«Los incendios y apagones recientes no se explican por el cambio climático, sino por decisiones políticas»

La asociación Realistas Climáticos señala que en la década de 2011-2020 ardía tres veces menos superficie que en los años ochenta

Los incendios y apagones recientes en España no se explican por el cambio climático, sino por decisiones políticas. Así lo denuncia la asociación Realistas Climáticos en su último informe.

Incendios en España: un fenómeno fuera de escala

Durante agosto de 2025, España vivió incendios devastadores que arrasaron un tercio de millón de hectáreas en solo dos semanas. Según la asociación Realistas Climáticos, se trató de un evento de tres sigmas, estadísticamente tan improbable que debería ocurrir apenas una vez cada tres siglos.

Los datos no dejan lugar a dudas: en una semana ardieron 134.000 hectáreas, y en la siguiente, 200.000, pulverizando cualquier récord anterior. El máximo previo, registrado en 2012, se situaba en 68.000 hectáreas. El Sistema Global de Información sobre Incendios Forestales (GWIS), que utiliza los satélites europeos Copernicus, confirma que nunca en 13 años se había alcanzado semejante nivel de superficie calcinada.

Pero si los incendios y apagones fueran únicamente fruto del azar climático, ¿cómo se explica la acumulación de episodios tan extraordinarios en tan corto tiempo?

¿Cambio climático o decisiones políticas?

La asociación Realistas Climáticos reconocen que las olas de calor pueden agravar el riesgo de incendios. Sin embargo, subrayan que los datos de largo plazo en España muestran lo contrario: una clara reducción del área quemada en las últimas décadas.

«En la década de 2011-2020 ardía tres veces menos superficie que en los años ochenta», señalan. Esa mejora obedecía a mejores políticas de prevención y extinción, hasta que el abandono político y la ideología comenzaron a imponerse.

Por ello rechazan la narrativa oficial que atribuye los incendios y apagones al cambio climático. «El cambio climático es un proceso lento y progresivo, mientras que el abrupto cambio de tendencia registrado en España tiene que ver con otros factores, entre ellos decisiones políticas», afirma el informe.

La ideología climática del actual Gobierno, obsesionada con impuestos verdes, pactos internacionales y propaganda mediática, no ha mejorado la seguridad ciudadana. Al contrario, ha debilitado la capacidad de respuesta nacional frente a incendios, inundaciones o crisis energéticas.

Los incendios y apagones recientes evidencian un problema de gestión política, no un cataclismo natural.

Otros eventos improbables en poco tiempo

El análisis no se limita a los incendios. La asociación Realistas Climáticos recuerda otros episodios recientes que también califican como extraordinarios:

  • El apagón eléctrico del 28 de abril de 2025, el primero generalizado en 140 años de historia de la red española, constituye otro evento de tres sigmas.
  • La dana de Valencia de octubre de 2024, con 236 muertos, equivale a un evento de dos sigmas, es decir, un suceso fuera del 95 % de registros históricos.

Ambos sucesos refuerzan la tesis de la asociación: España está viviendo una acumulación anómala de catástrofes en un periodo muy corto.

En el caso de la dana, un estudio conjunto de la Universidad de Zaragoza y del CSIC concluyó que no existe evidencia de un aumento significativo de lluvias extremas en España a causa del cambio climático. La explicación, por tanto, apunta de nuevo a una gestión política negligente, incapaz de garantizar infraestructuras seguras y planes de prevención eficaces.

Políticas climáticas fallidas frente a la realidad

La asociación Realistas Climáticos denuncia que España se ha convertido en un ejemplo de gestión equivocada. Mientras se baten récords de recaudación fiscal, el Gobierno insiste en pactos climáticos internacionales que no mejoran la seguridad de los ciudadanos.

La realidad global tampoco respalda la narrativa alarmista. Según los datos, la superficie anual quemada en todo el mundo descendió un 28,5 % en dos décadas: de 463 millones de hectáreas en 2002 a 331 millones en 2022.

El propio Departamento de Energía de EE.UU. ha advertido que los impactos económicos del CO₂ podrían ser menores de lo previsto y que, por el contrario, unas políticas climáticas demasiado agresivas podrían dañar más que beneficiar.

En España, el resultado ya se ve: menos recursos para la gestión forestal, vulnerabilidad energética y ciudadanos indefensos ante catástrofes previsibles. Los incendios y apagones no son un destino inevitable, sino la consecuencia de un modelo político erróneo.

Incendios y apagones: la raíz política del problema

Los incendios y apagones recientes demuestran que el problema no radica en la naturaleza, sino en quienes gobiernan. El abandono de políticas de prevención, la falta de inversión en infraestructuras y la obsesión por discursos ideológicos han dejado a España indefensa.

El informe de la asociación Realistas Climáticos insiste: «Nos encontramos con un cúmulo de eventos extremadamente improbables en un período muy corto». Esto apunta a causalidad política, no a un supuesto apocalipsis climático.

La propaganda verde del Gobierno utiliza el miedo para justificar más impuestos y restricciones, mientras olvida lo esencial: proteger la vida, la propiedad y la soberanía nacional.

Los incendios y apagones de 2025 son la prueba de que España no sufre principalmente por el cambio climático, sino por la irresponsabilidad de sus gobernantes. Los datos desmontan la narrativa oficial y muestran que el verdadero enemigo es la política ideológica que sacrifica la seguridad de los ciudadanos en nombre de agendas globalistas.

La lección resulta clara: sin responsabilidad política, los incendios y apagones seguirán repitiéndose. Y no habrá excusa climática que pueda esconder la negligencia de un Gobierno sometido a intereses ideológicos antes que al bien común.

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