Pretende una foto de “rehabilitación total”; Sánchez prefiere el encuentro secreto; ¿adivinan quién se saldrá con la suya?
Puigdemont no descansa. Se permite amenazar al presidente Sánchez en el Parlamento Europeo: “Las oportunidades hay que aprovecharlas; sino, habrá consecuencias desagradables”. Matonismo de quien disfruta de la vergonzante impunidad que le promete un gobierno legítimo legalmente pero profundamente inmoral y humillante.
El prófugo sabe que lo importante es la foto. Por eso busca la foto de la “rehabilitación total”. El ‘cambia colchones’ que se había comprometido a traer a España a Puigdemont ahora se hinca de rodillas buscando su aprobación. Y sí. Lo traerá a España. Pero no para juzgarle. Ya sólo le falta la silla gestatoria…
Sánchez prefiere que el encuentro con Puigdemont sea “secreto”. El prófugo quiere luz y taquígrafos. ¿Adivinan quien se saldrá con la suya?
A la humillación de Puigdemont se suma la proetarra. La entrega de la alcaldía de Pamplona a los proetarras evidencia el pacto estratégico con Bildu. Como dijo Otegui, son los guardianes de la gobernabilidad. O sea, la bisagra necesaria para que Sánchez siga en la Moncloa. Y exigen tajada. Territorial además de económica. Y ya no basta con blanquear al brazo político de ETA, según sentencia del Supremo. Ahora se les encumbra: son “democráticos y progresistas”, dice Oscar Puente. No como el PP y Vox que son fascistas y contra los que hay que levantar un muro… ¿Quién es guerracivilista?
Lo de Puente no es un exceso de calentón. Se suma a la pasividad ante los ‘ongi etorri’ y la negativa a extraditar a España a Josu Ternera. Conviene recordar -además- al delegado del gobierno en Madrid, Francisco Martín, que ya dijo hace unos meses que Bildu había hecho más por España que los de la banderita. Incluso se atrevió a decir que habían salvado vidas apoyando los estados de alarma. ¿Los proetarras han salvado vidas? No cabe mayor desatino.
La buena noticia es que algo se está empezando a mover. La exhibición de arrogancia y sectarismo de Sánchez en el europarlamento no ha pasado desapercibida. Ahora ya conocen al personaje. “No es eso , no es eso”. Lo dijo Ortega hace casi un siglo. Lo dice ahora las ursulinas y los Feijoo. ¿Qué esperaba Ud. don José?
Dentro de las casas del Pueblo también empiezan a aparecer los ‘no es eso’. La dimisión del director del Consejo Superior de Deportes, Víctor Francos, por supuestas razones profesionales, puede no ser la única ni la última. Y claro que son razones profesionales: ¿Dónde voy con un curriculum de colaboracionista con un gobierno que ha dinamitado las instituciones, el estado de derecho, la división de poderes y la democracia misma? Nunca es tarde… ¿Page?
Luis Losada Pescador | Periodista