El incremento de estas prácticas es una verdadera preocupación que los poderes públicos han dejado «en el cajón»
El aborto continúa creciendo de forma alarmante en España. Este incremento, lejos de combatirse con políticas que defiendan la vida y la maternidad, está siendo incentivado con nuevas leyes y medidas que facilitan el acceso al aborto, incluso entre las menores de edad.
Este gobierno es, sin duda, el gobierno de la cultura de la muerte.
Cifras escalofriantes: un nuevo récord de abortos en España
En 2023, España alcanzó el mayor número de abortos registrados hasta la fecha: 103.097 bebés fueron abortados, un 4,8 % más que en 2022. Esto significa que, diariamente, más de 280 vidas humanas dejan de nacer. De estas, un porcentaje creciente corresponde a adolescentes, quienes recurren cada vez más a métodos químicos y quirúrgicos sin el conocimiento ni el consentimiento de sus padres.
El Instituto de Política Social (IPSE) ha denunciado este aumento, calificándolo como una “preocupación que los poderes públicos han dejado en el cajón”.
Según el IPSE, «las leyes actuales abren las puertas a que las menores, sin consentimiento paterno, procedan a someterse a la práctica más complicada a la que se someterán en toda su vida: acabar con la vida de su hijo”.
El aborto químico: el método más utilizado por las menores
Entre las adolescentes, el aborto químico se ha consolidado como la opción más común. Según el IPSE, este método ha experimentado un aumento del 15,5 % entre las menores de 15 y 16 años en 2024. Esto se traduce en un promedio de 62 abortos químicos diarios en España.
Esta situación ha sido facilitada por la nueva normativa impulsada por el gobierno, que permite a las menores de 16 y 17 años comprar la píldora del día después o acudir a clínicas de aborto sin la necesidad de permiso paterno. Esta medida no solo debilita la autoridad de las familias, sino que expone a las adolescentes a graves riesgos físicos y psicológicos, al mismo tiempo que normaliza la cultura de la muerte.
Aborto quirúrgico: un aumento dramático
El aborto quirúrgico tampoco se queda atrás. Entre las jóvenes de 17 y 18 años, esta práctica ha aumentado un 40,5 % respecto al año anterior. Este incremento afecta tanto a clínicas privadas como a hospitales públicos, demostrando que las políticas actuales están priorizando la eliminación de vidas humanas en lugar de protegerlas.
Los datos del IPSE reflejan que tres de cada cinco adolescentes menores de 20 años embarazadas deciden abortar. En el caso de las menores de 15 años, la cifra es aún más alarmante: cinco de cada seis optan por esta práctica.
Un gobierno que fomenta la cultura de la muerte
El gobierno de Sánchez no solo no está actuando para reducir estas cifras, sino que está promoviendo activamente el aborto como solución. En lugar de implementar ayudas para las madres embarazadas, fomentar la adopción o fortalecer las redes de apoyo familiar, Sánchez ha elegido una vía que elimina al más indefenso y vulnera los derechos de las familias.
“Se está promoviendo una sociedad más degenerada, sexualizada y sin preparación suficiente para afrontar la realidad de lo que es dar llamada a la vida, a través del embarazo”, denuncia el IPSE.
Estas políticas, lejos de proteger a las adolescentes, las empujan hacia decisiones irreversibles que tendrán un impacto emocional y físico en sus vidas. El enfoque del gobierno está deshumanizando a las mujeres y despreciando la vida de los no nacidos, consolidando un sistema que perpetúa la cultura de la muerte.
¿Dónde están las ayudas a la maternidad?
El panorama sería diferente si el gobierno se dedicara a fomentar la vida mediante políticas de apoyo a las madres embarazadas y a las familias. Incentivos económicos, campañas de sensibilización, acceso a recursos gratuitos y programas de adopción son algunas de las medidas que podrían transformar esta situación. Sin embargo, el gobierno actual prefiere dedicar sus esfuerzos a normalizar y expandir el aborto, a promocionar la cultura de la muerte.
España necesita con urgencia un cambio de rumbo. Defender la vida no es solo una cuestión de ética, sino también una necesidad social. Frente al crecimiento alarmante del aborto, no podemos callar: es tiempo de exigir un gobierno que priorice la defensa de los más vulnerables y ofrezca alternativas reales a las madres en situación de dificultad.
El gobierno de Sánchez ha demostrado ser, sin duda, el gobierno de la muerte.
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2 comentarios en «El aborto se dispara: Sánchez y su gobierno de la muerte»