La baja popularidad de Biden y la posible victoria republicana en las elecciones de noviembre

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El grado de aprobación de la Administración de Joe Biden está bajo mínimos desde hace meses, y empieza a ser un lastre demasiado pesado para el Partido Demócrata, que el próximo 6 de noviembre puede verse abocado a una debacle sin precedentes en las elecciones legislativas que servirán para renovar un tercio del Senado, la totalidad de la Cámara de Representantes y, además, elegir 36 gobernadores y parlamentos estatales. Unos comicios que, en caso de confirmarse, dejarían al inquilino de la Casa Blanca atado de pies y manos frente al Legislativo y la mayoría de los estados.

Suspenso en el grado de aprobación

El promedio de las últimas cuatro encuestas de alcance nacional muestra un índice de aprobación del actual inquilino de la Casa Blanca de tan solo un 39%, y lo que es mas importante, su grado de desaprobación se sitúa en el 55%. Es decir, más de la mitad de los estadounidenses suspenden a Biden. 

Cuando faltan apenas 200 días para las elecciones, son escasos los motivos para esperar una mejora del índice de aprobación. Lo razonable, en cambio, es pensar que la popularidad de Biden mantenga su tendencia a la baja. Así lo contemplan en el Partido Demócrata, conscientes de que los resultados de las llamadas mid-term estarán directamente relacionados con la popularidad, o más bien la impopularidad, de su principal activo político.

Hasta los comicios de 2018, la pérdida de escaños para el partido del presidente cuando su índice de aprobación se ha situado por debajo del 50% fue de 37 escaños de media en la Cámara Baja. Así, en noviembre de 1994, cuando los republicanos obtuvieron una ganancia neta de 54 escaños y recuperaron la mayoría en la Cámara, el índice de aprobación de Bill Clinton era del 46%. De igual modo, en 2010 los republicanos ganaron 63 escaños y volvieron a recuperar el control de la Cámara, con el grado de aprobación de Barack Obama situado en el 45%.

Ahora, con la inflación en máximos de medio siglo, cuando la reciente extensión de la obligatoriedad del uso de mascarillas en los aviones ya es vista como un motivo de mofa, el papel de los Estados Unidos respecto a la guerra en Ucrania produce más vergüenza que orgullo entre la ciudadanía y, sobre todo, la merma de las facultades mentales del inquilino de la Casa Blanca se hace más evidente cada día, su índice de aprobación se sitúa muy por debajo de los de sus predecesores demócratas, cuando los republicanos sólo necesitan una ganancia neta de cinco escaños para recuperar la mayoría en la Cámara de Representantes.

Los números de Biden y, en consecuencia, las expectativas del Partido Demócrata de cara a las mid-term empeoran cuanto más se profundiza en los datos de las encuestas. El porcentaje de adultos que aprueban firmemente su gestión es de un 18%, mientras que el 43%, más del doble, lo desaprueba firmemente. La brecha es importante, y también la firmeza en la afirmación de cara a las elecciones de noviembre, en las que históricamente participan los votantes más comprometidos o preocupados.

Lo que suele ser una reválida para el partido en la presidencia, va camino de suponer una drástica pérdida de poder para los demócratas, salvo que ocurran hechos anómalos.

(Con información de la Gaceta)

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