La derecha conservadora en España no puede seguir manteniéndose en la ambigüedad o en la tibieza frente a la gran causa de nuestro tiempo: la defensa de la soberanía nacional, la vida, la familia y la libertad. Hoy, cuando los pueblos de Europa y América se levantan contra los dictados del globalismo, el viejo régimen partitocrático y los burócratas sin alma, España no puede quedar atrás.
Desde Adelante España tenemos claro el papel histórico que nos corresponde jugar. No estamos aquí para complacer al sistema ni para quedar bien con las élites mediáticas que criminalizan a quien osa levantar la voz. Estamos aquí para luchar.
Escuchamos con frecuencia a sectores de la derecha que, si bien critican la situación actual, se alejan del soberanismo nacional “como si fuera la peste”. Esa actitud es no solo cobarde, sino profundamente equivocada. La revuelta soberanista no es una amenaza: es una oportunidad. Una oportunidad histórica de romper con la falsa dicotomía izquierda-derecha que ha mantenido a España atada a intereses ajenos. El verdadero eje político no es izquierda contra derecha, sino globalismo contra soberanismo. Y en esa lucha, no podemos ser neutrales.
Es cierto que existen diferencias profundas, algunas ideológicas muy grandes- entre los países que protagonizan esta ola soberanista. Pero también es cierto que hay una base común: la exigencia de los pueblos por recuperar el control de su destino, expulsando del poder a las castas globalistas, las oligarquías financieras, los burócratas de Bruselas y las agencias ideológicas de la Agenda 2030.
Desde Adelante España defendemos una visión clara y firme: “reivindicar, promover y luchar por los principios innegociables de la familia, la vida, la educación, la justicia social y la unidad de España”. Con énfasis en la palabra “luchar”. Porque en esta guerra cultural, quien no lucha, claudica.
Hoy en día, las etiquetas de derecha e izquierda han perdido sentido. Ambas han sido colonizadas por la corrección política, la ideología de género, el multiculturalismo impuesto y la sumisión a los poderes internacionales.
La única división real que existe en la política actual es entre soberanistas y globalistas. Y es ahí donde la derecha española debe escoger bando. No hay lugar para equidistancias. Quien no está con la soberanía, está contra el pueblo.
Tenemos que dar la batalla por la soberanía y la libertad. No podemos temer los insultos de las élites globalistas que repiten etiquetas vacías como “extremistas”, «fascistas», “ultraderecha” o “populistas”. Esas palabras ya no asustan. Lo que de verdad temen es que el pueblo despierte. Porque cuando eso ocurre, el régimen tiembla.
La defensa de la soberanía nacional va de la mano con la defensa de la libertad de expresión, la identidad cultural, nuestra fe católica, el patriotismo y el derecho a decidir sobre nuestro futuro. No se trata de apoyar un partido u otro. Se trata de dar voz a la insurgencia popular contra el establishment político, mediático y económico.
Una oportunidad que no podemos desperdiciar. La revuelta soberanista no es una moda pasajera. Es un grito de dignidad que recorre naciones enteras. Y España debe estar al frente de ese movimiento. Tenemos la oportunidad de formar parte de un giro histórico, de una reconquista ideológica y cultural que devuelva el poder al ciudadano, que restaure la verdad, y que reinstaure los valores que hicieron grande a nuestra nación.
Como dijimos al inicio: no podemos permitirnos desperdiciar esta oportunidad histórica. Es hora de pasar a la ofensiva. Es hora de decir basta. Y es hora de hacerlo sin complejos.
1 comentario en «La derecha y su deber ineludible: apoyar la revuelta nacional y soberanista»
La derecha, la derecha… Pero ¿qué derecha? Yo en el «Centroderecha», el «Centrocuentismo», en los del «si pero no», el «uy uy uy», en los «ursulinos», en los del «Silicon Valley sí, Valle de los Caídos no», no tengo ninguna confianza, al contrario.