Isabel II | Luis Losada Pescador

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Un ejemplo de una vida dedicada al servicio.

Isabel II ha muerto. Parecía eterna, pero el hecho biológico es incuestionable. También para ella, que lo había verbalizado en varias ocasiones. Con ella se cierra el siglo XX. Porque no hay duda de que la reciente historia del Reino Unido, Europa y el mundo está ligado a su figura. ¿Cuál es la clave? Vocación de servicio, discreción, humildad y sentido de Estado.

Que la reina estuviera despachando con la nueva primera ministra dos días de su fallecimiento a los 96 años de edad y con delicadísimo estado de salud da buena muestra de lo que es una vida gastada y desgastada al servicio de la corona y de la nación.

Que su muerte se despachara con un somero comunicado de dos líneas y un cartel en la puerta de su castillo explica muy bien la discreción y la austeridad en medio de la grandeza, la pompa y la liturgia. No son incompatibles.

Isabel II nunca ha concedido una entrevista. Ni falta que hacía porque era la reina. Tenía un papel institucional que consistía precisamente en no manifestarse en asuntos delicados. Su neutralidad le permitió convivir bien con primeros ministros conservadores y laboristas. Porque ella era reina de unos y otros.

Habrá quien piensa que tuvo una vida fácil de castillo en castillo. La realidad es que llegó al trono en plan caída del imperio británico, tuvo que lidiar con la crisis de Lady Di, ahora con la crisis de Megan y antes con un brexit que es un verdadero divorcio. Y todo ello con tensiones territoriales en Escocia y con tentaciones de países de la Commonwealth de abandonar la corona. Equilibrios inestables nada sencillos.

Carlos III recoge su testigo. Y el listón está muy alto. Porque la Corona difícilmente aguantará cambiar el anglicismo por la religión climática. Y porque el jefe de la iglesia de Inglaterra encaja mal con un divorciado casado por lo civil con una divorciada. Es seguro que el pueblo no le tendrá tanto afecto como le tuvo a su madre. Y es duda que Canadá o Australia sigan teniendo a Carlos III como su jefe de Estado.

No es el fin de la Commonwealth, pero si es el debilitamiento de la figura de la Corona que ejercía un papel moderador y unificador.

Luis Losada Luis Losada Pescador es Economista de formación, periodista de vocación. Actualmente dirigiendo el programa «7 al día» en 7NN

 

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