienen una altura inferior a 15 metros. Las tipologías más comunes son las de gravedad de hormigón y las de tierras homogéneas, con un porcentaje de un 30% cada una respecto al total. Y su edad media, según Rojo, ronda los 55 años. Pero eso no significa, en ningún caso, que se hayan quedado obsoletas:
«Si por obsoleto se entiende que se han dejado de usar, nada más lejos de la realidad o que haya quedado anticuadas o inadecuados las necesidades actuales, tampoco es así, cada vez son más necesarias por su función de regulación del agua, si bien gran parte de la población sólo se acuerda de ellas en épocas de sequías», concluye el experto.
Fuente: El Debate | El Mundo
Comparte en Redes Sociales |
Evita la censura de Internet suscribiéndose directamente a nuestro canal de Telegram, Newsletter |
Síguenos en Telegram: https://t.me/AdelanteEP |
Twitter (X) : https://twitter.com/adelante_esp |
Web: https://adelanteespana.com/ |
Facebook: https://www.facebook.com/AdelanteEspana/ |