La estrategia del PP: Cómo perder votos por la derecha en su camino hacia el centro | Albert Mesa Rey

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No es la primera vez que en uno de mis artículos en Adelante España hago un análisis de la política nacional desde conceptos matemáticos y en concreto desde la Teoría de Juegos. Los recientes movimientos de la cúpula del Partido Popular, como por ejemplo la asistencia al congreso 44º Congreso Confederal de UGT de su actual presidente, el Sr. Alberto Núñez Feijoo entre otras decisiones, son en mi opinión un completo despropósito en términos electorales al desplazar peligrosamente una vez más el “Equilibrio de Nash” de lo que sería su base electoral natural. De esto tratará mi artículo de hoy. Pero… ¿Qué son la Teoría de Juegos y el Equilibrio de Nash?

La Teoría de Juegos: El arte de tomar decisiones estratégicas.

La Teoría de Juegos es el estudio matemático de las decisiones que tomamos cuando nuestros resultados dependen de las decisiones de otros. Es como analizar un juego de ajedrez, pero en cualquier situación donde haya interacción entre personas. Imagina que estás negociando un contrato. Tu éxito no solo depende de tu propuesta, sino también de la respuesta de la otra parte. La Teoría de Juegos te ayuda a entender cómo predecir y responder a esas reacciones. Desde la economía hasta la biología, la Teoría de Juegos se utiliza para modelar situaciones de competencia y cooperación. Nos ayuda a entender por qué las personas se comportan de cierta manera en diferentes contextos.

Teoría de Juegos es una herramienta poderosa para analizar situaciones donde las decisiones de un individuo están influenciadas por las decisiones de otros. Nos ayuda a comprender mejor el comportamiento humano y a tomar decisiones más estratégicas.

El Equilibrio de Nash: Contexto y aplicación política

Un concepto clave en la Teoría de Juegos es el equilibrio de Nash. El Equilibrio de Nash es un concepto fundamental de la Teoría de Juegos que describe una situación en la que ningún jugador puede mejorar su resultado personal cambiando unilateralmente su estrategia, siempre que los demás jugadores mantengan las suyas. En este estado, las estrategias de todos los jugadores son óptimas dadas las elecciones de los demás, lo que significa que nadie tiene incentivos para desviarse de su posición actual.

En política, este modelo puede aplicarse al posicionamiento de partidos en el espectro ideológico: cada partido elige su ubicación basándose en las estrategias de sus competidores, buscando maximizar votos sin alienar a su base.

El error de Equilibrio de Nash en la deriva del PP hacia la izquierda y la pérdida de votos por la derecha

En un sistema multipartidista como el español, donde existen múltiples actores que compiten por nichos específicos del electorado, el riesgo de desequilibrio aumenta si un partido modifica su posición sin considerar las reacciones de sus competidores y el impacto en su electorado tradicional.

Los movimientos estratégicos de los partidos a menudo se rigen por la búsqueda de un equilibrio entre atraer nuevos votantes y retener la base electoral tradicional. En este contexto, el Partido Popular (PP) ha enfrentado un desafío significativo en los últimos años: equilibrar su identidad política tradicional con las demandas de un electorado más amplio y diverso. Sin embargo, en este proceso, ciertos movimientos hacia el centro-izquierda han generado un fenómeno que puede analizarse como un error en el marco del Equilibrio de Nash, resultando en la pérdida de apoyo por su flanco derecho.

La deriva del PP hacia el centro-izquierda

En los últimos años, el PP ha intentado proyectar una imagen más moderada, buscando atraer a votantes centristas que anteriormente podían haber apoyado al PSOE o incluso a Ciudadanos. Este giro ha sido evidente en discursos que adoptan posturas más flexibles en temas sociales, económicos e incluso en el manejo de relaciones con partidos nacionalistas o autonómicos. Sucede algo parecido a escala autonómica. Lo refleja bien la desafección que, según la última encuesta del CEO, muestra el 54 % de los votantes catalanes del propio PP respecto a su líder nacional. Se trata de una desafección insólita, pero previsible tras los dos años que Feijoo lleva flirteando con un nacionalismo que lo desprecia aún más que a sus votantes.

El cálculo detrás de este movimiento parece simple: al suavizar sus posturas, el PP aspira a captar a un electorado desencantado con el PSOE, especialmente tras las crisis internas y los problemas de gobernabilidad del partido socialista. Sin embargo, este giro hacia el centro-izquierda ha generado una percepción de dilución ideológica entre sus votantes más tradicionales, quienes históricamente han sido atraídos por su firmeza en cuestiones como la unidad de España, el control fiscal y una postura conservadora en temas sociales.

La pérdida de votos por la derecha: Vox como beneficiario

La estrategia del PP no ha ocurrido en un vacío. El espacio político a la derecha del PP ha sido ocupado de manera efectiva por Vox, un partido que se ha consolidado como una alternativa firme y sin complejos para los votantes descontentos con la moderación del PP. Vox ha capitalizado el descontento al reforzar una narrativa de defensa de los valores tradicionales, un discurso crítico contra el «consenso progresista» y una postura firme en temas como la inmigración y la soberanía nacional.

El resultado ha sido un trasvase significativo de votos del PP hacia Vox, especialmente en regiones donde el electorado demanda una postura más radical contra las concesiones al independentismo o una mayor crítica a la agenda progresista del Gobierno. Este fenómeno se explica en términos de la Teoría de Juegos: al moverse hacia el centro, el PP ha dejado un vacío en su flanco derecho que Vox ha ocupado estratégicamente.

El error de cálculo estratégico: Más allá del Equilibrio de Nash

El error del PP puede interpretarse como un fallo en la identificación de su Equilibrio de Nash. En lugar de encontrar un punto donde maximizar su apoyo total, ha priorizado atraer a votantes centristas sin prever adecuadamente las reacciones de sus competidores ni el impacto en su base tradicional. Desde una perspectiva estratégica, el PP ha subestimado el costo de alienar a los votantes más conservadores, asumiendo erróneamente que estos no tendrían una alternativa viable.

En términos de Teoría de Juegos, el PP ha intentado jugar un «juego de suma positiva«, en el que busca aumentar su base electoral total. Sin embargo, al ignorar la naturaleza competitiva del sistema político español, ha terminado jugando un «juego de suma cero«, donde su ganancia en el centro es contrarrestada por pérdidas significativas a la derecha.

Impacto en el paisaje político español

Este error estratégico no solo afecta al PP, sino que también reconfigura el equilibrio de poder en la derecha española. La consolidación de Vox como un actor clave fragmenta el voto conservador, lo que complica la formación de mayorías sólidas en el Parlamento. Además, debilita la capacidad del PP para competir directamente con el PSOE, ya que su posición más centrista puede diluir su diferenciación frente a los socialistas.

En elecciones recientes, esta dinámica se ha traducido en resultados electorales donde la derecha se presenta dividida, facilitando al PSOE y a sus aliados la posibilidad de formar gobiernos a pesar de obtener porcentajes de voto similares o incluso menores.

Lecciones para el futuro del PP

Para recuperar su posición como líder indiscutible de la derecha española, el PP necesita recalibrar su estrategia. Esto implica reconocer que su base electoral tradicional no es infinitamente elástica y que los votantes conservadores necesitan un discurso que los represente de manera clara. Mantener un equilibrio entre el centro y la derecha es crucial, pero este equilibrio debe construirse sobre una narrativa coherente que no aliene a ninguno de los dos extremos.

En el largo plazo, el PP debe revaluar su Equilibrio de Nash político y buscar un posicionamiento que maximice su apoyo total sin ceder terreno significativo a sus competidores. Este desafío requerirá no sólo un análisis profundo de las dinámicas electorales, sino también una capacidad de comunicación política que permita reconectar con los votantes que ha perdido por su flanco derecho.

Conclusión

La deriva del PP hacia el centro-izquierda, aunque bien puede ser «bienintencionada» como una estrategia para ampliar su base electoral, ha generado un error estratégico que se manifiesta en la pérdida de votos por su flanco derecho. Este fenómeno ilustra las complejidades de la competencia multipartidista en España y la importancia de encontrar un equilibrio entre expansión y consolidación.

Si el PP desea mantenerse relevante y competitivo, deberá aprender de este error y adaptar su estrategia para responder a las demandas de su base electoral y las realidades del sistema político. Una vez más, gracias por leerme.

Albert Mesa Rey es de formación Diplomado en Enfermería y Diplomado Executive por C1b3rwall Academy en 2022 y en 2023. Soldado Enfermero de 1ª (rvh) del Grupo de Regulares de Ceuta Nº 54, Colaborador de la Red Nacional de Radio de Emergencia (REMER) y Clinical Research Associate (jubilado). Escritor y divulgador. 

 

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1 comentario en «La estrategia del PP: Cómo perder votos por la derecha en su camino hacia el centro | Albert Mesa Rey»

  1. Muy cándido me parece, esta vez, el Sr. Mesa Rey. El PP juega la carta de globalización y la Agenda 2030, tanto o más que el PSOE, así que pedirle lo que usted le pide es, además de utópico, imposible del todo. Los amos mandan y, en este caso, ambos partidos tienen los mismos amos.

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